Downey.
Papá no duraba tanto tiempo en casa cuando viene, era un hombre que viajaba demasiado como para estar aquí. Difícilmente podía recordarlo quedarse todo un fin de semana o solo una semana completa, mamá en algún momento llegó a fastidiarle su trabajo, tal vez era este incluso las millones de discusiones en su matrimonio.
Mientras pensaba que era hijo único, había sido espectador de ellas.
Hasta que mamá dejó la casa, había un silencio casi sofocante que no me dejaba más opciones que pensar en mis mierdas y cosas que no había podido entender en su totalidad. Como en Juliet.
Esa chica y el bebé que no llegó a nacer por mi culpa.
Tal vez no fui el malnacido que le dijo de abortar, pero ella no se habría visto en esas condiciones si yo no hubiera puesto mis ojos en ella.
Y Jade no habría estado así por culpa de Chase si yo no hubiera puesto mis ojos en ella, lo cual hice.
Mismo idiota que estaba viendo fumar delante de su casa importándole poco que lo vieran, salí del auto que tomé prestado a mi padre de los tantos que tiene y me encaminé hacia él. Sus ojos y sonrisa comemierda no se hicieron esperar, le dio una calada al cigarro y luego lo alzó hacia mí.
Sus ojos vidriosos, rojos y definitivamente apagados, como lo tienen que tener cada fumador en potencia como lo es el idiota frente a mí.
—¿Quieres uno?
—Jódete —gruño.
Soltó una carcajada que murió en cuanto lo tomé del cuello de su camisa manchada de alguna porquería de alcohol barato, tiró el cigarro e intentó tomar mis muñecas entre las suyas. Pero había dos factores que no estaban a su favor, uno, que estaba drogado hasta el culo.
Dos, que yo estoy enojado hasta la mierda.
—¿Qué te pasa, idiota?
—Vuelve a acercarte a ella y te rompo el cuello, maldito —comunico en su cara para luego dejarlo caer al suelo—. Jade no es Juliet.
Una risotada entrecortada y la sangre en mis venas pareciera más espesa, mi mandíbula y dientes duelen gracias a la presión en ellos; agradecí que no había nadie cerca como para presenciar lo que sucedía o sucederá pronto. Porque no me iría de aquí sin hacerle entender antes que Jade Matthews no es alguien a quien tenga que tener en su campo de visión. O en su podrida mente con neuronas inservibles.
Sus ojos volvieron a hacer que mi estómago se contrajera de desagrado, hubo un tiempo que había considerado que el espécimen delante de mí es mi amigo, un hermano que la vida me había dado en compensación por haber crecido solo la mayoría del tiempo.
Alguien en quien confiar lo suficiente para considerar amigo.
Bien, lección aprendida.
—Downey —murmura, como si se diera cuenta de quién está parado delante de él—. No sé de qué hablas pero es cierto, esa morena que tienes ahora no se parece en nada a Juliet.
Hice una mueca de asco ante su expresión y la manera en la que lo dijo. Sus neuronas fritas no parecían trabajar lo suficientemente rápido para interpretar lo que le digo.
—No te lo vuelvo a decir, si te acercas a ella de nuevo voy a matarte. Voy a tomar un auto e intentaré atropellarte como tú mismo trataste de hacer con ella, la única diferencia es que no fallaré.
Volvió a reír, golpeo su tobillo haciendo que siseé del dolor y lo sostenga en sus manos, llevo mi mano a su cabellera rubia, sucia y opaca tomando un puñado de este. Puedo sentir el dolor de sus raíces estirándose en cuanto impongo más fuerza en el agarre.
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Sense Off |Español|
Short StoryDowney había estado enamorado de Raisy Rundell desde hace tiempo, así que cuando tuvo la oportunidad le pidió ser su novia. Lo que no esperaba es que esa relación durara tan poco, él tenías planes en donde ella era la protagonista y de repente no ha...