Azami:
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Fui todo el camino pegando cabezadas, la fiesta me había dejado muy mal. Incluso había tomado café, y cito, que lo detesto, más que al helado. Mi mamá era la más emocionada de los cuatro.
-En ese hotel fue donde celebramos mi graduación. Vino mucha gente influyente, las invitaciones se acabaron tan rápido que tuvimos que dar más de cuarenta pases VIP. -Miré a Suki, casi babeaba a mi lado. No la desperté por lástima. -¿Quieres que celebremos tu graduación en uno de estos hoteles Azami?
-En realidad no quiero hacer algo muy elegante cuando me gradúe, ya sabes, una fiesta con amigos y familia bastaría.
-Me encanta cuando eres tan sencilla. -Sonrió al espejo retrovisor. Mi mamá me hizo una mueca para que cerrase el pico y así lo hice, la verdad, el sueño no me dejaba hablar, en el tiempo en el que ellos se dedicaban a contarse sus vidas. Al llegar por fin, sentí el deseo de poner mis pies en el suelo sin zapato alguno pero mis amigos inseparables, los tacos de aguja, me hacían escolta. Kun y mi madre venían tras nosotras y de mi brazo se enganchó Suki.
-Ay, mira, habrá un evento en el gran salón esta noche. -Apuntó a un anuncio en una de las paredes. Un artista invitado.
-Genial. Más zapatos altos en la noche. ¡Yei!
-Te pones ese vestido hasta los pies y un par de tenis. Nadie lo notará. -Dijo haciendo una cueva con sus manos para que no pudiesen ver lo que decía.
-Oye, esa es una idea excelente.
-Claramente, se me ocurrió a mí, o sea. -Me reí.
-Anda, Marilyn Monroe me persigue a donde voy. -Dije viendo el nombre del evento. -Parece que la estaremos homenajeando.
-Los caballeros las prefieren rubias. -Dijo mi mamá rozando mi cabello.
-¿Dónde está Kun? -Pregunté.
-En recepción.
-Voy con él entonces. -Dejé a mi madre fastidiando un poco a mi hermana y fui hasta donde mi novio que me dedicó una hermosa sonrisa al verme.
-¿Feliz? -Cuestionó dándome un abrazo.
-Sí, claro. Lástima que solo serán tres días.
-Perdón, quería más tiempo, pero el lunes debo volver al trabajo.
-Ya sé.
-Sus llaves, que disfruten la estancia. Y no olviden pasarse por el gran salón esta noche, en especial, la señorita.-Sonrió regalándome una rosa blanca de las que habían dispuestas sobre el mostrador. Menuda cortesía.
-Muchas gracias. -Le devolví el gesto.
Durante el resto de la tarde tuve que llevar rulos puestos en el cabello y hacerme manicura aunque no quería. Por lo menos el vestido disimulaba bien los zapatos, lo que me hizo estar muchísimo más cómoda a la hora de bajar todo aquel montón de escalones. Me había quedado de última comiendo algo tranquilamente en la habitación que compartía con la madre superiora y mi hermana. No vi a ninguno de mis conocidos cerca de la entrada, así que esperé a que llegara alguno.-Buenas noches. -Saludó una pareja.
-Buenas noches. -Les sonreí.
-Ella de verdad es encantadora. -Le dijo la mujer al hombre por lo bajo, pero lo suficientemente alto para que desde donde estaba pudiese escuchar.
-Buenas noches. -Una señora mayor.
-Buenas noches.
-Buenas noches. -Un grupo de mujeres.
