✧ 14. Expectativas

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Capítulo 14.

Areum solo le temía a dos cosas en su vida: 1) perder a su hija, y 2) a su padre

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Areum solo le temía a dos cosas en su vida: 1) perder a su hija, y 2) a su padre. No importaba cuanto tiempo pudiese pasar, no importaba que fuese una mujer adulta de casi veintiséis años, Choi Jiwook era la única persona capaz de hacerla sentir como una niña con darle una simple mirada severa. Jay probablemente aún no podía entenderlo, pues su familia era todo lo opuesto a la suya. Y siempre lo había envidiado un poco por eso. Habían decidido que por el momento, solo anunciarían el embarazo con sus familias, y como había sido de esperar los padres de Jay habían estado demasiado contentos con la noticia, sobre todo, habían sido los más comprensivos cuando ambos decidieron intentar estar juntos nuevamente.

Pero ahora, mientras se preparaban para ir a casa de su madre, no podía dejar de pensar en las reacciones que sus progenitores pudiesen tener. Mayormente al hecho de que ni siquiera sabían que ella y Jay estaban juntos de nuevo. Aunque trataba de enfocarse en la idea de compartir la noticia del embarazo, el temor a la reacción de su padre eclipsaba todo. Choi Jiwook no era un hombre fácil de complacer, y Areum sabía que la noticia de su relación renovada con Jay, a quien su padre nunca había visto con buenos ojos, podría desencadenar un problema. Su madre, que siempre había sido más comprensiva, seguramente recibiría la noticia con calma, pero era imposible predecir qué haría su padre.

Jay intentaba animarla, asegurándole que todo saldría bien, pero Areum no podía evitar recordar todas las veces que había sentido su corazón encogerse bajo la mirada severa de su padre. Los padres de Jay, por el contrario, habían recibido la noticia con alegría, ofreciéndoles su apoyo. Había envidiado siempre esa calidez, esa comprensión que nunca tuvo en su propio hogar.

—Todo va a estar bien —dijo Jay por enésima vez, su tono suave, pero firme.

Areum le sonrió con un gesto forzado. Sabía que Jay intentaba ser optimista, pero también sabía que él no entendía del todo la complejidad de la situación. Para Jay, las cosas eran sencillas; las familias debían ser un refugio de apoyo y amor incondicional. Pero Areum había aprendido a temprana edad que en su hogar, las cosas no eran tan simples.

El trayecto hacia la casa de su madre fue silencioso, con el simple sonido de uno de los juguetes de Kai reproducir una molesta y repetitiva melodía infantil. Areum miraba por la ventana, observando cómo el paisaje urbano se transformaba en un suburbio sombrío y lejano. Cuando finalmente llegaron, Areum sintió que el tiempo se detenía por un instante. La casa de su infancia seguía igual, triste y fría, como un monumento a los malos recuerdos. Las luces cálidas en las ventanas parecían casi una ironía, dado lo que sabía que podría esperar dentro. Jay le dedicó una última sonrisa de apoyo antes de que descendieran del auto y se dirigieran hacia la puerta principal.

—¡Abuelo Min! —gritó Kai, corriendo hacia los brazos de Minyuk, el esposo de su madre. Seguido de él, la mujer que le había dado la vida los recibió con una sonrisa dulce y un abrazo cálido.

𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 | Park Jay  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora