Lizzie Spot nunca pidió los poderes que ahora la convierten en una amenaza para el multiverso, ni tampoco esperaba enamorarse del hombre que juró detener a su padre: Miguel O'Hara, guardián del canon y protector del tejido arácnido.
Un cruel experi...
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Cuando desperté, lo primero que sentí fue el calor. Un calor abrasador que no provenía de mi entorno, sino de mi pecho. Como si el poder de Elizabeth hubiera dejado una marca imborrable en mí. No había llamas visibles, pero el dolor era real, como si un pedazo de mi alma hubiera sido arrancado.
Intenté levantarme, pero el mareo me derribó de nuevo. Mi visión estaba borrosa, pero podía distinguir las siluetas de Jess y Ben a mi lado. La expresión de Jess era de puro enojo, mientras que Ben parecía preocupado.
— ¿Qué demonios estabas pensando? — Jess espetó, su tono cargado de frustración. — ¡Sabías que esto podía pasar, Miguel! Te lo advertí, y aun así entraste como si todo se pudiera arreglar con un 'lo siento'.
Cerré los ojos y respiré hondo, ignorando el ardor que sentía con cada inhalación.
— Tenía que intentarlo.
— ¿Intentarlo? — Jess se cruzó de brazos, sus ojos destilaban reproche. — Lo único que lograste fue enfurecerla más. ¿Qué parte de "déjala tranquila" no entiendes?
— Jess, ya basta — interrumpió Ben. — Esto no está ayudando.
Jess soltó un bufido y dio un paso atrás, pero no dijo nada más.
— ¿Dónde está ahora? — Mi voz salió débil, pero era lo único que importaba en ese momento.
— Sigue en su universo. El domo sigue intacto, y su energía no ha disminuido. — Ben hizo una pausa, su mirada cargada de preocupación. — Miguel, esto no es solo sobre ti. Elizabeth está en un lugar oscuro, y si no hacemos algo pronto, podría desatar un caos que ni siquiera ella puede controlar.
Asentí lentamente, aunque cada fibra de mi ser sabía que Ben estaba subestimando la magnitud del problema. Elizabeth no solo estaba enfadada; estaba completamente rota. Y esa ruptura, ese odio hacia mí y hacia todo lo que representaba, la estaba transformando en algo más peligroso que cualquier villano que hubiéramos enfrentado.
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