19

0 2 0
                                    

Suki:

•❅──────✧❅✦❅✧──────❅•

Las horas pasaban lentamente en mi habitación, eran las 3:00 de la tarde, mi hermano se había traído a sus amigos a casa y no paraban de hacer ruido en su cuarto, seguro jugaban en línea, eran cómo cinco, y a nadie le molestaban, porque solo mis amigos molestaban en mi casa. Miré mi reloj nuevamente. -¿Debería escaparme a hacer algo divertido con Mark?- No, él estaba recogiendo a Sakura en el aeropuerto. Le escribí a Yuta, que probablemente estaba trabajando, o durmiendo en el trabajo.

•┈┈┈•┈┈┈•┈┈┈
Me aburro.
¿Qué haces?

Viendo cómo
puedo meterme
a tu casa por la
ventana del
comedor mi
amor.

¿¡Qué!?

¿Estás de
broma no?

Para nada.

Mi hermano y
sus amigos
están aquí.

Ups, pero de
todas formas
ya entré.

¿Pero tú cómo te
metiste por ahí?

•┈┈┈•┈┈┈•┈┈┈

-Improvisando. –Dijo entrando y cerrando tras de sí. Corrí a él y le pegué un beso en la mejilla. Sonrió poniendo sus manos en mi cintura.

-Yo pensé que era broma.

-Me escapé del trabajo.

-Vas a tener problemas por eso.

-No, mi mamá me cubrió.

-Tengo una suegra moderna. –Reí.

-Tu suegra te adora, eso es todo. –Nos sentamos en la cama.

-Te extrañé. –Me abrazó con ternura.

-Yo extraño salir en las noches contigo. Desde que estás castigada duermo toda la noche.

-Eso puede considerarse bueno… ¿No?

-No bromees, prefiero no dormir nunca si estoy contigo.

-Eso sonó raro.

-¿Cómo a qué?

-No dormir porque estás conmigo.

-¿En qué estás pensando? –Alzó una ceja.

-Perdón, creo que el arresto domiciliario no me hace nada bien. –Reí.

-No, no, dime. –Él reía también.

-¿Si ya lo sabes para qué preguntas?

-Es que quiero oírlo de tu boca. No te avergüences después de insinuar cosas.

-Yo no he insinuado nada. –Mentí riendo.

-¿Ah no?

-No.

-Entiendo, lo malinterpreté. Aunque es verdad que si te quedas una noche en mi casa no voy a dejarte dormir. –Ahora era él el que insinuaba cosas. Acarició uno de mis muslos.

-¿Me vas a mantener despierta toda la noche? ¿Veremos netflix?

-Una peli para mayores de edad. –Me susurró cerca de la mejilla. Luego nos miramos y volvimos a reír. Me dio un beso de esos que no se olvidan fácilmente. Cerré los ojos sintiendo el suave roce de sus manos en mi cuello. Desearía que estos momentos duraran para siempre. La primera vez que vi a Yuta, hubiese jurado que era todo un jugador, su aspecto no me dejaba pensar otra cosa, luego en la fiesta, rodeado de chicas, sí, había estado segura de que era un playboy; pero ahora que estábamos juntos, que su respiración me rozaba tiernamente el rostro que sus labios estaban enrojecidos por los besos y sonreía para mí; ahora sabía que él no era del tipo que jugaba con los sentimientos o los remplazaba con facilidad.

-Vine a ver una peli contigo como mínimo. Sí te apetece ver una.

-A mí me apetece cualquier cosa que sea contigo Yuta.

-Ay que babosa.

-¿A qué te saco por la ventana? O mejor, pido ayuda gritando para que te saque mi hermano. ¡Ayu...! -Me tapó la boca.

-No, no, era jugando. Sabes que me encanta que seas así.

-Muy conveniente. -Me reí.

-¿Crees que lo digo por conveniencia? -Se acercó a mí dejándome con la espalda pegada a la puerta del armario.

-Tal vez.

-A mí no me hacen falta esas artimañas para acercarme a ti. -Susurró.

-¿A no? ¿Y que te hace pensar que me entregaré tan fácil?

-Nadie dijo que fuera fácil. Me tuve que colar bajo la nariz del sabueso. -Reí. -¿Por lo menos un besito me merezco no?

-Déjame pensármelo. -Respondí también susurrando. Finalmente besé la comisura de sus labios. -¿Así?

-¿Puedo enseñarte? -Asentí. Colocó una de sus manos en mi mejilla y me besó los labios. -Así. -Murmuró y continuó el beso. Me agarré de su cuello para mantener el equilibrio ya que tenía los talones levantados. Yuta acarició mi cintura, mi cabello, para por fin descansar la cabeza en mi hombro, con la nariz hundida en mi cuello. -Te extrañé mucho. -Me abrazó fuerte hasta alzarme del lugar, como cuando un gatito quiere dejar su olor por todas partes y se acaricia con todo, él me abrazaba muy fuerte.

-Me vas a dejar sin aire.

-Solo un minuto más...

-¡Mierda se cayó la conexión! –Escuché las quejas de Gen.

-Yo arreglo eso, busca un cable para conectar esta cosa. –Dijo otro.

-Lo tiene mi hermana, dame un minuto. -¿Por qué hablaban tan alto? ¿Solo sirven para molestar? –Yuta se alejó de mí. -¿Suki? –Llamó mi hermano a la puerta y ambos nos congelamos. -¿Estás dormida o en el baño? –Hizo silencio por unos segundos mientras Nakamoto y yo decidíamos atropelladamente que hacer. – ¿No estás desnuda verdad? Voy a entrar.

-¿Y ahora qué hacemos? –Musité.
Tomó mi mano y me arrastró dentro del armario con él. Vi a mi hermano entrar en el cuarto, rebuscando cables entre mis cajones. Yuta respiraba en mi cuello, la sensación de estar en un horno ardiente se hizo presente. Deslizó sus manos sobre mi estómago, alzando un poco mi blusa. Pegó mi cuerpo al suyo y una de sus manos se colocó sobre mi boca.

Podríamos haber pasado horas ahí dentro, haciendo sabrá Dios que, pero Gen se retiró rápidamente y nosotros fuimos a ver Cruella.

Bajé las escaleras de su mano, tratando de que no nos pillaran porque las casa estaba completamente llena. Llegamos exitosamente a la cocina pero ahí estaba mi madre que se quedó con la boca abierta al vernos y cuando mi papá entró, ocultó a Yuta tras la puerta.

-¿Qué pasa? –Dijo él.

-Nada, hablábamos sobre Gen y nos asustamos de que fuera él el que entraba.

-No hables mal de tu hermano. –Besó mi cabeza e hice un gesto para apartarme. Cuando se fue despedimos a Yuta.

-¿Me puedes decir que hacía aquí? ¿Y cómo se metió?-La miré con cara de risa y ella la compartió conmigo.

PerfectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora