Suki:
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-Mamá, tengo algo importante que contarte... Soy novia de Yuta....-Negué dándome la vuelta frente al espejo. -Mamá, tengo novio... -¿Cómo debía decirle?
-Hola mamá, buenos días. ¿Está el desayuno? Tengo novio por cierto. -Dijo Azami tirada boca arriba en mi cama junto a Yuqi, la otra comenzó a reír. Habían dormido en mi casa.
-Oigan no es gracioso.
-Se lo tomará bien, tranquila. ¿No te dijo Yuta que ya se conocían? -Preguntó la del cabello largo.
-Tengo miedo. -Hice un pequeño berrinche lanzándome junto a ellas.
-¿Qué es lo peor que podría pasar? -Miramos a Azami. -Bueno a ver, lo que quiero decir es, que tú no eres hija de Ayane, tú puedes hablar con tu mamá sin reservas.
-Ella tiene razón. A lo mejor incluso te guarda el secreto.
-¿Y si no? Mi papá enloquecería. Es el rey de la complicación y el drama.
-Mi tío no se va a enterar. Habla con ella de una vez.-Alerta de notificación, todas miramos el móvil, pero era el de Azami. -En fin, tengo que irme.
-¿La madre superiora o el príncipe encantador? -Hizo un dos con los dedos.
-Saldré con Kun, iremos a almorzar en un restaurante raro de esos.-Suerte Monroe.
-¿Monroe? -Yuqi no sabía de qué se trataba.
-No seas boba hermana. Hasta luego, suerte con quien tú ya sabes.
-Lord Voldemort le dicen a mi mamá ahora. -Me burlé.
-Yo también me voy, Lucas y yo estamos de aniversario y me muero por ver el baile sexy que hará luego de la tercera copa. –Reímos cuando lo imité en la disco haciendo su baile romántico con la Yuqi imaginaria.
-Hasta luego chicas. –Me despedí en la puerta. Ya era hora de contarle todo a mi madre. Tragué en seco bajando las escaleras.
-Buen día.
-Buenos días. -Abrí el frigorífico haciendo tiempo para pensar en lo que debía decir, buscando las palabras correctas.
-Si no vas a sacar nada, cierra la puerta, no te quedes solo mirando. -Rió.
-Perdón. -La cerré.
-¿Qué pasa? Estás muy distraída.
-Nada.- Llevé un pedazo de pan a mi boca.
-Por cierto, anoche saludé a Mark y a ese amigo suyo Yuta. -Me atraganté. No servía para algo como esto. -¿Estás bien?- Palmeó mi espalda.
-Sí, tranquila, estoy bien. Mamá... -Inicié con lentitud. -Sobre Yuta...
-¿¡Te gusta!? -Abrió grandes los ojos tomándome de la mano.
-Este yo...
-Dime por Dios que te gusta por favor. -Sonreí aliviada.
-Mamá, nos gustamos.
-¿Encima es mutuo? ¡Eso es genial! Ese niño es un amor.
-Estamos, saliendo.-Aplaudió como loca. -Sí, pero necesito que me guardes el secreto, porque papá no se debe enterar y Gen... –Rasqué mi nuca.
-Gen que no se meta en lo que no le importa.
-Mira, lo primero que pensé fue eso. -Me eché a reír.
-¿Y estas risitas? ¿De quién hablan?
-De ti.-Le saqué la lengua e hizo cara de asco.
Al final no había sido ni tan traumático, lo había comprendido a la perfección y yo que andaba preocupándome. Una llamada me sacó del ensimismamiento.
