♦Capítulo 5

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Hace unas cinco horas atrás que había abandonado la casa de los Cullen, Jasper se había quedado muy a regañadientes en el hogar, quería ir junto a su compañera. Sin embargo, esta le pidió como favor que se quedara para entretener por un momento al cobrizo mientras ella investigaba un poco más a detalle ciertas cosas de la humana, claramente no quería interrumpciones molestas.

Y si estaba en la manos de Jasper, él no dejaría que ni su propio hermano, la molestase. Por lo que, así se encontraba.
Se puede decir que esta mirando a la castaña despertar un momento, justo después de que el cobrizo se hubiera ido a su casa.

—¿Q-qué hace usted aquí?—pregunta nerviosa Bella. Al verla sentada en el marco de la ventana, la mirada rojiza daba bastante impresión en la oscuridad.

—Investigar. —contesta simplemente la vampiro de ojos rojos.

—¿Aquí...en mi hogar? ¿porqué?—pregunta temerosa. Pero tratando de no responder con voz que la hiciera ver débil, aunque no lo consiguió del todo.

—Necesito saber, ¿Deseas la inmortalidad más que toda esta vida humana, verdad? No deseas tener generaciones de tu familia, ni aspiraciones, ni mucha relación afectuosa con tus padres. ¿quieres huir de esta vida? Si es así, te aclaro que convertirte solo te hará no envejecer, te alejará de todo lo que veas un problema de vida monótono, pero cuándo sepas valorar lo que pudiste tener, ya te habrás dado cuenta que ya no existe.—contesta Amparo sin mucha emoción.

—¿Lo dices por la sed de sangre? No lo tendré, me controlaré. Solo quiero estar junto a Edward, serle útil y felizmente hermosa sin envejecer.—contesta Bella sin mentiras, solo siendo sincera.

Amparo sonríe, y entre un parpadeo ya se encuentra tomándola de la garganta. Dejando que su lengua fría y húmeda disfrute del latido del corazón acelerado, aunque a la humana le arrebate un gemido ahogado por la percepción ajena y ahogada de la retención de libertad en su propio cuarto. La vampiro de ojos rojos, al notar la sumisión de la humana desliza su mano fría por el cuerpo rígido, aprovechando la debilidad humana para acariciar la parte intima y calida de la humana.

—Te excita que te domine un vampiro. El toque frío, y la sobrenaturalidad. Interesante. —comenta susurrando al oído de la humana, quién no tarda en tartamudear y tratar de negar la verdad culposa que su cuerpo afirmaba.—No hablaba de la sangre, eres muy niña para entenderlo, pero seré piadosa. Te daré lo que quieres, pero el costo es ser fiel a mi, porque te concederé la inmortalidad y de paso arreglaré tu vida para que nadie sepa de la desaparición. Espero seas feliz con tu decisión tan estúpida ante la visión de la inmortalidad. —finaliza dicha sentencia, y sin esperar a más. Introduce sus dedos fríos, humedos con la lubricación natural del deseo de la humana en el capullo virgen, sacando un siseo de dolor, de espanto pero de extasis placentero. Tras ello encubre con su otra mano la boca de la joven, ahogando su grito tras su mordida sin piedad en el cuello de la humana.

Bella apanicada, deseosa y dolida. Sabe que un vampiro la esta violando, sacando la virtud y la virginidad que tanto ansíaba que hubiera hecho Edward, el deseo del movimiento maestro y delicioso dentro de su parte íntima al igual que la sensación caliente de la sangre correr por su cuello como la del placer en su fuero interno era demasiado para intentar pensar. Dejandose ir con el placer, dolor y deseo cumplido.

Cuando despertara sería un vampiro, sería fiel a la mujer que la estaba violando, obsequiando lo que muchos no querían otorgarle aun si los mismos Vulturi los fueran a obligar pronto por saber su secreto, y por último, estaría al fin con su amado Edward. Solo esperaba que no la culpara por haber sucumbido al deseo obceno de ser violada por un vampiro y ser convertida através del extasis de un orgasmo. Porque el dolor era una mezcla de un placer pleno y saciado.

Amparo disfrutó del orgasmo de la humana, como suplicó por mas, como pidió por que bebiera y la convirtiera. Como firmó su sentencia y su alma en sus propias manos bañadas por esa obscena mujer, aún cuando la propia vagina atrapaba con necesidad sus dedos que simulaban embestirla y saciar su deseo mas culposo. Había consumido la sangre de la humana, para su fortuna si era un escudo, y esto lo usaría a su favor.

Alec llegó poco despues, viendo la escena con cierto disgusto. Aunque se sorprendía que la humana no estuviera gritando de dolor por la ponzoña del veneno recorriendo su cuerpo. Estaba en pleno acto de conversión, pero esta parecía solo agitarse y volver a terminar mojando la cama con el orgasmo.

—¿Qué has hecho, Báthory?—pregunta mientras ella se levanta de la cama, soltando a la joven castaña en la cama. Satisfecha de haber consumido la sangre tan deliciosa de una Tua Cantante, una que sería solo fiel a ella.

—La convertí tras un pacto de orgasmo. Sabes que la sangre puede manipular al humano de una forma tan especial. Solo hice uso de su don y el mío.—contesta con una felicidad pacífica, mientras acerca un vaso de sangre hacia Alec, uno pequeño de Whisky pero lo justo.—Tu pago, llévala y cuida sus pasos hasta que vuelva. Haré de esto un buen encubrimiento, me demoraré unos meses, a más tardar siete meses. Dile a Aro que tenía razón, tenemos un escudo y lo voy a mejorar. También he encontrado a mi compañero, volveré.

Alec asiente y sin más, se lleva a la humana en conversión. No necesitaba de más información, ya tenía la justa y necesaria, a demás no sería descubierto debido a que tenía sus dones activos, al igual que la sangre ingerida le daba ciertos aspectos a su favor.

Amparo Báthory una vez sola en el cuarto de la humana, agarró, miró las sabanas por si hubiera algún rastro de sangre, para su tristeza ninguna. Pero para su fortuna era lo mejor, tras unos segundos se miró al espejo y tomó la forma de Isabella Swan, trataría de hacer un buen trabajo con esta nueva apariencia porque de ahora en adelante su rol era importante.

Debía aprovechar el escudo de la humana a su favor, al igual que hacer que la sangre ingerida sea bien distribuida por su cuerpo hasta el tiempo que le tomara arreglar la desaparición de Bella tras un asunto fuera de su círculo social.

Esperaba que el lector de mente no fuera a descubrirla. Aunque debía darle a Jasper su carta. No estaría junto a su compañero estos meses, sino con quién menos soportaba, Edward Cullen.

Quién no debía saber que su humana estaba en plena conversión inmortal, que había muerto por su ponzoña y que estaría usurpando su imagen y cuerpo por un tiempo para su conveniencia.

Amparo [Jasper Hale]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora