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Azami

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-Sonríe para la cámara. –Allí estaba yo, primer sábado de septiembre, metida en el estudio de Taeyong a las nueve de la mañana, ya ni siquiera me importaba lo que mi madre tuviese que decir de mis glamurosas escapadas, porque sí, ya me había hecho una experta en el arte. -Así… muy bien perfecta.

-¿Oye, me puedo tomar mi café en paz ahora? –Pregunté sosteniendo en alto mi taza favorita, de todas las que había en su casa, había marcado la de Snoopy como propia y no me arrepentía.

-Puedo fotografiar mientras bebes.

-Demasiada presión solo para beber un café.

-Anda… -Suplicó.

-Ya, está bien, pero luego no te quejes de tener la memoria de la cámara al explotar por mi culpa.

-No me quejo, me gusta. El arte es inspirador.

-Lo que tú digas. –Sonreí después de dar un sorbo, odio el café, pero el que Taeyong prepara me encanta; por alguna razón, su café no es amargo, aunque tampoco tiene ese sabor empalagoso como el que prepara Mark, más bien un sabor intermedio particular que hace hormiguear el paladar, como él.

-Azami, tienes café en la comisura del labio.

-Oh. -Lo limpié sin ignorar que su mirada estuvo bastante tiempo en el punto exacto por donde corrió la gota.

-¿Estaba bueno? -Cuestionó dulcemente.

-Mjum.

-Oye, lamento haberte traído problemas con tu madre por ese tatuaje.

-De que hablas, si es lo mejor que he hecho este verano, me muero por hacerme otro.-Empezó a reír.

-¿Ya le enseñaste a Kun?

-No, esto es un secreto, Kun no lo debe saber.

-Kun no lo debe saber... -Repitió sonriendo de igual forma. -Me gusta, un secreto entre tú y yo.

-Aunque ya lo saben los demás.

-No importa. ¿Cuándo nos hacemos otro?

-¿Cuando me lo pueda pagar yo misma? -Sugerí.

-Yo lo pago.

-Ni de broma, ya me pagaste uno y mira donde estamos. ¿Aún no termino de pagarte?

-Aún. —Comenzó a reír y no entendí el por qué. Sacudí mi cabeza. Y Tae me apartó el cabello de la boca. Acortó la distancia entre nuestros cuerpos y lo metió tras la oreja.
-Azami, yo... -El discordante timbre de mi teléfono hizo su intromisión. -Mierda.

-Ajá esa boca. —Reí despreocupadamente. -Ahora, en donde está el maldito teléfono? -Rebusqué entre los cojines.

-Que le den.

-Oye, eso sonó mal.

-¿Desde cuándo te importa que diga cosas de este tipo? -Preguntó.

-Desee que me regañas por cada vez que yo digo una, la ley es para todo el mundo por igual.

-¿A sí?—Dijo con voz penetrante.
-Sí. Taeyong, podría jurar, que estas por... —El móvil volvió a sonar.

-Mejor ayúdame a buscarlo, no debe ser nada bueno si insisten tanto.

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-Mamá.

-¿En dónde estás?

-Por ahí.

-Ven a casa, hay que prepararlo todo.

-¿Para qué?

-Kun se te va a proponer.

-¡Qué demonios!
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-Ajá, esa boca! —Reprochó el chico a mi lado.

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-Pero de que me estás hablando ma...

-¿Te impactó la noticia no? — Como para morirse engallinada. Digo yo.

-Mamá, yo no me quiero casar. —Taeyong abrió los ojos como platos.
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-A no, de que habla esa loca ahora.

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-Ven a casa, aquí lo pensaras mejor.

-Pero... —Me cortó.
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-Y ahora qué hago?

-Decir que no por supuesto. —Gruñó visiblemente molesto. -¿Quieres pasar el resto de tu vida con ese?

-Oye, ”ese" es mi novio. Y no se ni que voy a decir.

-Tu madre se pasa, tres cuadras. ¿Y tu papá? ¿No opina sobre esto?

-No lo sé tampoco.

-Hay demasiados no lo sé en esta conversación. ¿Por lo menos Kun te gusta? —Me agarró de la mano. -¿Él te gusta Azami?

-Yo... No lo sé. Si me gusta... Yo... ¡No lo sé! ¡No me presiones tú también!

-Pero debes tomar una decisión. Uno u otro, no te puedes quedar en el medio o con los dos.

-¿De qué me hablas ahora?
Mi hermana comenzó a llamar.

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-Ven aquí ahora mismo! —Otra que me preguntará que es lo que quiero. Lo que quiero es que me deben en paz.

-Lo siento, ahora no puedo. -La corté.

-Azami tu sabes lo que...

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-Me voy.

-¿A dónde?

-A mi casa. -Mentira cochina...

-Oye espera.

-No hagamos esto peor Taeyong. Debo ir. -Y me fui, pero a la casa de Haechan.

-¿Entonces básicamente Taeyong te pidió que eligieras entre él y Kun?

-Él no dijo nada de eso fullsun.

-Fue lo que quiso decir, para mí.

-Que complicado es el corazón. -Dijo su abuela entrando con una bandeja de galletas en mano. -¿Cuándo vas a traer a Tyongtyong de nuevo Haechan?

-¿Cómo le llamó? —Me partí de risa, que kawaii. Tyongtyong.

-Taeyong tiene cosas que hacer, como quitarle la novia a otro. -Sugirió mordiendo una galletita.

-Para ya, eso no es cierto.

-Pero si está más que claro. ಠ‿ಠ. —Hizo la cara del emoji y comencé a reír.

-Que voy a hacer Haechan, el mundo me odia. —Me acurruqué a su lado en la cama. La abuela nos dejó solos.

-Tienes que pensar bien lo que haces, de esta decisión depende todo tu futuro. De verdad es importante.

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