🎵Yo invito- Amaia 🎵
—¿Cómo fue la entrevista con la policía? —le pregunto a mi madre.
Estoy sentada en mi cama, abrazada a mi perro y el teléfono descansa en mis rodillas. El altavoz está puesto y llevo ya cerca de media hora hablando por teléfono con ella.
—Bien, Jimena. Les dije que te drogas a menudo y que en tu tiempo libre asesinas a cachorritos para hacerte trajes —juro que mi perro hace un puchero al escuchar eso—... No sé si les distes buena impresión —carraspea—. Es broma, cariño, solo quería romper el hielo... La entrevista fue bien, normal.
En las últimas semanas la investigación policial ha seguido su curso. La policía me ha entrevistado a mí, a mis padres, a mis amigas, a mis compañeras de clase y a todos los que estuvieron en casa de Cata en Nochevieja. No es algo agradable. Sobre todo la parte de los familiares. Es... es absurdo, pero tengo la sensación de que debo probar que soy una buena persona para que me crean y para que sepan que no merecía lo que pasó.
Pero eso no se lo digo a mi madre. Porque sé que es ridículo que lo piense.
—Las notas fueron bien, ¿no?
—Sí. Sigo suspendiendo mates, pero aprobé los últimos exámenes y mi profesora dice que seguro que para el último trimestre lo consigo.
—Muy bien, cariño —sonríe—. ¿Cómo estáis pasando las Fallas?
—No he hecho mucho. He estado durmiendo un montón. Y... Y el viernes que viene visitaré a una psicóloga. ¡Cómo si no hubiera visto suficientes durante la investigación...! A mí no me apetece mucho contarle mi vida a nadie más pero papá ha insistido y...
—Te irá bien, Jimena.
Supongo que sí. Pero no puedo evitar que me de miedo descubrir que estoy todavía peor de lo que aparento.
—Está bien aceptar ayuda —insiste mamá.
¡Yo estoy harta de aceptar ayuda! Estoy harta de obligarme a estar bien y no quejarme cuando todos me tratan diferente y me hablan con pena. Ahora mismo siento que soy dos Jimenas a la vez: una Jimena que cuida y la otra que se resiste a dejarse cuidar.
—Cariño, ¿y a qué hora es tu exhibición de la hípica?
—El sábado a las cinco de la tarde. Vendrás, ¿no? Papá y Alma estarán también.
—¡Pues claro que iré! Todavía no me creo que mi niña haya vuelto a la pista por todo lo alto. Has entrenado mucho, ¿no?
—Más que entrenar, he necesitado casi una semana para recuperar la confianza de Vladimir. Estaba muy enfadado, pobre. Me daba miedo que... se hubiera roto el vínculo, pero no. No se ha roto.
—Con paciencia y esfuerzo, todo se consigue —dice mamá, que a veces parece una agenda de Mr. Wonderful—. Y te ha sentado bien, ¿verdad? Ha merecido la pena.
—Sí.
—Pues claro. Porque montar a caballo es parte de tu identidad. Y ahora eres un poco más tú misma.
CHAT: CUMPLE REINA
Jueves, 21 marzo
16:15
JIMENA: ¡Hola! Sé que llevo mucho tiempo sin hablar con vosotros, espero que estéis bien :) El próximo sábado participo en una exhibición en mi hípica. Si queréis venir, ¡estáis invitados! Después podemos ir a merendar o algo.
RAISA: Me apunto 🎉
JONATHAN: CAYETANA JUNIOR!!!! Ahí estaré!!!
SALVA: Síí, iremos todos!
***
Mis amigos son los que más gritan cuando salgo a la pista con mi caballo, con la espalda bien erguida. De hecho, gritan tanto que pienso que los van a echar del público. Jonathan, Isaac y Salva vitorean, mientras Pelayo, Darío y Raisa intentan que bajen la voz. Mi padre, mi madre y Alma, están a un lado, aplaudiendo al tiempo que miran a los otros de reojo. También están Cata y las gemelas. Hoy tanto Brianda como Mencía llevan un vestido de Bimba y Lola de color aguamarina. Sus estilos no podrían ser más diferentes así que nunca comparten ropa, pero hoy se han vestido así por mí, porque afirman que llevar la misma ropa les trae suerte.
Al montarme en mi caballo, me entran ganas de llorar de la emoción. Me muevo por la pista concentrada y consciente y recupero emociones que pensaba que se habían apagado del todo. Me siento valiente cabalgando y fuerte al tirar de las riendas. No es que Vladimir me obedezca, sino que los dos nos comunicamos. Estamos conectados y no hay ruido a mi alrededor.
No soy la mejor de la exhibición, ni siquiera destaco. Estoy muy lejos de donde estaba el año pasado, pero aun así no siento que haya retrocedido.
Mis amigos y mi familia aplauden de nuevo cuando termino la exhibición y cuando me puedo reunir con ellos por fin.
—Estoy muy orgulloso de ti, peque —dice mi padre cuando me ve. Cuando lo abrazo siento todo ese amor y ese apoyo y ese orgullo que no había visto esos días.
Al abrazo se une mi madre y mis amigas se ríen y yo me uno a sus risas y a toda su alegría. Siento todo su amor y todo su cariño y sé que es recíproco.
Me doy cuenta de que llevo todo este tiempo preguntándome cómo gestionar todo ese amor cuando realmente no hay nada que gestionar. Porque el amor no es algo que haya que gestionar, ni que medir, ni que justificar. No debo hacer nada para justificar el amor que recibo... Solamente debo aceptarlo.
Nos despedimos del POV de Jimena :( Y mañana nos despedimos de la historia. De nuevo, muchas gracias por acompañar a nuestras chicas estos meses.
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Perdón por no ser Julieta | Serie Cayetano #2
Teen FictionJIMENA tiene quince años, estudia en el instituto privado más elitista de Valencia y llena su tiempo con deberes, jornadas en la hípica y la producción estudiantil de Romeo y Julieta. CATA cumple dieciséis años en Nochevieja y como cada año celebra...