♦ Capítulo 12

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—¿Qué se siente estar libre de ataduras?—pregunta la chica gótica de ojos rojos a Jasper

—¿Qué se siente vivir tomando la cara de otra persona?—preguntó con la misma ironía que la pregunta anterior.

La chica gótica sonríe mientras se dirigen caminando hacia la casa Swan. Causando extrañeza en Jasper, que no logra decifrar los sentimientos de su compañera mientras caminan.

—¿Qué más falta para realmente ser feliz juntos?—pregunta el rubio sureño.

—Mmm... a eso si puedo responder.—contestó con cierto misterio en su voz monótona y aterciopelada la mujer.— Debo terminar de aparentar que Bella termina bien con la relación de su padre, que por el camino hacia la casa de su madre tiene un accidente. Estoy pensando qué pase en el vuelo, se pierde el cuerpo y nosotros desaparecemos del mapa.

—Pero el sheriff es muy testarudo, cuando se trata de su única hija. —contesta Jasper.

—Lo sé, por eso lo estoy pensando bien. No quiero dañarlo, no se lo merece. Es buen señor de familia. —contesta Amparo mientras camina volteando a mirar a su compañero, mientras camina del revés.—¿Quieres compartir esta vivencia extraña conmigo o qué harás, joven compañero?

Jasper la mira curioso por como es de compasiva con el padre de la humana, bueno ahora neofita. Le costaría pensar en como la realidad ya es.

—¿Quieres que esté contigo, durante ese trayecto?—pregunta el rubio con ese porte característico de él.

Amparo se detiene a una milla de distancia de la casa Swan, y lo mira con unos ojos rojos iluminados pero el rostro serio; sin embargo, sus sentimientos estan disparatados en emoción, felicidad, encanto y deseo. La ve relamerse los labios, y se acerca a su compañero con la lentitud elegante de un vampiro que tiene todo el tiempo del mundo a su disposición, se queda a verlo desde su pequeña altura de 163 y dice:

—No te daré una respuesta si primero interpones tu deseo ante él mio. Eres libre de tomar tus decisiones, no soy esa vidente ni mucho menos un padre, quiero que tengas la libertad de decidir por lo que más quieres. —su voz es demandante, fija y seria. Pero la mirada que le ofrece es como la de un refugio dónde el pueda ser lo que quiera a su lado. No porque fuera su deseo que así lo fuera.

Jasper sintió la ráfaga de sentimientos, y tragó saliva. No se sentía nada abrumado, sino que sentía estar por primera vez en su vida en un lugar nuevo, seguro y que podía tomar sus decisiones, dónde no sentiría el dolor del impacto. Era tan extraño y placentero de disfrutar percibirlo.

—Mi más grande deseo es estar dónde esté usted, no he salido de aquella casa y abandonado todo, para no poder disfrutar mi libertad a tu lado. ¿Te basta esa respuesta?—pregunta con una emoción nueva de inquietud, pero mezclada con una propia ráfaga de felicidad plena por expresar lo que él sentía hacia ella.

Amparo no pudo mas, y se arrojó a sus brazos para besarlo con tanta necesidad, felicidad y deseo. ¡Encantada de que su compañero decidiera por si solo!, y que ambos tuvieran juntos el mismo anhelo.

—Deseo concedido, daddy —contesta con tanta emoción y deleite, mordiendo el labio inferior de su compañero. Y luego lo suelta al ver los ojos dorado tomar un tono negro: lujuria y deseo.— En las noches me puedes hacer lo que quieras, viviremos la última parte de vida como humanos...

La besó nuevamente tras verla llamarlo así, lo incitaba a volverse loco por ella, y su altura no hacía mas que complementar la situación para verla como toda su mujer. La tomó en brazos, y seguro de saber que no la tiraría, le preguntó al oído:

Lo que deseas, lo deseo también... ¿acaso es una invitación obscena, Amparo?—susurró con tanto deleite.

Amparo se sintió como si su cuerpo gritara que si, pero su mente le recalcaba una y otra vez: termino la misión y lo disfrutaré todo. Por lo que soltó un jadeo sin poder resistirlo.

—Si... Pero para después. Ahora tenemos mucho que hacer... —susurró contra su pecho, sentía que Jasper se aprovecharía en muchas cosas que antes no pudo.

Y ella lo disfrutaría complementamente. No le diría que no le gustaría ser violada por Jasper, pero no sería violación si le gustaba, asi que mas bien, sería una posesión sexual prohibida. Debido que, aún estaba trabajando para que el secreto de todos estuviera a salvo.

—Entonces, esperaré por ese momento. —contesta Jasper, mientras besa la sien de su compañera— Una duda.

—¿Uhm? —preguntó mirándolo curiosa.

—¿No te querré drenar la sangre si estás como Bella, en la casa Swan? Aún soy nuevo en esto de contener la sed por la sangre —comenta Jasper con algo de inseguridad.

—Nop, el lazo de compañeros ha demostrado que no peligro, pero Charlie podría ser que si. Sin embargo, si tienes sed, salimos, nos alimentamos y volvemos a la casa, recuerda que yo si como bien, no como te estaban alimentando los Cullen. —comenta sin preocupaciones Amparo, mientras desliza su dedo indice por el labio del sureño, deleitandose con la fantasía de verlos con sangre.

—Siento tu excitación, ¿Qué has pensado, cariño?—preguntó Jasper interesado, su compañera era demasiado golosa. Sentía que si pronto no consumaban el deseo, enloquecería.

—Te imaginé bañado en sangre. Con tan solo imaginar tus besos en sangre, ha de ser como tocar el cielo. ¡Me muero por que llegue la hora de comer!—su emoción rápidamente se mezcló con ansiedad y necesidad.

—Pero si ya estamos muertos...—susurra divertido Jasper.

—Es una forma de decir, Jas. —contesta ligeramente avergonzada.

Jasper toma la mejilla de compañera y se la acaricia con dulzura.

—Siento que contigo no corro el riesgo de matar a todos con probar de nuevo el sabor de la sangre, ¿Porqué?—pregunta Jasper, sintiendo como los sentimientos de su compañera lo hacen sentir calmado y no preocupado por matar a toda la población.

—Porque soy tu refugio, tu verdad. —contesta simple la joven de ojos rojos.—Vamos, que se nos hace tarde. Charlie debe estar preocupado, ya es muy de noche...

Y tras ello, ambos llegaron a la puerta de la casa Swan, "Bella" estaba siendo acompañada de Jasper, la castaña abrió con su llave la puerta y se despidió del Cullen. Tras cerrar la puerta, se encuentra con Charlie durmiendo en el sofá, tal vez preocupado por ella.

—Charlie... Papá...despierta.—susurra con delicadeza mientras lo toca removiendolo sutilmente.

El mayor se empieza a despertar poco a poco, sintiendo un alivio al ver que era su hija quien lo despertaba.

—Has llegado, ¿Fue buena fiesta?—pregunta adormilado, levantando su cuerpo del sofá.

—Estuvo interesante. Pero sabes que no me gustan, prefiero un desayuno o menu de cena diferente...—contesta Bella con una mueca.

—Te entiendo, en eso salimos idénticos. Es tu madre quién siempre fue feliz siendo la invitada de honor en una fiesta cara.—contesta Charlie, feliz de compartir algo mas en común con su hija.—Bien, vamonos a dormir.

—Pero si mañana recién es domingo...

—Igual, me muero de sueño, y usted debe ya ir a descansar señorita. Por mas dieciocho años que tengas, sigues viviendo bajo mi casa.—contesta en un tono burlon, Charlie.

—Vale, vale. Ya voy.

Ambos sonríen suavemente. Perdiéndose cada uno tras la puerta de sus habitaciones. Al pasar la puerta, Amparo fue rapidamente a quitarse la ropa que tenía y luego directo al baño, sin embargo, a la vuelta solo salió con una toalla envolviendo su cuerpo.

La puerta ya estaba con llave, por lo que podía estar sin el rostro de Bella, por lo que disfrutando de la humanidad se acercó con intencion de tirarse a la cama, pero se encontró con su compañero mirándola como si fuera una de las mil maravillas.

—Jasper...

—Amparo, déjame hacerte el amor.

Y tras ello, ambos perdieron la única misión, abstenerse a la necesidad por la misión. Sin embargo, ambos disfrutaron plenamente de ese momento tan especial para ambos.

Amparo [Jasper Hale]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora