Downey May.
Mordisqueo mi labio inferior, pensando en si escribirle o no. Nunca pude alcanzarla luego de que me escuchara en las duchas.
¿Y qué demonios se supone que haría si la hubiera encontrado?
¿Qué cojones pensaba decirle?
Estaba centrado en buscar una salida cuando noté la entrada de la pequeña Bea, sonríe tímidamente a lo que yo dejo el celular a un lado para luego abrir mis brazos.
La siento en mi pierna sin dejar de abrazarla a mí.
—¿Dormiste bien? —averiguo.
Asiente en mi pecho, dejo un beso en su cabello sin dejar de abrazarla. Me permito cerrar los ojos mientras la acurruco conmigo. El silencio me agrada, hasta que ella lo interrumpe con una tono suave y apagado acompañado de esas palabras que terminan pisoteando mi corazón.
—¿Mamá me odia? —trago en seco.
¿Qué podría decirle ante esa pregunta? ¿Cómo explicarle a tu hermana que la mujer que es mi madre no es la suya?
¿Cómo decirle algo así sin joderle la vida por siempre?
—No, cariño. Ella solo estaba... cansada —susurro, acaricio su espalda ante su silencio—. ¿Qué quieres hacer hoy? Es sábado, ¿recuerdas?
Alza su cabeza, aquellos ojos que antes lucían tristes y apagados me observan emocionados y vivaces.
—¡Es sábado de películas! —asiento riendo.
La agarro de la cintura provocando que coloque sus pies encima de mis muslos, la pego a mí dejando un beso en su barbilla.
—¿Cuál quieres ver? ¿Rapunzel o la Bella Durmiente?
—¡La princesa y el sapo! —chilla en respuesta, asiento a pesar de haberla visto mil veces—. ¿Podemos invitar a tu novia oficial?
Carraspeo, esquivando sus ojos de borrego y puchero.
Oh, mierda.
—Ella está ocupada hoy, pequeña.
Frunce las cejas, me obliga a bajarla por lo que termina en medio de mis piernas con sus manos haciendo pequeñas figuras en mi abdomen.
—¿Ella tampoco me quiere?
Suspiro, negando.
—No es eso, Bea. Es solo que ella... Es una desconocida, ¿no? Y a ti no te gustan los desconocidos —le recuerdo en un susurro de fe.
Esperaba que recordándole eso desistiera de la idea de verla hoy.
—Sí, pero ella me cayó bien.
—¿Por qué?
—Porque es bonita —sonríe agrandadamente—. ¿No la viste? Sus ojos son muy bonitos, ahora quiero los míos así.
Carcajeo tomando sus mejillas entre mis manos, las aprieto suavemente logrando sacarle unas risas.
—Tus ojos son hermosos también, Bea. ¿Te cuento un secreto? Eres la chica más bonita del mundo —sus mejillas enrojecen.
No puedo evitar sentirme orgulloso y feliz de provocar ese sonrojo en mi pequeña hermana. La abrazo a mí para luego tener una guerra de cosquillas con ella.
Y solo cuando la dejé en mi ducha, pude analizar la situación anterior.
Yo nunca negué que los ojos de Jade Matthews eran bonitos.
ESTÁS LEYENDO
Sense Off |Español|
Short StoryDowney había estado enamorado de Raisy Rundell desde hace tiempo, así que cuando tuvo la oportunidad le pidió ser su novia. Lo que no esperaba es que esa relación durara tan poco, él tenías planes en donde ella era la protagonista y de repente no ha...