Capítulo 42

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—Es Fantástico — Dijo Sam caminando con calma hacia adelante seguida del felino.

Frente a ellos se encontraba una especie de Lago cristalino con una preciosa cascada al Fondo y la Luna iluminando el centro.

La vista era alucinante y maravillosa, Sam se giró con una gran sonrisa en su rostro, era la primera vez desde que habían escapado que se sentía feliz y plena, su corazón latió con fuerza al observar a 310 mirarla embobado con una sonrisa también.

Corrió a sus brazos donde el felino la recibió gustoso y dichoso llenándole la cara de besos.

—Gracias, gracias es Hermoso.

—Sabía que iba a gustarte — A pesar de todo 310 la conocía, aunque el no supiera nada del mundo conocía los gustos de su hembra sabiendo todo lo que le gustaba.

— ¿Como lo sabías? — Preguntó Sam sin dejar de besuquearlo.

— Sencillo, simplemente lo ví y me imaginé a tí desnuda bajo el chorro de agua en el fondo.

Sam río con sus mejillas coloradas.

—Eso no es un chorro, es una cascada creada por la naturaleza.

—Lo que sea, no importa, lo importante es que te haya gustado.

— Más que eso, me ha encantado.

Ambos conectaron sus labios regalandose besos suaves y tiernos, cuando se separaron Sam pidió ser bajada de los brazos de el felino y aunque este no quería soltarla no se pudo negar al ver lo linda que se veía con sus ojos brillantes y su sonrisa resplandeciente.

—Vamos, apresurate. — Gritó Sam corriendo al lago despojándose de su vestido ya bastante sucio igual que sus bragas.

Una vez desnuda no lo dudó dos veces cuando se sumergió por completo sintiendo el frescor placentero en su cuerpo.

Cuando emergió del agua observó al felino aún de pie en la orilla.

—¿Que? ¿No vienes? — Dijo seductoramente estregando su cara y brazos para quitar la suciedad en ella.

El felino aceptó su invitación quitándose también los pantalones rotos que llevaba puesto y de un salto se lanzó al lago nadando por debajo hasta su hembra y tomarla por la cintura.

El agua estaba tibia y se sentía refrescante, Sam se aferró al cuerpo del macho sujetándose de su cuello y enredando sus piernas en sus caderas.

Sam inmediatamente comenzó a lavar el cabello corto del felino sin dejar la sonrisa de su rostro.

—¿Por que me miras así? — Soltó Sam después de haber terminado de sacar la sangre seca del cabello de 310.

—Porque eres lo más lindo que están viendo mis ojos.

—No es cierto — Dijo Sam tomando agua con sus manos y restregando la cara del felino, cuello y hombros.

—¿Por qué me lavas tanto? — Preguntó el felino con la mirada puesta aún en su magnífica hembra.

— Odio que te veas sucio y aunque no tengamos jabón aquí al menos debemos quitarnos la suciedad y la sangre, creo que deberíamos traer a los demás.

—¿Por que?

—¿No los has visto? Están peores que tú.

310 frunció el ceño, no le gusta para nada lo que la humana a dicho, al fin y al cabo consiguió ese lugar para su hembra, no para los demás.

—A parte debemos hablar de algo importante. — Volvió a decir Sam ganándose de nuevo su atención.

—¿Como qué?

Experimento 310.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora