Suki:
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Yuta llegó temprano a casa, lo habíamos invitado a cenar. Mi papá prometió comportarse y mamá no cabía en sí de alegría.
-Buenas tardes. -Dijo mi novio al estrecharle la mano.
-Un gusto. -Alzó la ceja mi papá. Yuta era más alto que él, en mi familia no éramos de alta estatura. Excepto Azami que había sacado los genes de su padre y medía 1.63 le sacaba un tramo a Gen y este celoso. Aunque ella seguía diciendo que medir eso no era ser alta. -Pasa por favor. -Le indicó el camino a la sala. Estaban un poco tensos y yo sonreía sin razón aparente.
Mark se paró en una ventana a saludarme con la mano. Le hice un gesto disimulado para que se fuera. Puso una cara específicamente extrañada y luego vio el cuadro; mi papá hablando con Yuta sobre política y él en su papel de empresario asintiendo y negando según correspondía. Mi amigo comenzó a reír, no hubo sonido así que me imagine su estruendosa risa.
-Suki ven aquí, necesito ayuda con algo en la cocina. -Llamó mi mamá. Fui hasta ella un poco distraída y cuando giré me embutió un panecillo en la boca.
-¡Momhoo!
-¿Cómo están? ¿Están buenos? ¿Crees que al yerno le gusten?
-Están muy buenos. -Tomé lo que no cabía en mi boca para poder responder con ella llena.- Pero casi te quedas sin hija. ¿Quieres atragantarme?
-No exageres.
-¿No puedes decirle a mi papá que no hable más basura?
-No. Tú sabes cómo es.
-Pero mamá, Yuta se va a dormir.
-Yo creo que ese es el objetivo.
-Sí cabecea lo desterraran. -Reí comiéndome lo que quedaba.Tratar de sacar a Yuta de las garras de papá no fue nada sencillo, al parecer mi progenitor estaba teniendo un momento muy ameno tratando de hacer caer en la trampa de palabras al indefenso yerno. Mientras ellos se tomaban su tiempo mamá y yo fuimos arreglando un poco la mesa.
-Te suena el móvil. –La saqué de su embobecimiento al preparar las flores como toque adicional al centro de las vistas.
-A, sí, es tu hermano.
-No me digas que viene a cenar.
-Sí, así que compórtate.
-Sólo si él lo hace también.
Nos sentamos a la mesa, al parecer Yuta había pasado el examen preliminar. Pues papá sonreía brillantemente.
-¿Entonces Yuta, te gusta el fútbol?
-Mjum, si y mucho.
-Genial. -Continuó papá. -¿Cuál es tu equipo favorito?
-Pues ...
-Cariño, cero deportes en la mesa.
-Está bien, está bien. –Todos reímos.
Sentí su mano tomar a mía bajo la mesa y acariciarla cuidadosamente, el calor de esta era reconfortante, pensé en todo lo que me gustaba de él, su sonrisa, sus ojos y la forma en la que me veía, o como se lamía los labios al terminar de besarme o a veces solo porque pensaba en algo importante. Me encontraba complacida de la forma en la que iban las cosas, ya no podía pedir más y recordé lo que repetía una y otra vez mi tía. “-Detrás de la risa, viene el llanto” Claro, así vivía su vida de amargura, yo, en cambio prefería pensar en que existe una lágrima por cada risa.-Buenas noches familia. –Dijo Gen parado en la puerta. -¿Y este que hace aquí?
-Buenas noches Gen. –Sonreí con superioridad.
