Capítulo 38

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310 caminó con Sam en los brazos sin saber muy bien a donde ir, los fallos lo siguieron a donde sea que se dirigía admirando todo a su alrededor, era la primera vez que se encontraban afuera de las instalaciones, miraron hacía arriba donde el cielo se bañaba de hermosas estrellas y una luna resplandecía en lo más alto sonriendoles por su libertad, todos miraban idiotizados el cielo, era primera vez que veían algo tan bonito, siguieron caminando hasta adentrarse en el bosque, para 310 era muy parecido a donde había luchado hace a penas unas horas sólo que este se veía real y no ficticio engañando a su cerebro.

Mientras caminaban una fuerte explosión se oyó a sus espaldas haciendolos tambalear, 310 sujetó a Sam con fuerza en sus brazos y miraron atrás donde las instalaciones se estaban incendiando, los fallos de inmediato miraron a la hembra quién se encogió de hombros sin darle importancia.

-Culpable. - Dijo 309 y todos rieron por primera vez en su vida, fuertes carcajadas se escuchaban junto a los fuertes pechos vibrar de felicidad, el aire afuera era totalmente diferente, se sentía menos pesado y más limpio, aspiraron con fuerza llenando sus pulmones de aire puro.

El centro del laboratorio quedaba bastante lejos de los pueblos o si quiera de la ciudad. Estaba ubicado en la cima de una colina apartado de todos, no había nada cerca y era demasiado díficil poder llegar ahí, los árboles se movían al bailar del viento helado que por allí se paseaba, decidieron parar bajo un gran árbol de Roble acostandose en el suave pasto y donde 310 se sentó con Sam sobre su regazo.

No tenía ni idea de porqué tardaba tanto en despertar, acarició su suave rostro dandole pequeños besos por toda su piel a la espera de que abriera sus lindos ojos verdes y lo miraran con el mismo amor de siempre, sus manos callosas se pasearon por su vientre que ya se encontraba algo abultado con su cachorro adentro, no era mucho pero 310 si veía la diferencia. Su mente se llenó de recuerdos bonitos de ellos juntos y a la vez de un recuerdo especial que lo invadió, queriendo hacerlo realidad, ya que al final habían podido salir de ese infierno y ahora sí podían cumplirlo.

El recuerdo de ellos dos en la playa, pero esta vez en el recuerdo no estaban solos, una pequeña cría de cabellos rojizos y ojos rasgados iguales a los de él se encontraba en los brazos de su humana.

-Tengo hambre - Soltó de repente 309 llamando la atención de todos incluyendo la de 310.

Pero sólo un macho se levantó dispuesto a complacer a su hembra al ver un venado pasar corriendo de entre los matorrales..

-No te alejes tanto - Dijo el felino cuando vió como el macho se iba seguido de unos cuantos más, volvió su atención a la humana pero la hemba una vez más lo sacó de sus pensamientos.

-No entiendo nada, ahora que será de nosotros estando sólos aquí afuera. - Dijo esta a lo que el felino la miró con atención.

-Seguro Sam tendrá una solución cuando despierte, ella conoce más de lo que hay aquí afuera que nosotros.

-¿Por qué confias tanto en esa humana? - El ceño del felino se frunció al escuchar las palabras de la hembra.

-Porque es mi humana y lleva a mi cría en su vientre. - Dijo con algo de molestia, la hembra se le estaba tornando fastidiosa.

-Eso lo entiendo, ¿Pero como sabes que no era uno de ellos? - 310 volvió a mirarla, él no tenía porqué dudar de Sam, sabía perfectamente que tanto él como la humana habían sufrido a manos de esa gente, si la pelirroja fuera uno de ellos no tendrían porque hacerle daño, entonces la respuesta era clara, la humana tambien estaba en contra de su voluntad en las instalaciones, simplemente se dedicó a desviar la vista y no responder.

No tenía porque darle explicaciones a nadie salvo a su hembra.

Pasaron unos minutos más y el fuego seguía consumiendose el laboratorio, el lugar era grande pero para suerte suya estaban bien escondidos bajo el gran árbol que los cubría por completo, todos estaban en silencio sumido en sus propios pensamientos hasta que los pasos de alguien acercandose los puso en alerta, se levantaron dispuestos a luchar pero la voz de 309 una vez más los relajó.

-Tranquilo, son de los nuestros. - Y así fué, vieron llegar a los machos con lo que parecía ser comida.

Dos cargaban un ciervo bastante grande y otros unos conejos, aunque ellos no conocían que clase de criatura habían cazado lo podían oler, simplemente era comida por el olor a carne que desprendían iguales a lo que le daban cuando estaban encerrados.

Se apresuraron a comer, no sabían que tenían tanta hambre hasta ese momento, todos devoraron a los animales como si de agua se tratase, sin importarles si se ensuciaban o se bañaban en su sangre, uno de ellos se fijó que el felino no estaba comiendo, arrancó una pata del venado y se la ofreció pero 310 de inmediato se negó.

Ellos la necesitaban más que él, se notaba que tenían días sin probar un bocado y se apiadó de ellos. Por lo menos a él y a su hembra no los tenían pasando hambre pero se notaba que a los fallos sí.

El macho siguió insistiendo pero el felino volvió a negar, al final se rindió y se la comió él.

310 pensó que despúes podía cazar algo para él y su humana, pero mientras tanto el que los fallos se alimentaran era primordial.

Unos movimientos le llamaron la atención, Sam se removia en sus brazos despertandose, se quejaba del dolor y El felino la abrazó intentando calmarla, cuando Sam abrió los ojos lo primero que vió fué el rostro del macho todo sucio con sangre seca pegada a él, pero sus ojos amarillos iluminados en felicidad y su sonrisa enorme derritieron su corazón, podía verlo claramente y no sabía como puesto que todo se encontraba oscuro, una lágrima rodó por su mejilla al darse cuenta de algo.

-¿He muerto? - La risa del felino le llegó a lo mas profundo de su ser, era lo más lindo que había escuchado nunca y su corazón una vez más se oprimió.

-No mi dulce humana, hemos logrado salir con vida,

Sam procesó las palabras del felino, su cerebro tardó en darse cuenta y darles sentido y por un instante sintió que nada era real y que su mente le estaba jugando una mala broma.

-Eso quiere decir que...

- Que ya no somos más prisioneros, ahora somos libres.

Sam comenzó a llorar dandole gracias a cielo por al fin haber salido de ese infierno, sus manos fueron a su rostro para limpiar las lagrimas que no la dejaban ver bien, pero así mismo cuando apenas tocó, algo extraño se sintió. Los recuerdos de aquella bestia al golpearla con sus garras en la cara se hicieron presente, Sam volvió a tocar frunciendo su ceño al comprobar una extraña forma en sus mejillas.

-¿Que...? - El felino retiro sus manos sonriendole, no quería hacerla sentir mal por las cicatrices que ahora surcaban su rostro pero no pudo evitar de nuevo el sentimiento de tristeza - ¿Me veo horrible, cierto? - Soltó Sam al verse victima de la realidad.

-No, no, no, mi dulce humana, para mí sigues siendo lo más hermoso.

Pero para Sam, aquellas simples palabras fueron un detonante para su llanto que comenzó a descontrolarla, mientras que 310 la consolaba en sus brazos sintiendo como su corazón se rompía por su humana.

...............

Hola, holaaa, quería decirles que faltan ya pocos capítulos para terminar esta historia.

Pocos capítulos faltan para culminarla pero no sabría decirles cuantos exactamente.

En fin, espero que les haya gustado el capítulo de hoy y no olviden su voto por fiis, no sean un lector fantasma. 

Nos vemos en la proxima, con un nuevo cap.

Experimento 310.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora