✧ 15. Malentendido

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Capítulo 15.

El tiempo pasaba lento, y Areum aveces sentía que pasar todo el día dentro de esas cuatro paredes, finalmente iba a volverse loca

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El tiempo pasaba lento, y Areum aveces sentía que pasar todo el día dentro de esas cuatro paredes, finalmente iba a volverse loca. Recién había cumplido dos meses de embarazo, y ya extrañaba el antiguo ritmo de su vida. Extrañaba ir a trabajar, llevar a Kai a la escuela y sobre todo, extrañaba su hogar. El hogar en el que había criado a su hija en los últimos siete años. No es que odiará el apartamento de Jay, tampoco que no le gustara el hecho de que ahora, eran una familia, simplemente... Aún no lograba acostumbrarse del todo.

Cada rincón de ese apartamento le recordaba que su vida había cambiado de manera inesperada. La cocina, con sus encimeras pulidas y electrodomésticos modernos, no tenía la calidez del viejo horno de su antigua casa, que siempre estaba cubierto de manchas de masa y harina después de un día de hornear galletas con Kai. La sala de estar, aunque decorada con buen gusto, carecía del desorden de los juguetes que Kai solía dejar por toda la casa. Incluso la habitación que compartía ahora con Jay, por más cómoda que fuera, no tenía el aroma familiar de su almohada de siempre ni las marcas de desgaste en la mesita de noche que había adquirido con los años. Areum suspiraba a menudo, tratando de ahuyentar la sensación de desarraigo que la invadía. Jay hacía todo lo posible por hacerla sentir a gusto, lo sabía. Él era paciente, cariñoso, y a veces, cuando pensaba que ella dormía, le pasaba la mano por el cabello como si intentara calmarla en sueños. Pero aún así, había una parte de Areum que no podía evitar sentirse atrapada, como si estuviera viviendo la vida de otra persona, una vida que no terminaba de reconocer como suya.

Kai, en cambio, parecía haberse adaptado con la facilidad que solo los niños tienen. Le encantaba la habitación que Jay había decorado para ella, llena de colores vivos y con una cama que Areum había visto en tantas revistas pero que nunca había podido permitirse. Kai hablaba de Jay con una confianza que a Areum le sorprendía, como si siempre hubiera estado ahí para ella, como si los años que pasaron solo las dos fueran un sueño lejano. Areum se alegraba por su hija, pero al mismo tiempo, una punzada de celos irracionales se clavaba en su pecho. Le aterraba la idea de que Kai pudiera olvidar los momentos que habían compartido, los sacrificios que había hecho para mantenerlas a salvo y felices.

Pero Areum sabía que él no podía entender del todo lo que ella estaba pasando. Jay no había tenido que dejar atrás todo lo que conocía, no había tenido que renunciar a su independencia de la misma manera. Por mucho que lo amara, había una parte de ella que se resentía por lo fácil que parecía ser todo para él. Intentaba llenar el tiempo con pequeñas actividades, como reorganizar los cajones o aprender nuevas recetas, pero nada parecía quitarle esa sensación de vacío que le pesaba en el alma. Incluso cuando paseaban por el parque más cercano, con Kai corriendo felizmente entre los árboles, sentía que el mundo a su alrededor se movía a un ritmo diferente, un ritmo al que no lograba sincronizarse.

—¿Estás segura de poder ir tu sola? No tengo problema en llevarte... —había insistido por décima vez el chico, pero Areum negó, sonriendo cortamente.

𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 | Park Jay  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora