✧ 22. Vacío

159 27 11
                                    


Capítulo 22.

Por unos cuantos meses, Jay había estado presente en sus vidas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por unos cuantos meses, Jay había estado presente en sus vidas. Aún cuando las cosas seguían siendo lo suficientemente incómodas entre ellos, aún después de haber perdido un bebé y que cualquier atisbo de amor que quedaba entre ellos se "esfumara", Areum había decidió que, no por el hecho de que ellos no estuviesen juntos, significaría que su hija volvería a crecer sin su padre.

Y todo marcho de maravilla... Al menos, por un par de meses. Jay había cumplido con su parte, apareciendo cada fin de semana para pasar tiempo con Kai. La llevaba al parque, a veces al cine, o simplemente se quedaban en casa, jugando con los juguetes esparcidos por la alfombra de la sala. A Areum le costaba verlo entrar por la puerta. A veces sentía un vacío en el pecho al recordar lo que habían sido, y todo lo que habían perdido. Pero más fuerte que ese dolor, era la seguridad de que Kai tuviera una figura paterna presente. Sin embargo, a medida que pasaban las semanas, el ambiente que se había mantenido tranquilo comenzó a agrietarse.

Jay, al principio, se mostraba dispuesto. Intentaba forjar una relación con Kai, y Areum apreciaba ese esfuerzo, aunque a veces la tensión se generaba entre ellos cuando compartían el mismo espacio. Pero la rutina, esa monotonía que a menudo mata cualquier chispa, comenzó a hacer su trabajo. Jay empezó a llegar tarde a sus visitas. Al principio, unos cuantos minutos de retraso, luego media hora, y después, empezó a cancelar de último momento. Las razones que daba parecían vagas, excusas forzadas que Areum no tardó en identificar.

Una tarde, luego de que Jay cancelara por tercera vez en el mes, Kai se sentó frente a la ventana, con su peluche en la mano, esperando.

—¿Vendrá papá esta vez? —preguntó, su vocecita cargada de inocencia, pero también de una emoción que comenzaba a apagarse. Areum tragó saliva, sintiendo el peso de esas palabras como una losa sobre su pecho. Le dolía ver a Kai esperando algo que ya no parecía tan seguro. Le dolía más pensar en la posibilidad de que su hija también comenzara a desconfiar de las promesas vacías de Jay.

Esa noche, después de haber acostado a la niña, decidió hablar con Jay. Le escribió un mensaje: No puedes seguir haciendo esto. Si no puedes venir, solo avisa. Kai te espero por horas, Jongseong.

Respondió al poco tiempo, diciendo que estaba ocupado, que el trabajo lo tenía abrumado, pero prometía que lo haría mejor. Sin embargo, esas promesas pronto quedaron en el aire, como muchas otras. La siguiente semana, volvió a faltar. Y la que siguió a esa también. Kai, por su parte, comenzó a hacerse más y más reservada cuando el tema de su padre salía a la luz.

—Tal vez no viene porque no me quiere lo suficiente... —le dijo a Areum una noche mientras la arropaba.

Aquellas palabras rompieron lo que quedaba del frágil equilibrio que Areum había estado intentando mantener. No podía soportar la idea de que su hija pensara que no era lo suficientemente amada. En ese momento, supo que tenía que tomar una decisión. Areum pasó toda la noche en vela, sus pensamientos dándole vueltas a las palabras de la niña. Se levantó varias veces, caminando por el pasillo, tratando de encontrar la calma que hacía tanto había perdido. No la encontró. Cada paso que daba la hacía sentir más atrapada, más frustrada. El dolor de su hija era su dolor también, y lo que más temía era que esas inseguridades crecieran y se instalaran en el corazón de Kai, moldeando la forma en que veía el mundo.

𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 | Park Jay  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora