𝗔𝗕𝗢𝗨𝗧 𝗬𝗢𝗨, park jay ( 🌙 )
━━¿aún crees que me he olvidado de ti? ⋅₊˚.
A pesar de que Jay había dejado atrás el recuerdo de la persona a la que más había amado... Areum jamás había podido olvidarlo realmente, porque había una pequeña person...
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Mingyu presionó el botón del ascensor cuidadosamente, tratando de no derramar los dos vasos de café que llevaba en sus manos. Cuando éste finalmente se detuvo en el piso donde la oficina de Areum se encontraba, se dedicó a buscar el nombre de la chica en cada una de las puertas.
El pasillo estaba sorprendentemente silencioso para esa hora de la mañana, con solo el suave zumbido de las computadoras y el susurro lejano de conversaciones apagadas. Mingyu avanzó con paso lento, alternando la mirada entre las puertas alineadas a lo largo del corredor y los cafés en sus manos que comenzaban a enfriarse. No podía evitar sonreír, pensando en cómo todo había comenzado. Habían comenzado a oficialmente salir desde hace un año, su relación había iniciado de manera lenta y discreta, con su amistad transformándose en algo cada vez más profundo.
Al principio, ninguno de los dos estaba seguro de lo que sentía. Después de todo, eran buenos amigos y compartían momentos importantes, Mingyu en ese entonces seguía siendo el profesor de Kai y eso era lo que añadía un aire de precaución a cada interacción pública. Sin embargo, poco a poco, las conversaciones sobre su trabajo y privacidad se alargaban y derivaban en temas personales, hasta que un día ambos se dieron cuenta de que lo que sentían no era solo una amistad. El primer beso había sido tímido, casi accidental, pero había cambiado todo. Desde entonces, las sonrisas y las miradas cómplices se habían vuelto algo habitual en su rutina, ya no intentaban mantener la relación en privado, al menos frente a sus amigos y familia.
Mingyu encontró la puerta que buscaba, con el nombre «Choi Areum» en letras doradas sobre un fondo pulido. Respiró hondo, tratando de calmar esa pequeña pero constante emoción que siempre sentía cuando la veía. Justo antes de que pudiera levantar la mano para llamar, la puerta se abrió repentinamente. Areum apareció en el umbral, su rostro serio, inmersa en sus propios pensamientos, pero al verlo ahí, con los cafés en la mano y una sonrisa torcida en el rostro, la tensión se desvaneció de inmediato. Su expresión se suavizó y sus ojos brillaron con una mezcla de sorpresa y alegría.
—¿Vienes a salvarme otra vez? —preguntó, sonriendo mientras cerraba la puerta detrás de ella.
—Sabes que no puedo resistirme a una buena misión de rescate matutino —bromeó él, entregándole uno de los vasos de café.
Areum lo aceptó con gratitud: —Gracias. Justo lo que necesitaba... Ha sido una mañana de locos.
—Lo imaginé. Por eso me adelanté —Mingyu la observó mientras ella tomaba un sorbo del café, notando cómo sus hombros se relajaban ligeramente. Sabía que las últimas semanas habían sido difíciles para ella. Para todos, en realidad.
—Has estado trabajando demasiado —dijo él suavemente, su mirada fija en la de ella—. Deberías tomarte un descanso.
Areum sonrió, pero no era una sonrisa alegre, más bien una mezcla de resignación: —Lo sé. Pero ya sabes cómo soy. Si me detengo, siento que todo se viene abajo.
