𝙋𝙀𝙋𝙋𝙀𝙍𝙎 🍒 | 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗢'𝗵𝗮𝗿𝗮

CHARPER ONE | STRANGER POWERS 🍒

LIZZIE respiraba con dificultad, pues su cuerpo comenzaba a despertar después de aquel evento tan traumático.

Pero no estaba en su casa, la fría plancha de metal que estaba bajo su cuerpo la hizo levantar de golpe pero inmediatamente se golpeó la cabeza con algo.

— Esto es una pendejada. — Suspiró con frustración.

Sus ojos se abrieron fuertemente al ver lo limitada que estaba en el lugar, por un segundo llegó a pensar que si estaba en su hogar pero no.

Estaba en la morgue.

Comenzó a patear con fuerza la tapa que estaba frente a sus pies, tirándola y con ayuda de sus brazos saliendo de aquel terrible lugar.

Miro su cuerpo el cual estaba con una bata blanca, la cual su padre le ponía ante cada nuevo experimento.

Sus ojos se aguadaron al ponerle atención a sus brazos y a sus manos, pues unas impotentes líneas que yacían desde su palma hasta su codo eran terribles.

Al parecer el veneno que había inyectado en ella hizo que la mancha se expandiera por completo.

Miro sus piernas y había sucedido lo mismo, aquello la estaba matando, aunque sería irónico decirlo, ya que estaba en la morgue.

Una rabia inmensa le había llegado...

Como es posible que su propio padre era el encargado de cada desgracia que pasaba en su vida, le dolía saber que en algún momento apoyó todos sus planes y lo llegó a llamar papá con cariño.

Ahora lo único que sentía era odio por el, quería tenerlo enfrente y matarlo con sus propias manos.

Lizzie dio un paso fuera de ese lugar, encontrándose con médicos sorprendidos al ver un cadaver que se supone que estaba inerte caminar como si nada.

— Señorita, venga conmigo. — Aquella voz la asusto, pues no estaba acostumbrada a escuchar todo a máxima potencia.

— No... Me iré por mi cuenta. — Contestó asustada.

— Usted no lo entiende... Eres un cadaver. — El médico se apresuró a tomarla del brazo pero ella explotó.

— ¡Te dije que no! — El medio fue lanzado muchos metros de distancia sin siquiera tocarlo.

Lizzie se sorprendió, pues aquel doctor estaba en el suelo completamente asustado.

— ¡Llamen a la policía! — Gritaba con temor.

— ¡No quería asustarte, perdón! — Se intentó disculpar la chica pero los guardias habían oído su grito, llegando de inmediato al ver la escena.

— Tranquila, no te haremos daño... — Intentaron acercarse pero ella estaba muerta del miedo.

Los ignoro por completo y salió corriendo del lugar, sintiendo como aquellos hombres la perseguían e incluso uno se atrevía a dispararle.

El sonido del gatillo la asusto, movió las manos con desesperación y una gran cantidad de humo de esta salió, dirigiéndose a los guardias que en cuanto los tocó los pulverizó por completo.

Finalmente salió de ese lugar, con el sol dándole de golpe en su rostro, mientras la gente pasaba y la veía con horror, pues ha pesar de ser una chica atractiva, aquellas líneas y manchas causaban horror.

No espero nada y salió al único lugar que conocía, su antiguo hogar.

Tenía miedo de encontrarse a aquel hombre pero eso  desapareció al ver las cintas policiacas, las cuales indicaban que aquello era la escena del crimen.

Las rompió con fuerza y no dudó en entrar, mostrando una casa polvorosa y descuidada, se preguntaba así misma...

¿Cuánto tiempo había pasado muerta?

La respuesta no la sabía, pero tampoco estaba interesada en conocerla, con saber que ahora estaba viva de nuevo era más que suficiente.

Prendió su tele y vio las noticias, pues el nuevo spiderman tenía miles de críticas por el noticiero, sonrió al pensar en la vida del chico.

Tal vez no sería la más fabulosa pero en definítiva era mejor que la suya.

El paradero de su padre era desconocido, eso le parecía excelente pero torturaba su mente.

Podían pasar miles de cosas con el simple hecho de que ese monstruo estaba afuera, esperando vengarse del chico arácnido que le dio su "desgracia"

¿Pero que había de mi?, el había causado todo esto sin recibir ni un solo castigo.

Solo quería vengarse de él, y no le importaba derrotar a quien se le atravesara de por medio.