Las últimas semanas siempre traían un caos. El partido de fútbol ya era el viernes.
Para ese día, la institución decidió no dar clases y comenzar el partido en eso de las seis de la tarde que es la hora donde no hace tanto sol, así los chicos no terminarían como chicharrones.
Sigo trotando en silencio, al llegar del instituto no hice más que mis deberes y salir a correr. Necesitaba pensar, despejar mi mente y mis emociones. Lo he estado ignorando, pero aún así podía notar su intención de acercarse. De hablar. De explicarse.
Y no deja de mirarme cada que puede.
Resoplo en mis adentros, eso era algo que es más que cierto. Cada que chocábamos en el pasillo y la cafetería no apartaba su vista de mí a menos que no esté en el lugar ya.
Y a decir verdad, yo tampoco lo había dejado de hacer cuando iba a sus entrenamientos.
Aprieto los labios, ¿no sé supone que ya está? Ya todo acabó.
¿Por qué seguía de masoquista comportándome de esa manera cuando él había sido él primero en hacerme a un lado? Confiando en alguien más primero que en mí. Traicionándome de esa forma. Eligiendola a ella cuando yo lo había elegido sin pensar en mis miedos, en el qué dirán...
No tenía por qué mantenerlo en mi piel o en mi mente.
Pero él estaba ahí. Metido y aferrándose para no salir.
Imbécil.
Retomo mi corrida, al hacerlo paso por varios lugares cerca, no obstante, sentí que si daba otro paso más terminaría cayendo por la falta de agua. Por lo que me fijé alrededor si había alguna cafetería, y me encuentro con una.
Inhalo dirigiéndome a ésta, tenía la costumbre de salir con dinero a todas partes por si sucedía algo, gracias a Dios siempre eran cosas menores como comprar una botella de agua.
Al entrar fuí directo al mostrador, y al notar que habían más cosas deliciosas que una botella de agua, decidí comprar un batido. Tuve que esperar, eso me llevó a fijarme en todos en la cafetería con curiosidad, era algo que hacía para matar el tiempo desde pequeña.
Terminaba notando algunas cosas divertidas.
Estaba centrada en eso, hasta que mis ojos cayeron en una mesa acompañada por dos jóvenes que conocía bien.
Raisy y Downey.
Frunzo las cejas, estaban hablando bajo. Él lucía realmente tranquilo mientras ella hablaba de algo que no sabía, y la verdad, no me interesaba.
Pero a juzgar por la forma en la que Downey tomaba su mano y la acariciaba, o como ella le sonreía suavemente para luego levantarse y abrazarlo...
—¿Batido para Jade Matthews?
Lo dijo muy fuerte, lo suficiente para hacer que salga de mi estupor y volviera a respirar está vez forzadamente. Lo suficiente para hacer que Downey alzara la cabeza al escuchar mi nombre y fijara la vista hacia esta dirección.
Tomé el batido y extendí el dinero deprisa y nerviosa.
Relamo mis labios asintiendo hacia la chica que solo muestra una sonrisa.
—Quédese con el cambio —salí de prisa.
Pude escuchar algunos murmullos mientras me alejaba a paso apresurado, tan ensimismada en mis pensamientos que no noté la persona que iba entrando al local. Mi bebida se derramó un poco en su camisa pero no cayó gracias a que me aferré al envase.
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Sense Off |Español|
Short StoryDowney había estado enamorado de Raisy Rundell desde hace tiempo, así que cuando tuvo la oportunidad le pidió ser su novia. Lo que no esperaba es que esa relación durara tan poco, él tenías planes en donde ella era la protagonista y de repente no ha...