✧ 16. Perdido

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Capítulo 16.

Al parecer, ninguno de los estaba realmente dispuesto a hablar y solucionar lo que sea que estuviese sucediendo entre ellos en ese momento

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Al parecer, ninguno de los estaba realmente dispuesto a hablar y solucionar lo que sea que estuviese sucediendo entre ellos en ese momento. Jay prefería pasar todo su tiempo en el estudio, escribiendo canciones y preparando todo para su próximo álbum, provocando que su tiempo en casa solo fueran un par de horas al día en las que solamente le daba las buenas noches a su hija, y dormía de espaldas, incapaz de ver a la cara a la chica que dormía a su lado. Areum sentía que las cosas cada vez empeoraban más y más. Se sentía sola, triste y sobre todo, ignorada.

Ya había pasado un mes. Un mes en el que todo parecía haberse congelado en una rutina monótona y distante. Areum contaba los días con una mezcla de resignación y angustia, observando cómo cada día traía consigo el mismo patrón de frialdad. Jay salía temprano, regresaba tarde y apenas cruzaban palabras, como si fueran dos extraños viviendo bajo el mismo techo. Las conversaciones, antes llenas de risas y confianza, ahora se limitaban a preguntas triviales sobre cosas cotidianas o, simplemente, al silencio. El silencio que se había vuelto un invitado constante, pesado e incómodo, que ocupaba cada rincón de la casa.

Areum había intentado en varias ocasiones hablar con Jay, finalmente explicarle cómo se sentía y lo que había sucedido esa noche, pero cada intento parecía chocar contra una muralla invisible que él había levantado entre ellos. Lo encontraba siempre absorto en sus canciones, en su música, y aunque entendía lo importante que eso era para él, su trabajo, no podía evitar sentirse relegada a un segundo plano. Se preguntaba si era ella la que había cambiado, si de algún modo realmente había hecho algo malo para provocar el distanciamiento.

Su barriga aún no era lo suficientemente grande como para llamar la atención, pero el pequeño bulto comenzaba a asomarse bajo su pijama. Mientras se despedía de Kai con un beso y corto abrazo, cerró la puerta principal, no sin antes avisarle a su madre que pasaría por la niña en un par de horas. Debía asistir a una de sus citas de control prenatal y pasar a comprar un par de cosas para la habitación del bebé. En un torpe intento de preguntarle al chico si podía acompañarla, Jay simplemente se negó, sin dar una buena razón para no hacerlo. Lo que pudo haber desatado una discusión acalorada, fue interrumpida gracias al llanto de Kai por haberse tropezado en el pasillo. Areum dejó que Jay fuese tras la niña, mientras ella se encerraba en el baño de la habitación a, como cada vez que algo así sucedía, llorar. Se sentó en el borde de la bañera, su pecho subiendo y bajando con respiraciones entrecortadas, tratando de contener las lágrimas que se derramaban incontrolables. El silencio en la casa, que antes era sofocante, en ese momento era un alivio. Al menos, en el encierro de ese baño, podía permitirse llorar sin ser vista, sin que Kai la escuchara, sin la expectativa de tener que mantenerse fuerte por su hija. Después de secarse las lágrimas y recomponer su rostro frente al espejo, Areum salió del baño. No podía permitirse seguir sintiéndose así.

Se dirigió a la habitación de Kai, donde la niña se encontraba cepillándose el cabello con ayuda de Jay. Areum lo observó por un momento, buscando algún atisbo del hombre con el que había decidido comenzar una vida, una familia, un futuro. Pero solo vio a alguien que parecía estar ausente, atrapado en su propio mundo.

𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 | Park Jay  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora