Sugar Xiao zhan (ZhanYi)

🍭capitulo 30🍭

El sonido del ascensor aviso que estaba en su piso, bajaron del ascensor y Zhan puso la clave de acceso al penthouse, la puerta se abrió y los dos entraron, Yibo ya había estado ahí una vez pero no le había puesto atención al lugar, realmente era como tener un departamento dentro del hotel dos habitaciones en el segundo piso, tres baños uno en la habitación principal, otro en el pasillo que da a la habitaciones y uno el primer piso cerca de la cocina y áreas comunes, una sala que se Yibo supuso que Zhan usaba como oficina, un espacioso living con sillones de cuero negro una mesa de madera firme en el centro una amplia chimenea eléctrica que simulaba el fuego encendido para calefaccionar el lugar, la cocina también era bastante amplia y de ella podía ver todo casi todo el área los muebles tenían tonos neutros y encimeras de mármol
con una isla en el medio para comer aparte del comedor principal, tenía un gran ventanal corredero que daba había una terraza exterior donde había un jacuzzi y una piscina que daba al borde de la terraza donde podías ver toda la cuidas mientras estabas ahí,definitivamente el lugar era todo un lujo, no creía como Zhan era capaz de gastar cuanto dineral en solo pasar una noche ahí.

-¿Te gusta el lugar?- preguntó Zhan abrazado a Yibo por la cintura al ver como Yibo miraba cada detalle del lugar.

-Es precioso, pero pasar solo una noche aquí debe costar lo que yo gano en un año- dijo Yibo.

-Es mío, todo lo que está en el lugar como el penthouse es mío, así que no te preocupes si gasto dinero en estar aquí- respondió zhan dejando un beso en la mejilla.

-¡Que! No te pases Zhan, tu vives en la mansión- le dijo Yibo volteando a verlo sorprendido.

-Es verdad, solía vivir aquí cuando mis padres aún vivían en la mansión, fue mi primer departamento cuando aún estaba estudiando en la universidad, luego mis padres se fueron a vivir a Japón, mi padre compró otra mansión allá por qué se dio cuenta de que no tenía la intención de volver aquí y la mansión actual la dejo a mi nombre, así me que quedé con este penthouse y la mansión que ya conoces.
Suelo venir aquí cuando quiero estar solo es irónico pero siempre estoy solo a excepción de Karen y Yang Yang, pero cuando no quiero que nadie me encuentre vengo aquí, sólo Yang Yang y mis padres saben de esto, tampoco nunca he traído a nadie más que Yang. - le contó Zhan

-Wow que puedo decirte Zhan esto es mucho más de lo pensé.- dijo Yibo

-Mejor no pienses y déjame besarte- Zhan tomó a Yibo de la cintura y lo atrajo hasta él para dejar un beso en el cuello del castaño.

-Uuu... alto ahí, se dónde va a terminar esto y no me malinterpretes no es que no quiera pero... quiero ducharme antes si?- dijo Yibo poniendo su manos en el pecho firme de Xiao Zhan para alejarlo un poco de él.

-Jajaja está bien anda, usa el baño de mi habitación, ahí encontrarás dos armarios el negro es tuyo, ahí podrás encontrar todo lo que necesites- dijo Zhan haciendose a un lado para Yibo pasará.

-¿Es enserio?¿por qué haces esto?- Pregunto Yibo.

-Por qué quiero y por qué planeo pasar más tiempo contigo en este lugar, sin que te preocupes de que debes traer así solo debes dedicarte a pasarlo bien, disfrutar y dejarte querer, ahora ve a bañarte- dijo Zhan dejando una palmada en el trasero de Yibo.

Yibo subió a la habitación, no estaba como la única vez que visito el lugar , Zhan había hecho varios cambios.
Fue al armario que le indico de Xiao Zhan al abrirlo noto que realmente había de todo, desde ropa interior, ropa casual, trajes, zapatos y Zapatillas, Yibo ya yo quería saber más del traje de novio, de hecho tenía pensado deshacerse de él luego, sacó algo de ropa casual esa que lo hacer sentirse cómodo en donde solo puede ser él, tomó un pantalón café claro con bolsillos en los costados, una polera gris y una camisa a cuadros verde acompañado de unas zapatillas blancas. Dejó todo en la cama y se metió a bañar, dejó correr el agua por su cuerpo por primera vez en días se sentía relajado, libre de preocupaciones y problemas tanto que se dejó llevar sin medir el tiempo que llevaba en aquella ducha.