6

2 2 0
                                    

Azami:

❀•°•═════ஓ๑♡๑ஓ═════•°•❀

Aquel día, para cenar, decidí ponerme una camisa de mangas largas que cubriese toda la parte amoratada de mis brazos, mejor evitar algún problema con eso. Me despedí de la abuela y de mamá, la cual se había vuelto un amor de persona desde que me había convertido en la novia de Kun. Aún pensaba en si debía o no llamar a mi papá para felicitarle; un hombre que me llama el día de mi cumpleaños para recordarme, que mi hermana cumple el mes siguiente… ¿Merece que lo llame el día del padre? Aunque sabía que eventualmente terminaría llamándole y llorando como boba, no podía evitar pedirme a mí misma no hacerlo.

Entramos a la casa de Marki y este nos dio una cálida bienvenida, como siempre, pero esta vez era más especial aún, pues había estado asustado por mi salud. Por esa razón me subió a su hombro y dio unas cuantas vueltas hasta que se mareó completamente y me dejó en el suelo otra vez. Miré a Sakura riendo y le contagié las carcajadas.

-Hola pequeña borracha.

-Yuta. –Lo abracé. –Gracias por llevarnos a casa aquel día. –Me revolvió el pelo.

-Por Dios, que injusticia. ¿Vieron cómo se fue con Yuta desde que la bajé? –Aparentó estar dolido. – ¡Además vinimos en mi auto! Pero claro, tú no lo recuerdas porque venías en muy malas condiciones.

-Mejor no recordemos eso. –Solté entre dientes riendo.

-Chicos. Necesito ayuda con la cocina. –Asomó la cabeza al pasillo una chica de cabello castaño, largo y ondeado, atado en una cola bastante suelta que hacía caer algunos mechones más cortos en su frente, llevaba un delantal de cuadros, el delantal de Mark.

-Ya voy. –Dijo Mark.

-¡No! ¡Tú no! ¡Tú lo quemas todo! –Nos reímos. –Tu mejor espéranos en la sala. –Apuntó con la mano. –Era bien graciosa su forma de gesticular y decir las cosas.

-Yo ya te estoy ayudando. –Dijo una voz desde dentro.

-Lucas suelta eso, ya le echaste salsa al postre sin querer, mejor ve a la sala tú también. –Reímos nuevamente.

-Aquí todos quieren a Taeyong, siempre es lo mismo. –Salió este último sonriendo y me guiñó un ojo al dirigirse e la sala, una señal de que lo que quería era justamente eso.

-Es que yo si se a lo que hay que echarle la salsa. –Gritó Tae desde dentro.

-Yo cocino bien. –Dijo Suki.

-Yo hago lo que puedo por ayudar. –Añadió Sakura.

-Deberías ir con las otras chicas, yo sé que a las mujeres les encanta cocinar. –Sugirió Kun y besó mis labios.

-Yo también iré a cocinar. –Escupió Yuta fastidiado entrando a la cocina, supe que se debía al comentario con el deje sexista. Pero no dije una palabra y seguí al japonés.

-Hola, un gusto. –Se secó las manos en una toalla para luego extenderla a nosotros. –Yo soy Yuqi, Lucas y yo somos novios. –Sonreí estrechándola.

-Yo soy Azami.

-Lo sé, te conozco de la fiesta.

-¿A sí?

-Sí. Te vimos con Taeyong. –Hice una risa falsa e incómoda que fue opacada por un chillido de mi hermana, Yuta le había embarrado de salsa la nariz y reía a carcajadas burlándose de ella. Yuqi y Lucas me habían visto con Taeyong, la pregunta era… ¿Haciendo qué? ¿Solo discutiendo? ¿O quizás besándonos?

-Yuqi. ¿Qué debo hacer?

-Oh, sí claro. –Quitó la vista de ellos y apuntó a unos vegetales sobre la encimera. – ¿Podrías cortar los vegetales por favor? –Juntó las manos como se hace al rezar.

PerfectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora