Después de haber logrado sanarle la herida a Sam, Mónica ordenó llevarla a una habitación para mantenerla en cuidados.
Pero tal parece que fué una tarea difícil porque tenían que pasar primero por encima del Felino, quién de inmediato escuchó que ya habían terminado se apresuró a cargarla para llevarla de nuevo a la misma habitación, donde pertenecía, con él.
Mónica corrió detrás del felino intentando persuadirlo, sacó miles de excusas pero 310 no escuchaba, su atención estaba en su hembra y tenerla en un lugar resguardada.
A todo el que se le acercara les gruñia y de su pecho salían fuertes golpeteos como si fueran tambores.
Era su animal rasguñando para salir.
Pero a pesar de todo, intentaba controlarse, su instinto estaba alterado, su respiración irregular y todo en él estaba descontrolado, su cuerpo se mantenía en constante alerta por todo lo que sucedía a su alrededor, no confiaba en los humanos y temía que en cualquier momento le atacaran descuidado, o peor, con su hembra encima, ya que con Sam en sus brazos no podía defenderse.
Todo era cuestión de días, tenía decidido salir de ahí y sacar a Sam de ese infierno, ya había descubierto que no sólo se metían con él si no también con su hembra, y eso no lo iba a perdonar, primero eran las heridas en su espalda y ahora el disparo en su estómago, debía ser inteligente y actuar rápido antes de que terminen ambos muertos.
Una cosa que había aprendido de Sam en todo este tiempo, era pensar con cabeza fría y esperar el momento adecuado para empezar un plan, ya que con Sam herida no podían escapar.
La ira corría por sus venas, ya tenía fichada en su mente la cabeza de todos allí.
Pero las primeras en la lista eran las de la humana malvada y los miserables que se atrevieron a lástimar a su hembra.
Una vez que llegó a las puertas de lo que era el espacio donde había compartido tantos momentos con su humana, entró y girandose para enfrentarlos dijo con voz contundente.
—Cierrala.
—Escúchame, debemos poner en un lugar seguro a la chica, por favor.
—El único lugar seguro aquí es conmigo.
—No, no, no, no, no, Piensa, sé que eres inteligente, ¿lo has sido todo este tiempo verdad? Entonces, ¿que harás si la herida se infecta.? No sabes nada de primeros auxilios.
La voz de Mónica sonaba rogante, prácticamente le estaba rogando, hablaba con desesperación y con voz bajita y suave para no alterarlo más, nada funcionaba y Mónica estaba a punto de jalarse de los cabellos.
—Si eso pasa yo mismo la sano, ya pasó cuando tus miserables humanos la torturaron y no dejaré que pase dos veces.
Mónica intentaba entender rápido de lo que hablaba el felino y cuando por fin lo entendió todo su cuerpo se estremeció, nunca había tenido una conversación con 310, sabía que él tenía la capacidad para hablar pero no conocía el hecho de que formaba oraciones sin complicaciones e incluso entendía todo.
—Si, pero esta es otra clase de herida. — Intentó mediar ella con voz pausada.
—¿Me crees estúpido, humana? ¿Crees que dejaré a mi hembra a cuidado de una humana como tú? — A estas alturas prácticamente 310 rugia y gritaba, los tambores en su pecho retumbaban con más fuerza queriendo liberarse y aún con Sam en sus brazos inconciente volvió a exigir — Cierra la maldita puerta y dejanos en paz.
—Si algo le llega a pasar será completamente tu culp...
—Si algo le llega a pasar Red acabará con todos ustedes — 310 sonrió de lado con su voz más baja y ronca de lo normal Mirando fijamente a la humana frente a él — ¿O que creés? ¿Que aún sigue dormido? Esta deseando salir y matarte con sus propias manos — El pecho de 310 retumbó con más fuerza soltando una carcajada que le puso todos los vellos de puntas a Mónica.
Dió dos pasos atrás y al final soltó la orden.
—Cierren las puertas y dejenlos en paz — Ordenó retrocediendo para alejarse con fuerza pisando sus caros tacones.
Se dirigió a su laboratorio, lista para crear la vacuna que pone a dormir al animal Interno, su enojo crecía con cada paso que daba, todo encajaba en las piezas y no pudo creer que haya sido tan estúpida para no darse cuenta, una semana, faltaba sólo una semana para que el líquido abandonara todo su torrente sanguíneo, entonces la pregunta era ¿Por qué había despertado antes.?
Nunca dió señales de estar activo, siempre lo había visto calmado y apaciguado, pensando que solo estaba despierto el lado humano y el animal seguía en el sueño.
Pero no.
Todo había sido un engaño.
¿Desde cuando estaba despierto?
Por eso su cuerpo había crecido, sus ojos rojos eran señal de ello, los fuertes retumbes en su pecho y la clara protección hacía la mocosa.
Pero de pronto una pregunta cruzó su mente.
¿Su lado animal ya la había aceptó?
¿Como pudo ser tan ciega y no haberlo visto?
Con razón su cuerpo había rechazado los sedantes y estaba en constante tensión.
Todo indicaba que sí, efectivamente el felimo estaba despierto y Mónica no quería verlo, no deseaba encontrarse con él por nada en el mundo y no podía dejarlo salir.
Si es así, tenían una guerra por delante, una que estaba más que dispuesta a ganar, y no perdería.
Llegando al laboratorio se puso manos a la obra, se sabía los químicos de memoria, sabía que tenía que agarrar y mezclar , lo había hecho tantas veces que no hacía falta que se lo dijeran.
2 horas después tenía el líquido verde en sus manos y sonreía con insuficiencia.
—Vamos a ver quién va a ganar este juego gatito.
...............
Uy, uy, uy, ¿Sera cierto que ya despertó? ¿Que opinan? ¿Como procederán las cosas a partir de ahora.?
En fin, los Leo en los comentarios. 😉
A partir de hoy las actualizaciones serán tres veces por semana, posiblemente Lunes, Miércoles y Viernes. Se me acabaron las vacaciones y el trabajo me tiene súper ocupada.
También cada día y cada segundo del día nuevas ideas me surgen y cada una me gusta más que la anterior así que poquito a poquito tengo que buscar como meter esas ideas en los cap.
Por lo tanto, sabemos que hoy es Domingo así que ya les subí el cap que tocaba mañana Lunes.
Bueno, fin del comunicado, se les quiere y nos vemos el miércoles❤
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Experimento 310.
Fantasy310 poco a poco iba dejando de lado su humanidad dándole paso solamente a su lado más salvaje. Encerrado en un laboratorio 310 ya no era humano, ya no razonaba ni pensaba. Lo habían convertido en un animal sediento de sangre, sediento de ira y ya...