♦ Capítulo 22

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Jane pudo notar el maravilloso don de Amparo Báthory empezar a descontrolarse iracundamente, pero por sobre todo locura y deseo, deseo de ver arder a quiénes desearon manchar su verdadera identidad contra sus Reyes, su gente

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Jane pudo notar el maravilloso don de Amparo Báthory empezar a descontrolarse iracundamente, pero por sobre todo locura y deseo, deseo de ver arder a quiénes desearon manchar su verdadera identidad contra sus Reyes, su gente. Podía notar como el iris negro de las pupilas rojas de la chica gótica se estiran como pupila gato, su sonrisa mostraba el crecimiento horrorifico de sus dientes puntiagudos, orejas puntiagudas al cielo y de su espalda pequeñas pero punzantes alas de murciélago brotaban emanando un aura oscura y rojiza al par de segregar un charco de sangre.

—Diviértenos, Báthory. —dio permiso Caius al ver como su arma letal estaba emanando su verdadera forma.

Después de todo, Amparo Báthory era la primera y única vampiro más cercano a aquellas historias de terror humanas más antiguas contadas acerca de la raza. Una de las primeras pioneras. Jasper iba a dar un paso hacia ella, pero se detuvo tras la petición animosa de aquel rubio rey.

Será un placer.

La voz sonó tan rasposo, grave y digno de un demonio, en un pestañeo ya se encontraba agarrando el cuello de Edward con una sonrisa hambrienta.

Sentenciaste tu existencia. —le susurró al vampiro al oído, tras arrancarle la oreja con tanta ira, que el horror no tardó en aparecer.

—¡Esto es imposible! ¡Carlisle detén esto!—gritó horrorizada Rosalie, siendo agarrada por Emmett, con precaución.

Carlisle no era capaz de hablar ni siquiera de moverse, más al ver como la mujer gótica arrojó la oreja suelta justo a sus pies.

—Amparo Báthory tiene el don más letal de entre los nuestros. No es más que un vampiro, es la pionera responsable de causar el terror en manuscritos mortales de vampiros inhóspitos e inusuales, corta la piel tal cuál fuese uno vivo, corrompiendo la realidad con su insana necesidad de ver sangre siempre —cuenta Aro totalmente ansioso por ver el espectáculo que hoy dará su arma letal. Se acerca a Jasper, para dejar posadas sus manos sobre los hombros del sureño — Espero no tengas el estomago sensible, esto es mucho más allá de lo que puede uno imaginarse.

Jasper está totalmente paralizado al sentir las emociones disparatadas de su compañera en niveles puros de locura, ira, necesidad y diversión ansiosa de matar. No podía intervenir, aunque el horror se expresara en la mirada del cobrizo por estar gritando de dolor en el suelo, sintiendo como la mancha borgoña de sangre oscura de veneno caía al suelo, ardía, dolía.

Firenze, traedme a mi doncella de hierro.—pide ansiosa Báthory mientras se relame los labios al percibir la sangre del lector de mentes— Jasper, cariño, me podrías traer la maleta roja de nuestra habitación, la necesitaré.

El rubio sureño al ser nombrado traga saliva, como si estuviera sediento de besarla y es que en todo ese tiempo junto a su compañera, había obtenido el fetiche de besarla al estar bañada en sangre, más aún cuando la viera tan sexy y feliz, como si estuviera en su entorno verdadero. Dónde ella podía ser ella misma sin ser juzgada.

Amparo [Jasper Hale]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora