𝗔𝗕𝗢𝗨𝗧 𝗬𝗢𝗨, park jay ( 🌙 )
━━¿aún crees que me he olvidado de ti? ⋅₊˚.
A pesar de que Jay había dejado atrás el recuerdo de la persona a la que más había amado... Areum jamás había podido olvidarlo realmente, porque había una pequeña person...
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—No aceptaré un no como respuesta, Choi Areum —sentenció la señora Hong, mientras señalaba a la adolescente con su dedo índice—... No vas a viajar sola a la ciudad, ¡mucho menos con este clima! Tu barriga ya es gigante, no dejaré que te enfermes.
Aún después de haber repetido decenas de veces las mismas palabras, la chica no habría hecho cambiar de opinión a la mujer. Así que ahí se encontraban, sentadas una al lado de la otra en el vagón del tren, mientras la señora Hong tejía un gorro para su bebé y Areum no podía dejar de ver la lluvia torrencial golpear todo a su paso.
De cierta manera, odiaba la lluvia. No tenía buenos recuerdos, y solo atraía desgracias.
Cuando llegaron a Seúl, acordaron que la señora Hong se quedaría en casa de su hija por un par de horas, después de acompañar a Areum a la consulta de control prenatal, pues la chica había insistido en querer asistir sola... Mala idea.
—... Lo mejor será interrumpir el embarazo, señorita Choi.
Areum pestañeo repetidas veces, tal vez tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Recordaba perfectamente la mancha de café en la bata del doctor Yoon, el reflejo impecable en los cristales de sus gafas, el olor a fresa del aromatizante del consultorio y la fotografía familiar de su escritorio.
Sus manos descansaban en su vientre, de alguna manera, se sintió aún más cercana a la pequeña cosita que crecía dentro de ella. ¿Cómo se supone que terminaría con su embarazo? ¿Después de todo lo que había pasado, tenía que renunciar a su bebé de esa forma? ¿Qué más daba si su corazón no latía de manera correcta? Ella haría lo posible por mantener con vida a su bebé.
—Si firmas ahora, podemos realizar el procedimiento esta misma tarde... ¿Quisiera llamar a algún familiar o...—
—No —negó—... No lo haré.
El doctor Yoon alzó sus cejas, observando la expresión seria y decidida de la adolescente.
—Areum. No va vivir más de diez años, ¿lo entiendes? Incluso, es posible que no la veas crecer... Y si lo hace, pasará todo ese tiempo de hospital en hospital, en una larga lista de espera para un corazón funcional, y eso es algo extremadamente tardado y difícil. ¿Comprendes?
—Lo hago —asintió—... Pero no puedo deshacerme de mi bebé. No lo haré, no quiero. Y si tengo que pasar años esperando por un corazón, lo haré y haré lo posible para vivir una vida normal a su lado entonces.
Tal vez había sido demasiado egoísta, o tal vez no quería despedirse de lo único bueno que quedaba en su vida. Salió del consultorio con la respiración entrecortada y un nudo en la garganta, la lluvia no se había detenido y ella no parecía pensar en otra cosa que no fuesen las palabras del doctor Yoon.
