Al día siguiente, las heridas de 310 estaban cerradas casi totalmente, con la diferencia que al cerrarse, una cicatriz nueva adornaria de nuevo su cuerpo.
Ambos habían dormido en la enorme cama cada uno por su lado. 310 nunca había dormido en una, pero le gustaba la comodidad y suavidad que esta le brindaba, especialmente porque al lado de la humana su olor era más fuerte y adictivo.
Incluso cuando intentaba levantarse, ahí estaba Sam regañandolo como si fuera un cachorro.
El día anterior ella misma le había dado la comida, que consistía más que todo en un gran pedazo de carne cruda. Sin embargo, Sam cogió un cuchillo de esos de plástico que no era capaz ni de rajuñar y un tenedor de su plato para empezar a cortarle la carne en pequeños trozos y dárselo, 310 se sentía todo un inútil, él podía hacer sus cosas sin problemas pero la humana no lo dejaba, se encontraba de mal humor y cada tanto le gruñia cuando una nueva orden salía de sus labios.
—Siéntate con cuidado, deja de estar esforzando tu cuerpo sin necesidad.
Habían pasado el día sin mucho que hacer la verdad. De vez en cuando conversaban pero Sam se dió cuenta que 310 era de muy pocas palabras, era como si tuvieran que sacarselas a juro.
Sam daba vueltas por todos lados, ya había revisado hasta el último rincón de la habitación y no había señales de poder salir, la puerta tenía un sistema que se abría solamente desde afuera porque por dentro parecía más una pared, no tenía mucho por hacer, solo estar encerrada con 310 y hacer que él la deseara para acostarse.
Era como si esa gente pensara que al tenerlos encerrados follarian todo el día como conejos.
¿No hay algo más que hacer a parte de follar y embarazarse?
Ni siquiera sabía si Sam le parecía una mujer atractiva, o que la viera de alguna forma más íntima.
No iba a obligarlo a estar con ella y por los momentos él no había demostrado querer nada sexual.
Sam soltó un resoplido, observó a 310 que miraba al techo perdido en sus pensamientos, se preguntó qué sentiría él al estar allí con ella.
Como es que había sobrevivido tanto tiempo si apenas para Sam era el tercer día y ya sentía que se estaba volviendo loca.
El Felino pensaba en que ese día no lo habían ido a buscar, no era ningún estúpido y sabía que algo tramaban, para un sujeto de prueba como él, el ser torturado a diario sin descanso era el pan de cada día y cuando justamente ese día no se había presentado nadie, solamente el guardia que les llevaba la comida era muy sospechoso para él.
Debía tener las alertas encendidas para proteger a la humana en caso de que estuvieran planeando algo.
310 no tenía conocimiento del tiempo, ni se sabía los días ni las horas, pero si sabía que había pasado un tiempo bastante largo para él conviviendo en aquel espacio con la hembra, también sabía que esa pequeña humana llamada Sam como a él le había dicho había sido la única humana en demostrarle algo de compasión y lástima.
No podía dejar que le hicieran el mismo daño que le hacían a él.
Un olor diferente al que estaba acostumbrado invadió el lugar, pero era esa clase de olor que conocía muy bien, a diferencia del anterior este olía más dulce y más picante a la vez, cerró los ojos un momento disfrutando de la sensación que corría por su cuerpo a la vez que algo dentro de él despertaba.
Volteó su rostro para ver a Sam pero se encontró con la sorpresa de que no estaba sentada en el lugar donde se supone que debía estar, estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se dió cuenta cuando se movió de sitio y sus ojos por alguna extraña razón comenzaron a buscarla.
El olor dulce de Sam seguía en la habitación y con mucho cuidado se levantó colocando primero un pie y luego otro hasta estar totalmente parado.
Dio unos cortos pasos despacio para no alertarla y siguió su olor hasta el baño, con cuidado y con sigilo abrió la puerta.
Donde aquel olor se intensificaba y era mucho más fuerte.
Busco a Sam con la mirada hasta encontrarla de pie bajo la ducha totalmente desnuda, la respiración de 310 se detuvo y su ceño se frunció, su mente no estaba prepado para lo que sus ojos verían y era que se había dado un choque directo con su instinto más salvaje.
Sintió como su verga se endureció y un calor sofocante empezó a invadirlo, su respiración comenzó acelerarse y su pecho comenzó a vibrar.
Era la primera vez que se veía en una situación así, estaba excitado pero no estaba encadenado ni drogado, pero era también la primera vez que deseaba enterrar su verga en el coño delicioso que soltaba aquel olor y está vez no se sentía obligado de hacerlo.
Escaneo el cuerpo una vez más de Sam, era pequeño, bastante pequeño por así decirlo, y una duda que nunca había tenido se planteó en su cabeza.
No lo aguantaría.
La pequeña hembra se partiría en dos si lo montaba.
Soltó un fuerte rugido y apretó con fuerza en sus manos la manija de la puerta haciendo que esta se rompiera y llamara la atención de Sam.
No podría calmarse, debía salir de ahí y volver a donde estaba si no quería perder el control con la débil humana, no quería hacerle daño a la persona que lo curó.
No debía.
Debía controlarse o terminaría matándola si tan sólo llegara a enterrarle su verga.
Pero, la otra hembra mala esa si lo soporta perfecto y parece gustarle.
Pero la otra hembra malvada es mucho más grande que Sam.
Habían muchas cosas dando vueltas en su cabeza que no se había dado cuenta una vez más, que Sam estaba frente a 310 mirándolo curiosa.
—¿No te parezco atractiva?
El Felino la miró de vuelta y soltó un resoplido.
Si esa humana supiera lo que él se estaba aguantando para no dañarla.
—¿Estoy gorda? ¿No soy de tu gusto?
Siguió preguntándo Sam intentando comprender la reacción de 310 al verla sin ropa.
—¿Eres más de los que les gusta las rubias verdad? ¿Te gusta ella no es cierto? — Sam bufó acordándose de algo — Claro, ella me advirtió que no me sorprendiera si me llegaras a rechazar.
Rodeó su enorme cuerpo e ingresó a la habitación para buscar otro vestido que ponerse, en ese instante la puerta se abrió dando paso a 3 hombres que no perdieron tiempo de lanzarle un dardo tranquilizador a 310 y sujetar por los hombros a Sam que de inmediato pataleo y grito lanzándole puños a los hombres, pero estos eran más grandes que ella y sin mucho esfuerzo le colocaron un paño en la nariz durmiendola en el acto.
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Bueno, bueno, volví con un nuevo capítulo 😉 Denle mucho amor y subiré el siguiente.
Lamento la demora, he estado súper enferma y entre chequeos y examenes médicos se me fueron los días de actualizaciónes.
No olviden votar y dejarme sus comentarios con mucho amor y les subo el siguiente 🥳
Nos vemos en el próximo Felinos 👻
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Experimento 310.
Fantasy310 poco a poco iba dejando de lado su humanidad dándole paso solamente a su lado más salvaje. Encerrado en un laboratorio 310 ya no era humano, ya no razonaba ni pensaba. Lo habían convertido en un animal sediento de sangre, sediento de ira y ya...