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—No he podido evitar preguntarme—Nakamura se acercó hasta mí—. Si vosotros dos estáis peleados—señaló a Karma.

—¿Qué te hace pensar eso?—la miré extrañada.

—Bueno—sonrió con malicia—. Normalmente llegáis juntos a clase, habláis la mayoría del tiempo, él te hace bromas y tú te "enfadas". Incluso os saltáis algunas clases juntos—su sonrisa se volvió pícara—. ¿Estás segura de que no sois pareja?

—Eres una psicópata—sentí un escalofrío.

—Pero es cierto—se unió Kurahashi—. Siempre estáis juntos.

—Yo creo que es Karma quien va detrás de ella—comentó Hayami.

—A mí me parecen una linda pareja—insinuó Kanzaki.

Estaba empezando a sentir la presión social sobre mí, y quería deshacerme de ella a toda costa.

—Tranquila—Hada me dedicó una sonrisa—. Si tienes algún problema puedes contar con nosotras.

Abrí mis ojos con sorpresa. No había intercambiado ninguna palabra con Hada hasta el momento, pero para lo único que me había dicho y la forma en la que lo había hecho, me hacía saber que era una buena persona. Eso me hizo sonreir inconscientemente.

—Gracias...

Koro-sensei nos interrumpió, indicando que ya habíamos llegado donde nos quería llevar.

Los que se encontraban delante apartaron algunos arbustos, jadeando con sorpresa al contemplar el paisaje. Mis compañeras y yo nos adelantamos y, con la misma reacción, admiramos la piscina natural frente a nosotras.

—Vamos, métete—animó Yada.

—Preferiría quedarme...

Me sobresalté al sentir la mano de alguien tirar del cuello de mi chaqueta. Nakamura me giró hacia ella y, sin darme tiempo a procesar lo que pretendía, bajó el cierre de la chaqueta, dejando a la vista mi bañador.

—Tienes un cuerpo precioso—levantó su dedo pulgar con una amplia sonrisa—. Aunque trates de cubrirte, yo lo veo todo. Lo pude ver en los vestidores.

—¿Qué?—la miré con pánico.

—Tranquila—levantó las manos—. No vi nada más allá de lo que debería.

—Te mato.

Comencé a seguirla con la intención de atraparla y hacerle pagar por la vergüenza que me estaba haciendo pasar, pero terminé en el agua. En un descuido me acerqué tanto al bordillo que ella aprovechó para agarrarme por la cintura y tirarme con ella.

—¡Chicas, no os empujéis!—reprendió nuestro profesor.

Todo fueron regaños, hasta que una de mis compañeras quiso animar a la forma de vida artificial a meterse al agua con nosotros. Todos quedamos sorprendidos ante el grito tan agudo de Koro-sensei porque Kurahashi le salpicó agua.

Fue ahí cuando descubrimos su punto débil más importante hasta el momento.

Como no, Karma tenía que hacer de las suyas, así que balanceó la silla de socorrista de nuestro profesor, tratando de hacerlo caer. Yo reí ante su broma de mal gusto y, para mi suerte, él me estaba mirando en ese momento, por lo que cambié a un semblante serio y me di la vuelta para volver a disfrutar de la piscina natural con mis compañeras.

Nos escontrábamos en una hora de descanso cuando Terasaka irrumpió en la clase. Todos contemplábamos maravillados la réplica de una moto hecha por Koro-sensei, a madera. Pero él tuvo que enfadarse y darle una patada, tirándola y haciendo llorar a nuestro profesor.

NUESTRA PEQUEÑA REALIDAD || KARMA AKABANE X LECTORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora