—¿Qué quieres decir?—preguntó abriendo los ojos con sorpresa.
Abrió la boca para hablar, pero ahora las palabras eran incapaces de salir. Se encontraba demasiado nerviosa, no se creía que en estos instantes estaba a punto de declararse.
—Tú...—retrocedió al darse cuenta de la cercanía del chico—. Lo siento, esto es demasiado.
Sus mejillas rojas la delataban, por supuesto que no podía ser otra cosa, pero él necesitaba una respuesta.
Agachó la cabeza, sus mejillas también se tiñeron de un rojo intenso al ver a la chica completamente avergonzada. Se dio cuenta del momento tan cursi.
—Tranquila—carraspeó.
Más calmada tras unos segundos de espera——segundos en los que sentía los nervios por los aires—— decidió hablar de una vez por todas.
—¡Karma!
—¡Sí!
—¡Me gustas!
Su corazón explotó y, recreando tal y como sucedió aquel día en la playa, el día en el que comprendió lo que sentía hacia ella, cayó rendido al suelo, escondiendo su cara entre sus rodillas.
Se agachó a su altura, pensaba que el chico trataba de asimilar la situación, o que tal como ella pensó alguna vez, la femenina solo estaba jugando con él.
Quería dejar en claro sus sentimientos, como Karma hizo con ella el día del festival.
—Oye, Karma—picó su cabeza con el dedo.
Levantó la cabeza para mirarla, sus ojos se iluminaron de inmediato, contemplándola como lo más bonito que el ser humano haya visto.
Ella tomó sus mejillas y, bajo la atenta mirada del chico, fue acercándose poco a poco, cerrando los ojos lentamente. Él, esperando que sucediera, también cerró los ojos de forma pausada hasta poder sentir cómo los labios de la chica se fundían con los suyos.
«Que nunca termine este momento»—pensó Karma mientras ella le besaba.
Pero el momento se esfumó y Karma sintió un gran vacío al tratar de medir mentalmente la distancia que los separaba, aunque su corazón rebosaba de inmensa alegría al sentir sus labios húmedos mientras estudiaba el rostro de la causante de ello.
—No me mires así—pronunció con dificultad, apartando su rostro avergonzado.
—¿Así, cómo?—ladeó una sonrisa, acercándose para volver a eliminar esa distancia tan molesta entre ellos.
No sabía qué era lo que debía hacer ahora, ¿pedirle una cita? ¿Pedirle que sea su novio?
—Oye—soltó una risita, tomando su mentón y guiando su mirada hacia él—. Tengamos una cita.
—¿Así de fácil?—levantó sus cejas con sorpresa.
—¿Eh?
—Lo siento—tomó distancia—. Es que lo has soltado tan fácil que me siento estúpida por no saber cómo actuar.
—Eres muy tímida cuando hablas con el chico que te gusta—rió, poniendo una mano sobre su cabeza para acariciarla.
—¡Karma!—dijo a modo de reproche—. No puede ser, al fin y al cabo sigues siento tú.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué?
—La cita.
—Ah.
Hubo un momento de silencio que hizo sufrir al pelirrojo a pesar de que las cosas ya se hubieran aclarado.
—Claro—tartamudeó—. ¿Dónde te gustaría quedar?
—Donde tú quieras—sonrió—. Yo invito.
—Bueno, pues...
—¡Chicos!
Ambos estudiantes miraron a su compañera correr a lo lejos en su dirección.
—¿Qué hacéis en el suelo?
—¿Qué ocurre?—evadió el chico.
—Nos teníais preocupados, así que he venido a ver cómo iba todo.
—¡Pues de maravilla!—pasó un brazo por los hombros de la femenina, sentándose a su lado en el suelo—. Enseguida vamos.
—Está bien...
Observaban cómo se alejaba. El pelirrojo se quedó absorto en sus pensamientos por un momento, recordando el beso, repitiendo la escena una y otra vez en su cabeza. Salió de ese pequeño trance al escuchar la carcajada de la chica.
—Y pensar que creía que te gustaba ella.
—¿Estabas celosa?—preguntó con picardía.
—No. Me sentía mal, y no sabía por qué—sonrió con tristeza—. Y ahora lo entiendo.
—Oh, eres una cursi—canturreó.
—No empecemos con mal pie, Akabane.
—No me llames así que me siento regañado—envolvió a la chica en un cálido abrazo mientras soltaba risillas.
—Karma, me ahogas—rió al sentir cómo comenzaba a balancearse con ella.
Fue un pequeño momento para soltar tensión. Él abrazado a ella y balanceándose como un niño pequeño mientras ella le seguía el juego, y cuando sintió que todo no era un sueño, decidió hablar.
—No me lo puedo creer—escondió su rostro en el cuello de la chica—. ¿Esto está pasando de verdad?
—Karma...
—Gracias—restregó su nariz en el cuello de la contraria—. Me asustaba que...—escondió su rostro ruborizado— el sentimiento no fuera mutuo.
—Bueno, ahora hay que ver si todo va bien, ¿no?
—¿Crees que lo nuestro puede llegar a fallar?
—Todavía no nos conocemos, Karma.
El silencio era abrumador, pero él comprendía las palabra de la femenina. Todavía ninguno sabía cómo era realmente el otro.
—Entiendo—asintió—. En ese caso me esforzaré todo lo posible para que esto funcione.
—Gracias—reforzó el abrazo—. Yo también pondré todo mi esfuerzo en esto, Karma. ¡Lo próximo será ser novios!—afirmó con ilusión.
—¡Bueno!—se levantó de golpe—. Creo que deberíamos volver.
—Oh—rió al notar el cambio de actitud del chico—. Eres muy lindo avergonzado. —se incorporó tomando el brazo del contrario para caminar juntos—. ¿No te hace ilusión? A mí sí me gusta la idea de decir que Karma Akabane es mi novio.
—¡Créeme que en cuanto te pida...! Ser tu novio—murmuró—, no tendré ningún reparo en difundirlo para que todos lo sepan.
—Me alegra oírlo—esbozó una sonrisa, apoyando su cabeza en el hombro del pelirrojo.
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NUESTRA PEQUEÑA REALIDAD || KARMA AKABANE X LECTORA
FanfictionKarma Akabane es alguien con fama de buen estudiante y chico violento, por eso, el día que decidió salvarla, se temía lo peor. Sin embargo, todos los rumores del Kunugigaoka se verán envueltos en una mentira cuando la transfieren a la Clase E. Sorpr...