Forks, Washington.
Mayo, 2006El año lectivo del año pasado terminó pronto, por suerte para Amparo pronto cumpliría esta condena. Por el lado de clases en el Instituto de Forks, ya se encontraba cursando el tercer año, Jasper mientras el año pasado se graduó por lo que para su mala suerte debía seguir asistiendo a clases hasta terminar el año lectivo y por consiguiente, seguir una carrera universitaria.
Amparo se había enterado de la situación conflictiva de la rubia con su compañero, pero había decidido que su compañero decidiera sus elecciones y sea cual sea la situación ella lo respaldaría. Sin embargo, la mala suerte aún tocaba a su puerta, notando la pesqda mirada de Edward Cullen taladrando su nuca.
«La piedad es un trago muy poco, y para ti se está acabando. Así que, te detienes o te extingo, ¿Cual prefieres?»amenaza a Edward, mordaz.
Logrando que la mirada acosadora al fin la abandone, aunque sabía perfectamente que seguiría siendo el acosador por el maldito don que ese molesto Cullen poseía. Para su fortuna, al ser ambos vampiros, el tiempo pasaba rápido y el año lectivo iba más que bien. Las tareas en grupo con Edward no era para nada de su agrado, pero de igual forma las realizaba tal cual una persona madura podía hacer ante estar frente a su ex-novio.
Una fatalidad sería si los humanos la vieran desecha por no estar más junto al joven adolescente más envidiado.
—Nos juntamos hoy en la tarde, para realizar el trabajo grupal de biología, espero por tu bien que no seas un patán conmigo. —avisó la castaña tras guardar sus cosas en su mochila.
—No lo seré. La inmadurez no es una enfermedad. —murmura Edward Cullen, mirándola con cierta molestia.
—Pues tu cara de estreñido al ver mi cara, dice lo contrario. Cullen. —contesta borde Bella.
Y tras ello, ambos se separan, saliendo de la clase por sus respectivos caminos. Ella buscando la llave de su auto en el fondo de la mochila mostaza, mientras que Edward tan solo se sube sin mirar atrás a su Volvo.
Todos en el estacionamiento sabían que ninguno era compatible luego de su ruptura, Ángela admiraba la fortaleza con la que se enfrentaba Bella contra Edward, mientras que Jessica seguía diciendo cosas tontas como:"A mi no me engañan, esos dos siguen queriéndose"
Amparo dejó de escucharlos, se colocó sus audífonos, para empezar a marcar al número específico en su celular. Marcando a su compañero, poder hablar con él mientras iba hacia la residnecia Swan, la calmaría. Porque ni modo se iría con esta inmunda ropa y sudada por las clases de Deporte de aquel día, se daría una buena ducha, capaz pasaría un tiempo con Jasper y luego iría a realizar el trabajo en grupo.
—Cariño, que gusto que llamarás. Ya te echaba de menos, ¿Que tal las clases?—preguntó Jasper al recibir la llamada.
—Lo mismo que siempre, con la diferencia de que hoy toca trabajo grupal con el maldito cabellos de escoba. —murmura aún con molestia.
—Se nota a leguas que hace falta un buen masaje diurno para relajar el humor, estoy preparando la merienda, si deseas algo más, es momento de decirme para que vaya a comprarlo. —comenta Jasper percibiendo el rastro del mlahumor de su compañera por el tinte de su voz.
—¡Excelente! Comida, la gran comida de mi chef personal, ¡No me lo perdería por nada, mi guapo ricitos de oro! —alaga a diestra y siniestra. Emocionada por comer ya lo que sea que esté preparado su amado. —¿Puedes conseguir una malteada de frutilla? Me apetece enfriar la cabeza y los pulmones hoy.
Jasper acepta pero con el ceño inconforme ante la respuesta.
—Pero si yo puedo enfriarte todo lo que quieras, cariño.
—Lo sé cariño mío, pero nunca está de más disfrutar de las papilas gustativas vivas de esta humanidad. —contesta con un tono jocoso— Ademas, ese solo sería un aperitivo de antojo, eres quién se volverá mi postre antes de partir hacia esa tarea de muerte.
El jadeo de Jasper la hizo saber que casi había quemado algo, y el engrosamiento de su garganta rasparse, también le había indicado que el hambre había emergido en él.
—Muy obscena señorita, tentarme a distancias, sabiendo que con un despiste me puedo quemar y a la casa también. —ronronea con un ligero reproche el sureño, tratando de recomponerse.
—Jajajajaj —la estruendosa risa hace vibrar el pecho muerto del rubio. Al igual que el de su compañera, la picardía en ambos los tenía muy enlazados desde que terminaron por conectar en cuerpo sus deseos pecaminosos el año pasado.— Cariño, nada más te he dado un poco de sabor a tu aburrida vida. ¡pensar que el año sabático sea tan solitario sin mi, no te hace justicia, cariño!
La voz de Amparo era de total confianza y diversión. Sabía que ese motivo de su año sabático se justificaba perfectamente, Jasper la estaba esperando para ir a "estudiar" juntos a otro país, pero nadie en el pueblo lo sabía y debía seguir así. Aunque Charlie si que lo sabía, había entendido perfectamente que los modales del hermano adoptivo del dichoso Cullen eran diferentes, Jasper Hale era mucho más protector, atento y mejor compañía que el anterior.
Jasper se comportaba como un buen mejor amigo frente a Charlie Swan.
Claramente tras haber unido sus cuerpos en pura pasión, de algún modo debían explicar la situación de siempre estar uno junto al otro, sin levantar alguna sospecha romántica.
Una vez, Bella Swan terminara sus estudios, el próximo año, todo volvería como debiera ser, Jasper y Amparo disfrutarían de la inmensa libertad. Y con ello, dejarían para siempre Forks, aunque lo que ninguno contaba era que sus acciones estaban sacando de quicio a Carlisle Cullen, quién estaba pensando en una idea para que su hijo adoptivo no se fuera.
Sin embargo, sus planes no darían el fruto que quería sembrar.
Porque donde fuerza crear un lazo, es donde salen más viboras a morder la mano del granjero.
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Amparo [Jasper Hale]
Fanfiction[Universo Ficticio: Crepúsculo.] Amparo es diferente. Nadie sabe de donde viene, saben de su tiempo recorriendo la tierra. El Clan Vulturi nunca tuvo problemas con su existencia, la personalidad característica que tiene es muy impredecible, sádico...