Cap. 26

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El sonido del Disparo resonó por la habitación haciendo retumbar los oídos de los presentes.

El felino pudo sentir el momento exacto donde los brazos de la hembra abandonaron su torso para posarse al frente y recibir el impacto.

Su cuerpo sintió el vacío de las manos de la humana, y todo su mundo se tambaleó.

Su mente solo pudo procesar el hecho de que la habían lastimado.

Se inclinó para sujetar el cuerpo de la humana inerte en sus brazos, la bala había entrado en la parte izquierda del abdomen. Las manos de 310 se tiñeron de rojo producto de la sangre que salía a montones del cuerpo de Sam.

Los ojos de la humana se fijaron en él y una sonrisa melancólica se presentó en su rostro.

—Aunque sea, por una vez... te pude salvar del sufrimiento.

Dijo Sam con su voz ya apagandose, el felino sentía en su propio cuerpo la punzada de dolor en el estómago, sabiendo que no se comparaba con lo que estaba sintiendo la hembra.

Los ojos de Sam se cerraron con cuidado pero en su rostro no abandonó la sonrisa.

El felino pudo sentir como el cuerpo de la humana se apagó por unos segundos sintiendo su conexión resquebrajarse, pero sabía que aún no estaba muerta porque su corazón aún latía.

Sólo estaba inconsciente.

—¿Que has hecho imbécil? — Soltó Mónica mirando al culpable que disparó con las manos en la cabeza, no podía creer hasta que punto había llegado el amor de la humana por el felino, capaz de acabar con su propia vida para salvarlo a él.

Pero no podía permitir que muriera, no después de haber logrado lo que tanto había ansiado.

Lo siguiente que 310 supo fué sentir un fuerte dolor en el pecho que lo hizo gruñir, levantó la mirada hacía el culpable de tal hecho y vió que todos estaban en tensión viendo la escena con terror en sus ojos.

Mónica no apartaba la mirada de Sam y los hombres tras ella comenzaron a temblar al sentir la mirada del felino sobre ellos.

En un movimiento calculado, dejó a la humana sobre el frío suelo y se levantó Irguiendose en su sitio con todo su cuerpo pesado.

La bestia en él al fin había despertado y esta vez no la iba a controlar.

De su pecho comenzaron a salir potentes gruñidos sintiendo como rasgaban su pecho, sus ojos eran una mezcla de rojo con las pupilas negras.

Todo a su alrededor se distorsionaba, y movía su cabeza de un lado a otro descontrolado, Mónica retrocedió sabiendo lo que se avecinaba.

El miedo la estaba recorriendo por segunda vez en su vida y si en la vez anterior salió lastimada, si no actuaba rápido esta vez saldría pero muerta.

—Rápido Sedante, apresurense — Gritó como loca a los guardias detrás de ella.

Pero sólo uno se atrevió a levantar el arma introduciendo el dardo para disparar.

Y así fué.

El tranquilizador dió justo en su pecho cerca del corazón que se había ido junto a la humana aún inconciente en el piso desangrándose.

Pero ya nada podía calmarlo, no estaba su hembra para tranquilizarlo sabiendo que ese era su verdadero sedante.

Gruñó levantando su mano para retirar la pequeña aguja que se le había insertado.

La sacó con brusqueda lanzandola al piso.

Dos humanos retrocedieron intentando salir pero solo uno se quedó plasmado en su sitio.

Y era justo ese el que el felino tenía en la mira.

El mismo que se había atrevido a levantar su arma y lastimar a su hembra.

El mismo que le había disparado a él.

Y el mismo que se hacía el valiente frente a lo imposible.

Su respiración era irregular, su cuerpo temblaba queriendo liberarse, su mente daba vueltas y su pecho seguía rasgando.

Los ojos de Sam se abrieron lentamente, volviendo a la conciencia otra vez.

Soltó un gemido de dolor encorvandose en su sitio y sosteniendo su abdomen.

—Red —Comenzó a gimotear, el dolor era insoportable haciendola llorar. —Ayudame. — Volvió a susurrar.

La suave voz de la hembra entró en sus oídos desorientandolo un momento.

—Debemos auxiliarla para que se recupere — Mónica levantó las manos en señal de rendición dando un paso al frente para intentar acercarse a Sam, pero el felino volvió a gruñir esta vez colocándose al frente de la humana para que nadie se le acerque.

—Por favor, dejanos curarla, si no la atendemos puede morir ¿Quieres que muera?

—Red, por favor ayúdame, me duele demasiado — Sam lloriqueaba quejándose del dolor, se retorcia en el piso buscando consuelo donde nadie se lo daba.

El felino por primera vez sentía miedo, miedo de perder a su hembra pero también miedo que si dejaba que la humana malvada se acercara pudiera hacerle más daño.

—Red — Volvió a llamarle Sam con desespero en su voz.

310 se encontraba entre la espada y la pared sin saber verdaderamente que hacer.

—Permíteme acercarme para poder ayudarla, no tenemos mucho tiempo, piensa en ella, hazlo sólo por ella.

Mónica sabía que la única forma de hacerle entrar en razón al felino era medíante Sam y lo estaba usando a su favor pero también en parte quería Salvar a la humana.

Si la hembra llegaba a morir, con ella se irían toda la esperanza y esfuerzo que había empleado durante mucho tiempo.

—Red. Por favor.

—Hagamos algo — Dijo Mónica arriesgandose para tomar aire y decir lo siguiente. — Levantala y ven con nosotros, podrás estar con ella mientras la curamos, ¿te parece?

Mónica intentaba que su voz no sonara tan dura, debía ir con cuidado y hablar con calma para que la atención del felino se fuera hacía Sam y no hacía ellos.

Al final 310 obtó por levantar a su hembra en brazos y dejar que los humanos le sanaran, había sido una decisión difícil pero sabía que era algo que Sam haría, o mejor dicho que Sam quería.

Porque sí, por el vínculo sentía perfectamente que Sam quería ir con ellos para que la ayudaran.

Y el no podía negarse a la petición de su humana, después pensaría en una forma de venganza para sacarla de ahí.

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Buenas buenas bebeses, por favor denle mucho amor a este capítulo que me costó dos días poder escribirlo.

Sé que quizás querían acción y ver sangre correr pero no podemos darnos ese lujo mientras que Sam estaba herida.

Recuerden que sí nuestro felino comienza la matazon es muy probable que Sam hubiese muerto desangrada, porque no podía esperar a que a Red le diera un ataque de Ira y acabara con todos, ¿luego que iba a ser de ella sin nadie que la auxiliara?

No es su momento de morir, aún no.

Otra cosita, ¿creen que en verdad este embarazada? ¿Monica al fin logró su objetivo?

Leo sus opiniones que me encanta leer sus comentarios, nos vemos en la próxima 😉

Experimento 310.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora