21. CATA

143 19 50
                                    

No puedo vivir sin ti- Los Ronaldos

Son las doce del mediodía pero apenas he dormido un par de horas hoy. Todavía estoy en la cama de mi habitación, abrazándome las piernas mientras hablo con León con el teléfono en manos libres.

—No tendrías que haber grabado ese vídeo —su tono de voz al otro lado de la línea es suave y calmado, pero cada una de sus palabras duelen igual que si me las dijera gritando.

—¡Ya lo sé! ¡Pero tendrías que haberla escuchado en la fiesta!

—No tendrías que haber ido a la fiesta.

Aguanto las lágrimas porque no quiero que me escuche llorar.

—Ya lo sé. Ya sé que no tendría que haber ido, pero... Jimena es mi mejor amiga y...

—¡Jimena no está bien de la cabeza! Y publicar ese tiktok, Cata... lo único que has hecho es caer en su juego y comportarte como una niñata. ¡Si me lo hubieras dicho...!

No hace falta que termine la frase. Si se lo hubiera dicho a él, me habría ayudado a entrar en razón y yo no habría subido ese estúpido vídeo.

—¡Lo he borrado! —exclamo.

—¡¿Y qué?! —el corazón me da un vuelco cuando alza la voz—. ¡Cata el daño ya está hecho! Has provocado a esa chica y para colmo me ha metido a mí en su juego... Joder. ¡Me ha escrito mucha gente preguntando qué ha pasado! ¿Te parece justo que tenga que lidiar con esto por vuestra estúpida pelea?

Yo siempre quise mantener a León al margen, pero unas horas después de publicar mi video, Jimena compartió otro en el que se veía su rostro y su mejilla ligeramente roja. Aparecía la misma canción que yo utilicé pero con otra frase:

"Para qué tener enemigas cuando tu novio te apuñala por la espalda y en vez de enfadarte con él atacas a tu mejor amiga".

—Bueno... tú también...

No termino la frase pero no dejo de pensar en la piscina y en que si él no hubiera intentado besar a mi amiga tampoco estaríamos en esta situación. Jimena sí que tenía razón en algo y es que León ha estado metido en esto desde el principio.

—¡No me jodas! ¡¿En serio vas a sacarme el tema de la piscina ahora, Cata?! Te pedí perdón. Si no me quieres perdonar dímelo y cortamos, ¿vale? ¡Si quieres cortamos! Porque no puedo seguir teniendo esta discusión... ¿Quieres que lo dejemos?

—¡No quiero! Y tampoco quiero discutir.

—Pues entonces deja de hacerme sentir como una mierda.

—Lo siento —digo, con la voz temblorosa.

Se hace el silencio al otro lado de la línea y yo hago un esfuerzo por imaginarme sus caras, sus expresiones, su manera de cerrar los puños y me pregunto qué estará pensando y qué estará a punto de decir.

—Ya lo sé, Cat, yo también lo siento... —suspira León—. Escucha, no vuelvas a entrar en su juego, ¿vale? Deja ya de hablar con Jimena y las cosas se solucionarán solas.

Asiento, tragándome las lágrimas.

—Vale. ¿Estás enfadado? —pregunto, porque odio no poder verle la cara a través del móvil.

—No, Cat, no estoy enfadado. Solo un poco cansado.

—¿Vas a venir a casa?

—No puedo, princesa. Tengo examen esta semana y tengo que estudiar.

—Pero podrías estudiar aquí, ¿no? —insisto.

—Tengo que estudiar de verdad... Sin distracciones. A ti tampoco te vendría mal concentrarte un poco, ¿no crees?

Tiene toda la razón. Mis notas en este trimestre están cayendo en picado y ya nunca entrego mis trabajos a tiempo... Debería pasar el domingo estudiando, pero sin él al lado estaré todavía más distraída.

—Estudiaré todo el día —confirmo—. Pero luego hablamos, ¿no?

—Sí, Cata, hablamos luego —dice y por su voz, sí que parece realmente cansado—. Te quiero, princesa.

Una sonrisa crece en mis labios y atraviesa mi rostro de lado a lado.

—Yo también te quiero, León.

Después el chico cuelga. Yo continúo abrazándome las piernas con las manos y necesito unos cuantos minutos para disminuir el ritmo de mi corazón. Odio haber vuelto a sacar el tema de nochevieja porque lo único que consigo así es que León se enfade conmigo y que yo también me enfade con él. Odio discutir con León, me paso todo el tiempo con el corazón encogido como si literalmente tuviera un embudo en el pecho...

Odio discutir con León, pero odio todavía más estar sin él.

Y hoy vuelvo a estar sola.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Perdón por no ser Julieta  | Serie Cayetano #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora