¡Hola, hola amoricos!
Ya estoy de nuevo por acá con una nueva historia como les habia prometido, en esta ocasión les traigo una hermosa historia de amor, de pareja, pero tambien de amor fraternal, maternal, paternal...
En esta, que tengo el gusto de...
Armando no podía creer como habían terminado las cosas, no entendía como pudo suceder... Su hermana se cuidaba mucho para que nada le sucediera, más que por ella por la bebé...
Suspiro con dolor, las cosas jamás debieron terminar así, pero los designios de Dios son inexplicables...
Levanto la mirada y una mujer de mediana edad se acercaba a él...
E: Señor, acompáñeme a neonatología...
Solo se levanto de su asiento y comenzó a seguir a la mujer, llegaron a una puerta blanca que decía: “Neonatología”, la mujer le indico que ingresara, pero antes de seguir su camino le hizo ponerse un traje esterilizado de color verde... Vio varias puertas y muchos cuneros, a la vez que se escuchaba el llanto de algunos bebés...
Cuando llego a la ultima puerta vio que solamente había un cunero, la mujer lo hizo pasar y cuando se acerco vio que este tenia escrito: “Bebé Mendoza”, claro aun no tenia un nombre... La enfermera tomo un bulto blanco y después de hacerle unas carantoñas se lo tendió...
E: Señor, venga siéntese en la banqueta... (Armando se sentó) Bien tómela con cuidado... Eso es... Póngale la mano en la cabecita… Bien, muy bien… Ahora los dejo para que se conozcan... (soriendole con algo de dulzura y pena) Cualquier cosa me llama, estaré en la sala de al lado...
A: Gracias... (emocionado y sin dejar de mirar a la bebé)
Era realmente increíble el parecido de la bebé con su hermana, era casi una copia de ella a esta edad, el lo sabía por las fotos que tenían sus padres en casa de ellos desde recién nacidos así... Era blanca como un copo de nieve, la naricita respingada, sus labios algo gruesos y de un rosa delicado, su cabello era castaño claro y cuando lo miraba se veía claramente los ojos verdes esmeralda de Camila...
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A: Hola potrilla… (se atragantó de la emoción) Ufff eres una preciosura mi niña...
La bebé solo pudo emitir un pequeño sonido ante aquellas palabras, pero su mirada estaba clavada en él...
A: Eres la bebé más bella que he visto... (mirando al techo) Aunque no he visto muchos ¿No? (mirándola a ella) Pero eres la más hermosa que recuerdo jajaja… Sabes tienes un hermanito que también te espera... (se le encogió el corazón) Se llama Rober y te quiere mucho… Sí… sí mi amor, te ama como lo hace tu mamá… Solo que Dios... (se le quiebra la voz) Dios necesitaba a un ángel bello y bueno como ella y decidió llevársela con él, pero yo estoy aquí para cuidarte preciosa… Cuidarlos a los dos, desde este momento ustedes son mis hijos de corazón y alma, porque su madre más que mi hermana era una parte muy importante de mi corazón y de mi alma...
No pudo evitar guardar silencio, porque en esos momentos lo único que deseaba era berrear como niño chiquito, pero debía mostrarse fuerte por aquellos niños que quedaron solos en el mundo ya que su padre era un bueno para nada...
