Sam sentía morirse mientras lágrimas rodaban por sus mejillas sentada en el piso. Aún no podía creer que haya dicho tal cosa, pero lo que más le dolía era ver cómo todos le daban la espalda y no hacían el intento de comprenderla.
Todos creían que el mundo era así de fácil pero ella sabía más que nadie la realidad, ella sabía que en el mundo había gente mala dispuestos a hacerles daño, gente ignorante que cuando se enfrentaban a algo desconocido la solución era acabarlo.
Se levantó dispuesta a no dejarse derrotar, limpió sus lágrimas viendo hacía donde los fallos se habían ido incluyendo al felino.
Suspiro profundo intentando calmarse debía buscarlos y disculparse por sus palabras pero cuando se disponía a caminar un auto se detuvo a su lado con un hombre de aspecto rudo y con barba grasienta mirándola.
—¿Te diriges a algún lado preciosa? Puedo darte un adelanto si quieres. — Sam estremeció y cubrió su débil cuerpo con sus brazos.
—Eh... No, gracias estoy bien — Se apresuró a decir sintiéndose de pronto nerviosa, miraba a ambos lados en busca de los fallos pero no se hallaba nadie a la vista y comenzó a sentir el miedo Invadiendola.
—¿Segura? Estos lugares suelen ser peligrosos para una chica tan hermosa como tú, vamos, no seas tímida.
—No, no, en verdad estoy bien gracias, estoy esperando a unos amigos. — La mirada del hombre la recorrió de pies a cabeza lamiendose los labios y Sam se sentía desnuda frente aquél hombre.
—No veo a nadie cerca por aquí, sería un desperdicio si algo te llegara a pasar sin sacarle primero provecho a ese hermoso cuerpo.
Sam lo ignoró y siguió caminando, con sus brazos abrazándose y sus pies yendo a gran velocidad, el hombre se bajó del auto y comenzó a ir directo hasta ella, Sam al ver esto comenzó a correr, pero en un descuido cuando volteó hacía atrás no se dió cuenta que en el suelo había una rama con espinas y en un segundo ya la estaba pisando sintiendo cada una de estas clavandose en las plantas de sus pies.
Sam gritó por el dolor cayendo al piso pero el hombre ya se hallaba encima de ella agarrandola de los tobillos, Sam gritaba y pataleaba buscando con desesperación a los fallos pero no veía rastros de nada.
El hombre la cargo sobre su hombro dispuesto a llevarsela mientras que Sam seguía gritando y pataleando.
Cuando se disponía a llegar a su auto la figura de una enorme pantera negra con los ojos completamente rojos y sus colmillos gigantes se posó frente a él gruñendole, Sam intentó volver a hacer que el hombre la bajara pero la tenía bien sujeta sin moverse ni un milímetro.
—Tranquilo campeón, calma, sólo voy a mi auto y me iré enseguida de tu territorio.
El hombre aunque asustado se hallaba eso no le impedía sentirse extrañado de ver ese tipo de criaturas por allí rondando, nunca había visto a una pantera tan grande e incluso creía que por esos lados no habían.
Un rugido salió del animal colocándole los vellos del cuerpo al hombre y a Sam sentir una especie de alivio.
Al fin el felino había ido por ella, por un momento pensó que en serio la habían abandonado y se habían ido sin ella.
Pero en cambio, 310 no podía ir a ninguna parte sin su humana, su deber era estar con ella y más con su cría, no podía simplemente dejarla y ya, aunque los demás lo sugirieron el no podía dejarla expuesta a la nada.
Así que solamente se apartó dandole su espacio, sentándose en una distancia prudente donde pudiera vigilarla pero sin estorbar.
Los fallos sí regresaron por su lado, El felino se sintió raro al ver cómo todos se alejaban pero su deber era estar con su hembra, no podía obligarlos a nada, mucho menos a seguirlos, eran libres ahora y eso significaba que cada uno era libre de hacer lo que quisieran, pero otra parte de él lo entendía, así que simplemente se quedó con Sam a pesar de todo.
Los gruñidos del animal se hicieron más fuertes, el hombre dió un paso al frente aún con Sam cargada en su hombro como un saco de papas pero a cambio el felino también dió un paso amenazante.
—Por favor suelteme, usted puede escapar, me quiere a mí.
—¿A caso estas loca mujer? Ese animal es capaz de devorarte.
—Correre el riesgo para que usted escape, vamos, suelteme ya.
El hombre lo pensó por un momento, quería salir vivo de ahí y si darle a la mujer a cambio de su vida lo salvaría pues se arriesgaría, con tal, esa mujer nada tenía que ver con él y ni la conocía, así que sí aquél animal se la comía no sería su problema.
El hombre la soltó con lentitud sobre el piso, Sam se tambaleó en su lugar con una mueca de dolor sobre la planta de sus pies y el hombre frente a ella la empujó tan fuerte que cayó sobre las patas del felino.
—Toda tuya, cometela a ella, te darás un gran festín...
El felino volvió a rugir viendo con sus ojos inyectados en sangre al hombre, deseando su muerte por atreverse a tocar a la humana, pero a cambio las palabras de Sam resonaron en su mente.
Todo lo que saben hacer es asesinar.
Buscaba de controlarse, quería con todas sus fuerzas sucumbir a sus deseos de sangre pero debía controlarse, debía hacerlo por el bien de su humana y sobre todo si quería aprender a convivir con ellos.
Olfateó a Sam tirada en el suelo y luego gruñó, con dificultad la humana se levantó sosteniéndose del pelaje del animal y abrazandolo en el proceso aguantando el dolor en sus pies y los pinchazos que le indicaban que espinas se la habían clavados.
—Déjalo ir — Susurró Sam presionando su cara contra el pelaje del felino.
El hombre frente a ellos los miraba atentamente confundido ante el comportamiento de la humana con el animal.
—Agradece que te dejaremos ir, Ahora largo antes de que cambie de opinión.
Ellos se hicieron a un lado dejando al hombre correr hacia su auto, encenderlo y marcharse como alma que lleva el Diablo.
Sam se recostó sobre él soltando una exhalación, la mirada del felino se posó sobre ella conectando frente con frente y sintiendo el alivio de tenerlo otra vez.
—Lo lamento por lo de hace un rato, lo siento tanto.
El felino frotó su hocico contra la pequeña nariz de la humana trasmitiendole todo su amor a la dulce hembra.
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Mis queridos felinos, he pasado por unos días difíciles donde la inspiración se me fué totalmente 🥺 Este capítulo me costó bastante escribirlo así que denle mucho amor....
Nos vemos en la próxima y tengan un bellísimo feliz inicio de semana ❤ Se les quiere.
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Experimento 310.
Fantasy310 poco a poco iba dejando de lado su humanidad dándole paso solamente a su lado más salvaje. Encerrado en un laboratorio 310 ya no era humano, ya no razonaba ni pensaba. Lo habían convertido en un animal sediento de sangre, sediento de ira y ya...