Bebé leopardo de las nieves de la familia de las panteras negras

✨Capítulo 106✨

—Entonces, por culpa de esa batalla... ¿Arcadia dejó de tener amaneceres?

—Orfeo lanzó una terrible maldición sobre Arcadia cuando se retiró de allí. Una maldición que impidió que el amanecer volviera... Para siempre.

—Pero, ¿por qué en las tierras de Everard...? Mencionaste que en Everard había seguidores de Orfeo.

—Porque ese era el único lugar donde Orfeo podía usar libremente su poder... Hay muchas razones por las que la casa Everard fue destruida, pero la principal, sin duda, es...

—Por ese incidente...

Clémence asintió con la cabeza ante las palabras de Thiel y cerró el libro.

—¿No hay más información? —preguntó Iandros.

Clémence pareció dudar por un momento, luego inclinó ligeramente la cabeza antes de responder.

—Como no me dicen qué es exactamente lo que quieren saber, no estoy segura de qué más contarles... Tal vez sería mejor que buscaran por su cuenta.

Clémence señaló las estanterías.

—En esta biblioteca hay muchos libros antiguos. Si buscan bien, encontrarán más información sobre Arcadia.

—Además, les iré explicando lo que necesiten mientras los guío.

Clémence agitó suavemente la lámpara.

—¿Alguien necesita luz?

—¡No hace falta! Tenemos a Thiel...

—No uses a tu hermana como lámpara.

Justo cuando Ludian estaba a punto de levantar a Thiel en brazos, Ferdi le dio un golpe en la nuca, haciéndolo gemir de dolor.

Thiel, que por un momento había quedado suspendida en el aire, le preguntó a Clémence.

—Si uso mi habilidad con cuidado, ¿estará bien? Me aseguraré de no dañarlos con la luz...

En realidad, la habilidad de Thiel era una luz creada con la esencia de todo lo cálido y reconfortante del mundo, por lo que, incluso si brillaba con intensidad durante mucho tiempo, no dañaría los libros.

Pero los niños no lo sabían.

Clémence, tras pensarlo un momento, asintió levemente.

—Si es con un brillo similar al de esta lámpara, puedes usarlo cuanto quieras.

—Sí, con un brillo como el de una lámpara...

Thiel agitó suavemente la mano. Enseguida, aparecieron cinco o seis pequeños peces luminosos en la punta de sus dedos.

Los peces parecían seguir sus dedos como si persiguieran comida, pero su luz era más tenue que la habitual. Esto se debía a que Thiel había puesto especial cuidado en hacerlos aparecer de forma más suave y débil.

—Vayan.

Cuando la niña susurró con dulzura, los pequeños peces nadaron en el aire y se detuvieron cerca de las manos de los demás niños. Brillaban lo justo para iluminar las páginas de los libros sin dañar los textos antiguos.

—¡Thiel! ¿Desde cuándo controlas tan bien tu poder? ¡Nuestra pequeña es tan lista~!

Olivier miró con ternura al pez que nadaba suavemente cerca de su mano.

—Es difícil ajustar tanto la intensidad de un poder... Mi hermana es realmente inteligente.

Ferdi acarició suavemente la cabeza de Thiel.