♦ Capítulo 2

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El viaje hasta la ubicación actual del traidor conocido como Carlisle Cullen, no hubo ninguna complicación. Ni el día ni la noche pudieron detenerla, debido a que su don ayudaba bastante a pasar desapercibida en lo que respecta a su condición inmortal.

Sin problema ni arrepentimiento, consumía la sangre de sus víctimas, usando su aspecto físico para caminar por las calles día o noche, resguardando su identidad dentro de la sociedad mortal e inmortal.

Amparo Báthory, sabía cómo viajar bajo perfil, aún cuando su aspecto físico fuera muy gótico para la sociedad actual. Estrafalario, se podría decir.

Abandonar Volterra para ir a Seattle fue interesante, ya que optó por tomar el transporte fluvial, no tenía apuro. Y mientras fuera inestable sus decisiones, la informante del traidor no tendría tiempo de percibir con exactitud en cuánto a su llegada. Observar el mar, y los sonidos clásicos del mismo le habían otorgado la paz, claro que de vez en cuando se abstuvo de beber sangre para no llamar la atención de la ausencia de pasajeros en el barco, habían sido 25 horas con 12 minutos más reconfortantes.

Después de tanta espera, por fin pisó suelo firme, sin perder tiempo se alimentó; luego se dirigió hacia Forks. Siendo guiada al principio por un transeúnte que iba hacia él, este le contaba que era el Sheriff del pueblo que había ido a Seattle por el desapariciones inexplicables, al igual que muertes desconocidas conectadas con el pueblo de Forks. Aquello, levantó su curiosidad por lo que otro día iría a investigar acerca de ello.

—Sin molestar, me gustaría preguntarle algo. —pide con cuidado el Sheriff.

—Pregunte sin cuidado. —acepta con una expresión amable pero sin una sonrisa.

No era tan fanática de relacionarse con los mortales, solo eran considerados un alimento más para existir. La joven gótica, no andaba con rodeos.

—¿Se quedará en Forks o viene de visita?—pregunta tímido el hombre.

—De visita. Un amigo reside en el pueblo.—contesta sin miramientos.

—Vaya, espero que su estadía sea agradable. El pueblo es pequeño, pero muy chismoso. —contesta algo incómodo. Por algún motivo la presencia de la joven lo cautiva bastante, e imaginar que solo fuera una visita corta lo había puesto triste.

—Descuide, no creo que vaya a ser la última vez que nos veamos, Mr. Charlie. —contesta Báthory comprensiva, tampoco le agradaba el efecto que ser inmortal causaba en gente tan humilde como este Sheriff.

—Oh, lo siento por ser tan obvio. Yo… ya llegamos. —contestó torpemente, al igual que estacionar cerca de una cafetería en el centro del pueblo.

—Calma. No existe motivo para que se sienta así, tener un amigo en un pueblo desconocido es bueno. Aunque… ¿Podría decirme dónde reside el Doctor Cullen?—pregunta fingiendo vergüenza y nerviosismo. Causando ternura en el sheriff.

Charlie por algún motivo sentía curiosidad, confianza y seguridad en aquella extraña mujer de atuendo gótico. Por más rara y oscura que fuera, no expresaba malas intenciones su apariencia.

—En mi siempre podrás contar, señorita Báthory. —admite emocionado por la amistad que prometía que una segunda visita, una conexión equivalía ser un motivo para volver a visitar el aburrido pueblo de Forks, por lo que, esperaba que ella le fuera a iluminar sus días siendo su amigo.— Le puedo acercar a esa zona. Sé que está entrando a la mano izquierda de la ruta, lejos del pueblo. Solo debes seguir la pista de las huellas de sus autos y encontrarás su casa.

—Si no es mucha molestia, podría mostrarme el camino. Le prometo que pagaré por la gasolina del viaje.—contesta persuasivamente. Báthory no deseaba caminar, ya bastante lo había hecho para llegar junto al sheriff.

—Me parece un trato justo. —contesta volviendo a poner en marcha el auto, sin embargo, abre la puerta y gira su rostro a verla.— Vengo en un momento, traeré mi almuerzo de la cafetería y ya vamos.

—Sin problemas.

Siendo así, como Charlie fue a la cafetería, pidió para llevar el almuerzo de siempre con unas bebidas frescas para ofrecer a la señorita, siendo comprensivo por el largo viaje de horas que habían tenido.

En unos treinta minutos ya estaba nuevamente con todo se abrió paso al coche, Báthory lo ayudó para poder colocarse en el asiento al igual que el cinturón de seguridad.

—Te ofrezco un buen café helado, funciona para despertar la mente. A veces me funciona—ofrece el Sheriff.

Por suerte, el don de Báthory le permitía consumir comida humana, aún más si se había alimentado hace tan solo unas horas atrás. Tan solo que había decidido tomar su forma original para mínimo tener una evidencia normal de pisar la tierra dónde su misión se llevaría a cabo.

—Gracias, está usted siendo un buen anfitrión y Sheriff. —contesta aliviada de que el café helado fuera a saciar la sed, causada por  estar cerca de la sangre humana que latía bajo la piel del sheriff.

—Es parte de mi trabajo. —acepta el alago con vergüenza.

Siendo así, como tras un ambiente tranquilo, ambos siguieron el camino de la carretera. Poco después Charlie le volvió a repetir una instrucción y el motivo por el cuál no podía acompañarla hasta ese punto, siendo justificado por: "Tengo que llevar un reporte a mi estación. Si encuentras a mi hija en la casa del Doctor Cullen, avisale que la espero en casa."

—Sin problemas, gracias por toda la ayuda.

Y tras ello, ambos tomaron rumbos diferentes. Aunque con lo dicho por el sheriff, la había dado bastante incertidumbre y molestia, pensando sin poder evitarlo, varias cuestiones que la hicieron sentir mucha incomodidad. «¿Qué hacía un aquelarre teniendo amistad con una humana?» «¿Acaso habían roto una ley?»

Con la sombrilla de encaje fue llegando sin ningún problema hacia la residencia Cullen. Siendo recibida para su infortunio por la vidente, características que supo distinguir tras investigaciones dichas por Demetri.

—Te estábamos esperando.—contestó la vidente, tras abrir la puerta. Acercándose para abrazarla.

Sin embargo, Amparo Báthory retrocedió con agilidad ante ese contacto impulsivo. Odiaba que la tocaran sin su consentimiento y mucho menos que disminuyeran  su espacio personal, mucho más cuando no conocía al individuo que lo quisiera hacer.

Amparo [Jasper Hale]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora