Cap. 29

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Una vez que se cerraron las puertas de la habitación, dándole a 310 la privacidad que quería con su hembra y que en un principio no debieron interrumpir.

Se apresuró a colocar en la cama a Sam despojandola de la ropa, Sam estaba sudando y su piel se encontraba un poco caliente, sabía que en casos así Sam solía quitarse la ropa para que le llegara el aire.

Se sentó en la silla del Fondo sujetando su cabeza en sus manos, se sentía impotente, quería hacer algo pero no sabía qué.

Sam era la mente maestra en todo y él solo actuaba a los hechos, por eso la necesitaba, porque ella conocía más del mundo que él.

Ella pensaba y planeaba y él ejecutaba.

Red en su pecho rugia y se movía descontrolado, a pesar de estar juntos en el mismo cuerpo ambos pensaban distintos y sentían diferentes.

Mientras que Red pensaba en matar y atacar a todo el que le rodeara sin detenerse, 310 estudiaba el entorno y debía tomar la decisión si era bueno atacar o no.

Tal pasó el caso cuando hirieron a la hembra, Red se volvió como loco queriéndo tomar el control y asesinar a todos, pero 310 tuvo que concentrarse en lo que verdaderamente estaba sucediendo, habían lastimado a su hembra y debía actuar con cabeza fría, si dejaba que Red los matara no había nadie que sanara a Sam y también tuvo que concentrarse en buscar los pensamientos y sentimientos de la humana, debía saber en qué Estado se encontraba y que es lo que ella haría en su caso, por eso tuvo que resignarse e ir con los miserables.

Mientras tanto, tuvo que usar toda su fuerza para mantener bajo control a Red, Sabía que nunca tuvo que revelarle a la humana malvada que Red estaba despierto, pues sabía que en este momento debía estar buscando algo con que volverlo a dormir.

310 suspiró, había sido mucho trabajo en un día y sentía su mente agotada.

Sin saberlo, su mente se apagó y la oscuridad lo invadió.

3 horas después quejidos invadieron sus oídos, se despertó rápido corriendo a la cama, Sam se había despertado y se quejaba de dolor.

-Estoy aquí, humana, estoy aquí. - Intentó decir Red con voz suave para tranquilizarla.

-Red.... me duele. -La voz de Sam había salido entrecortada, sentía su garganta seca y su mente palpitaba, la herida de su abdomen dolía.

-Lo sé pequeña humana, lo sé, estamos aquí contigo.

El felino acariciaba su cabello con demasiada ternura, sus ojos rojos la veían con adoración pero también con suma preocupación.

-¿Donde está 310?

-Esta descansando, estaba muy agotado por todo lo sucedido hoy.

-¿Están enojados conmigo, verdad? - Sam soltó un sollozo y sus ojos lagrimeando rompieron el corazón de Red.

-Tranquila pequeña humana, 310 sólo estaba preocupado por tí, no sabes todo lo que tuvo que luchar conmigo para mantener las cosas en calma.

Las lágrimas de Sam se intensificaron, Red dijo 310 pero no se incluyó a él.

-¿Y tú? ¿Tu si estas enojado, cierto?

Las palabras de Sam casi no se entendían pero Red no necesitaba más para comprenderla a la perfección.

Su mirada se dirigió a otro lado, recuerdos de como le habían disparado se hicieron presentes y sus puños se cerraron con fuerza intentando contenerse.

No tuvo que haber palabras ya que los recuerdos de lo sucedido junto al sentimiento de ira y la desesperación de Red por acabar con ellos invadieron a Sam.

Experimento 310.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora