✧ 07. Verdad

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Capítulo 07.

Jay habría esperado encontrarse con cualquier cosa en ese momento, menos a un hombre abrir la puerta del hogar de la chica

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Jay habría esperado encontrarse con cualquier cosa en ese momento, menos a un hombre abrir la puerta del hogar de la chica. Frunció el ceño, el pelinegro permaneció en silencio por unos segundos hasta que Kai saltó a sus brazos.

—¡Profesor Kim! —chilló la chiquilla, mientras lo abrazaba y el tal profesor Kim la alzaba en brazos, aceptando su acción. Un par de minutos después, Areum se hizo presente en la escena, demasiado confundida y sorprendida de verlos ahí.

Jay no pudo notar nada realmente sospechoso en todo eso, ¿por qué debería serlo? Tal vez debió suponerlo o imaginado desde un principio, era obvio que Areum tenía a alguien más. Ya han pasado años, ¿es que acaso pensaba que seguiría sola por siempre? Kai lo obligó a seguirlo hasta el interior de la casa, dejándole presenciar a Jay el espacio tan intimo y personal en el que su hija había vivido toda su vida. Era inconfundible el no saber que Areum adueñaba ese lugar, todo sobre esas cuatro paredes irradiaban su estilo y vibra. Y debía admitir, que parecía que realmente había hecho un buen trabajo al darle un techo a su hija.

—Le dije a Minha que llevaría a Jinsik al dentista —escuchó decir al hombre, quien acomodó un mechón de cabello tras la oreja de la chica—. ¿Te veo después?

—Seguro —asintió.

No se besaron, no se abrazaron, no se dieron la mano. El profesor Kim tan solo le dio una sonrisa de labios cerrados que ella devolvió de la misma manera, lo vio despedirse de Kai y cuando finalmente posó su mirada en él, tan solo le estrechó la mano de una manera demasiado formal. Qué idiota, pensó para sí mismo.

Cuando la puerta principal se cerró, Jay sólo pudo concentrarse en Areum abrazar fuertemente a la chiquilla y besar su rostro repetidas veces. Kai tal vez no mentía, realmente era difícil para ella estar separadas por tanto tiempo.

—¿Haz dormido bien? Enséñame tus dientes, espero que no estes comiendo tantos dulces, Khalani...

Jongseong carraspeó su garganta, ganándose la atención de ambas, Kai soltó una risa de manera cómplice después de que su padre le guiñó un ojo.

—¿Por qué no le traes unas sandalias a papá?

—¡Si! —chillo la niña, corriendo escaleras arriba.

El silencio que los abrazó en ese momento fue algo verdaderamente incómodo, sobre todo, porque ninguno de los dos sabía exactamente qué decir. Jay observó las flores en la isla de la cocina, un pequeño ramo de peonías rosadas que supuso que ese hombre le había dado. Respiro profundamente, alejando cualquier pensamiento de su cabeza sabiendo perfectamente que su vida privada no era algo de su incumbencia, pero aún así, no pudo evitarlo.

¿Desde cuando le gustan las peonías? Solía decir que eran demasiado caras para su gusto. Y sobre todo, Areum odiaba el color rosado, siempre se quejaba de que no le favorecía en lo absoluto.

𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 | Park Jay  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora