|Capítulo once|

104 17 0
                                    


Quería que fuera un sueño. Quería que todo lo que había pasado y escuchado fuera todo una mentira.

Ella no me había dejado pasar por todo eso sola, solo porque sentía algo por mí. Ella no pudo abandonarme de esa manera tan cruel por estar asustada.

¿Qué creía que iba a pasar si me lo decía?

—Jade —alzo la mirada.

Me abrazaba a mí aún con la vista perdida, mi sudadera estaba mojada y mis zapatos también. Lo observo en silencio, con mis ojos probablemente rojos y ardiendo por todo el llanto.

Los sentí cristalizarse al mirarlo.

—Ahora que sabes que Raisy quiere a alguien más, supongo que se acabó —digo.

No reconocía mi voz, estaba tan baja y apagada. Como si fuera un cubo de hielo frío el que hablara. No obstante, ante la tristeza que sentí, no olvidé el hecho de que Raisy estaba confesando sus sentimientos a alguien mientras que otra persona que la quería escuchaba.

Las cejas tupidas de Downey se fruncieron, tal vez no se esperaba que pensara en algo así luego de todo eso. Desvío la mirada, estornudando. Trago saliva, suspirando, yo tampoco sabía porque esas palabras salieron de mí.

Solo sé que debió de sentirse mal presenciar algo así.

—Sí.

Asiento, busco mi mochila con la mirada. Cuando la encuentro no hago más que tomarla y colocarla en mi hombro. Vuelvo a mirarlo, no sabía cómo se sentía respecto a lo que escuchó. Y no sabía si preguntarle cómo se encuentra porque la última vez que lo hice no recibí la mejor respuesta.

Y lo último que quería era una de sus insultos, porque no creo soportar otra cosa dolorosa.

Pero lo hice, me fijé en sus ojeras por cuarta vez en este rato y pregunté.

—¿Estás bien? —remoja sus labios.

Aprieto los míos esperando.

—Por supuesto, todo acabó entre nosotros. Podemos volver a la normalidad con el alivio de saber qué nadie se enteró que eres mi novia.

Asiento lentamente, sus palabras habían hecho que el peso en mi pecho aumentara un poco más, pero decido ignorarlo. Inhalo antes de volver a alzar la mirada para decirle una última cosa. Sin embargo, la voz de alguien más nos hace girar la cabeza hacia la entrada.

—¿Ustedes son novios? —abro los ojos.

Mierda, ¿pero es que todo el mundo quiere darse una ducha hoy?

Uno de los chicos del equipo de Downey nos observa anonadado. Alzo mi mano derecha saludándolo lentamente.

Él me ofrece una sonrisa pequeña.

—Winslet, ¿qué demonios haces aquí?

—Enterándome de cosas —murmura divertido—. Vaya, chicos. Qué guardadito se lo tenían.

Niego tres veces seguidas queriendo hablar pero las palabras no salen.

—No es así, él y yo no...

—¡Joder, es que lo sabía! ¡Sabía que eras esa chica! Lo supuse desde que te veía en las gradas —chilla dando pequeños saltos, sin previo aviso me abraza a él—. Y luego esas fotos en Instagram... Dios, gracias por sacar a mi amigo del efecto Raisy.

No era la mejor felicitación que había recibido en mi vida, solo pude asentir en silencio y luego alejarme.

—Ya me voy —digo saliendo de ahí.

Sense Off |Español|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora