Jade.
Lucía perdido, su vista no estaba en ningún lugar mientras me bajaba de la moto y me quitaba el casco. No sé cómo logró manejar bien, pero eso no me dejaba tranquila.
—Sube —demanda.
Lo miro en silencio, y ante el peso de mi mirada coloca sus ojos en mi rostro. Entonces noto lo cristalizados que están y lo apagados que se encuentran. Relamo mi labio inferior, provocando un suspiro de su parte.
—Downey...
—Jade, por favor, no quiero discutir ni quiero hablar. Solo sube —gruñe.
Bien, al menos me está diciendo lo que no quiere. No obstante, no es suficiente.
—No quiero que te vayas, Downey.
A pesar de que me mira sorprendido, no me retracto porque es la verdad. No quería que se fuera porque estaba preocupada por él y su estado, temía que si manejaba así a casa puede tener un accidente y...
Ante la idea, sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, un miedo irracional de que se fuera a casa y no volviera a verlo jamás. Él lo noto, ladeo mi cabeza suavizando mi mirada. Sus ojos no dejan mi rostro provocando que me ponga nerviosa, estaba apunto de decir algo estúpido cuando decide hablar.
—¿Entonces qué sugieres?
Que te quedes conmigo.
—¿Quieres ver una película?
Entre todo el caos que ha resultado ser la noche, Downey se ríe como si le hubieran contando el peor chiste, era una risa que no se comparaba con las otras, pese a eso, me gustaba escucharlo reír a pesar de cómo terminó la noche. Niega lentamente, mis ojos recorren su polo blanco manchado de sangre que no se podría decir si de él o del chico.
Estúpido rubio.
—De acuerdo.
Suspiro, llevo el casco conmigo y lo espero cerca de la puerta. En cuanto aparca la moto en una zona oscura, se acerca a mí sin dejar de mirarme. Sus ojos por alguna razón más oscurecidos, cuando nos encontramos en el ascensor inhalo removiéndome en mi lugar mientras la musiquita suena.
Mis ojos lo recorren de vez en cuando, podía notar que le afectó la pelea con aquel idiota, y por alguna razón yo quería ayudarlo a sentirse mejor. Las puertas se abren y caminamos en silencio hasta mi puerta, misma que abro con torpeza porque, pese a que no esté borracha, él me estaba tonteando.
O tal vez ya estaba tonta antes de los tragos.
—Bienvenido a mi humilde hogar —abro los brazos señalando mi sala—. Ponte cómodo.
No era la primera vez que estaba aquí, pero se sentía como si fuera la primera vez que está aquí correctamente. Sus ojos me miran entretenidos, para luego suspirar.
—Gracias, ¿puedo usar tu baño? —asiento.
Lo llevo donde se encuentra, agradece para luego cerrar la puerta tras de él. Decido ir a mi habitación para deshacerme de la ropa y colocarme algo cómodo. Arreglé mi cama para cuando decida dormir y guardé la ropa interior limpia.
Tomo todo mi cabello en una coleta mal hecha, y salgo del cuarto. Al llegar a la sala, me encuentro a Downey de espaldas.
Por todas las espalda anchas.
Esa espalda definitivamente fue hecha a mano por las manos de todos los dioses, Dios mío. Con sus hombros anchos y fuertes, y visualizando su espalda, ahora entiendo porque me siento tan segura cuando me abraza.
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Sense Off |Español|
Short StoryDowney había estado enamorado de Raisy Rundell desde hace tiempo, así que cuando tuvo la oportunidad le pidió ser su novia. Lo que no esperaba es que esa relación durara tan poco, él tenías planes en donde ella era la protagonista y de repente no ha...