𝗔𝗕𝗢𝗨𝗧 𝗬𝗢𝗨, park jay ( 🌙 )
━━¿aún crees que me he olvidado de ti? ⋅₊˚.
A pesar de que Jay había dejado atrás el recuerdo de la persona a la que más había amado... Areum jamás había podido olvidarlo realmente, porque había una pequeña person...
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Desde hacía varios minutos que no paraba de llover. Areum permaneció observando el agua arrasar con todo a su paso mientras las personas pasaban a su lado sin realmente notar su presencia. Levantó la mirada hasta el letrero de luces frente a ella, leyendo en este las películas que serían transmitidas esa noche. Ni siquiera entendía que hacía ahí, es decir, sí... Le había prometido a Kai que la llevaría a ver la nueva película que se estrenaría, pero también, había olvidado que la niña ni siquiera estaba en casa. O tal vez era el hecho de que no sabía cómo estar sola, no podía acostumbrarse al silencio y la soledad, así que simplemente tomó su bolso y una sombrilla, terminando ahí. Formándose en la fila sin estar realmente segura si debía regresar a casa. Incluso cuando llegó su turno, había pedido dos boletos y no uno. Por suerte, cambio de opinión antes de escoger los asientos y se despidió del mismo chico que atendía en la ventanilla cuando iba ahí con su hija.
—¿Qué estoy haciendo? —murmuró para sí misma, mientras negaba. Se abotonó el abrigo y se colgó nuevamente el bolso en su hombro, dispuesta a marcharse de ahí.
El lugar se había abarrotado de personas en un abrir y cerrar de ojos, provocando que se tropezara y chocara con algunas personas en su camino a buscar la salida. Su nariz chocó con el pecho de alguien que se había interpuesto en su camino.
—¿Señorita Choi?
Areum levantó la mirada una vez más, encontrándose para su sorpresa, a un Kim Mingyu demasiado sonriente. El hombre había sujetado uno de sus brazos cuando estuvo a punto de tropezarse y no había dejado de observarla con curiosidad. Porque, sería una mentira decir que no era eso lo que Mingyu sentía cada vez que la veía: curiosidad.
—Profesor Kim... —replicó de la misma manera, sorprendida— Lo siento —hizo una corta reverencia, sintiendo el calor subir a sus mejillas.
—Está bien —se encogió de hombros, con una sonrisa despreocupada. El chico observó a su alrededor, tratando de encontrar entre todas esas personas a aquella parlanchina y alegre niña que siempre solía decirle que su mamá necesitaba un novio—. ¿Dónde está Kai? —preguntó curioso.
—Ella... Está en Seúl, con su padre.
Mingyu alzó sus cejas sorprendido, sin haber esperado realmente esa respuesta.
—Oh. ¿Finalmente se resolvieron esos problemas familiares? —preguntó, recordando la conversación que habían tenido hace un par de semanas.
—Algo... así. Bueno, estamos intentándolo.
—Me alegra escucharlo.
Areum asintió con una sonrisa de labios cerrados. Discretamente, se tomó el atrevimiento de observar a Mingyu. Tal vez era la primera vez que lo veía sin ropa formal o deportiva, porque en la escuela siempre usaba saco y zapatos negros, cuando lo veía en el supermercado siempre parecía estar regresando de su entrenamiento y en ese momento... Tan solo estaba usando un pantalón negro, con una básica blanca, una chaqueta negra y botas militares. Trago duro, mientras lo observaba a los ojos nuevamente.
