— ¿Como que no sabes como te llamas? ¿Como es eso posible? Todos tenemos un nombre.
Sam siguió tallando su espalda con mucho cuidado, pasó por sus hombros y luego se colocó delante para lavar su pecho, sus ojos se encontraron y ella le dió una suave sonrisa.
—Yo... No tengo — La voz del Felino sonaba rasposa, nunca hablaba y con esa humana ya había dicho palabras demás.
—Claro que debes de tener — Soltó pensativa, ¿como es posible que no tuviera un nombre? — A ver dime, cuando se dirigen a tí ¿Como te llaman?
310 lo pensó un momento, los ojos de la hembra eran demasiados hermosos y lo miraban con paciencia, no se veía el típico odio o el desprecio con que todos lo miraban, incluso no veía asco. Era algo más, mucho más.
Sus ojos te hacían sentir como si todo fuera a estar bien.
El Felino volvió a pensar en la pregunta de ella, la verdad es que no quería decir como lo llamaban pero al final respondió.
—Escoria.... Basura... Animal... Asqueroso.... Estorbo... Estúpido.
Sam miró atenta como la mandíbula del hombre frente a ella se tensaba, eran palabras feas pero después de que vió como lo trataron no le quedó ninguna duda de que era real.
—Eso no es bonito, y tampoco es un nombre.
Soltó enojada pensando en los despreciables seres que habitan este mundo, echó más jabón en la esponja y talló con fuerza su cuello y hombros, seguido de los brazos. Con su pecho tuvo más cuidado y resopló.
— Animales, ellos. Basuras, ellos que no sirven, escoria son ellos, asquerosos y estúpidos todos, todos ellos y estorbos ellos que no merecen este mundo que lo único que hacen es contaminarlo.
310 observó como la frente de la humana se arrugaba, en sus ojos se notaba que estaba molesta y sus manos hacían el trabajo rápido tallando en el mismo sitio una y otra vez.
—Tú... Como...te llamas humana? — Pregunto 310 nervioso y avergonzado por haberla hecho enojar.
Sam dejó de hacer lo que hacía para observarlo.
—Sam, mi nombre es Sam Capprielo. — Su expresión se suavizó y volvió a sonreír como minutos atrás. — Y no me digas humana, tú también lo eres, hablas como si fueras una especie de algo que no es humano. ¿Que eres un extraterrestre?
Sam soltó una risa que llenó toda la estancia cambiando el ambiente tenso que había hace unos minutos.
—Eres un hombre, algo raro por tú apariencia, pero al fin de cuentas un hombre.
310 gruño enojado, no le gustaba que lo compararan con esas porquerías y dejando en claro su punto se dispuso a replicar.
—Yo... No ser un hombre, Yo...ser un Macho.
La sonrisa de Sam se borró, ¿Como que un macho? ¿a caso en verdad se cree lo de que es un animal solo porque se lo dicen?
— No eres un macho, no eres un animal, eres un hombre que está aquí no se porqué.
Siguió con su tarea de limpiarlo, luego agregó Shampoo en su cabello y comenzó a estregar, su mente se encontraba ocupada pensando que clase de vida había tenido para pensar de aquella manera.
310 disfrutaba de sentir las manos de Sam sobre él, lo tocaban de manera suave y pensó que podría acostumbrarse a eso, si era la manera de ella de bañarlo, con gusto se dejaría, volvió a recostar su cabeza dejandose llevar por las caricias y como un buen Felino que se encontraba relajado comenzó a ronronear.
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Experimento 310.
Fantasy310 poco a poco iba dejando de lado su humanidad dándole paso solamente a su lado más salvaje. Encerrado en un laboratorio 310 ya no era humano, ya no razonaba ni pensaba. Lo habían convertido en un animal sediento de sangre, sediento de ira y ya...