𝗔𝗕𝗢𝗨𝗧 𝗬𝗢𝗨, park jay ( 🌙 )
━━¿aún crees que me he olvidado de ti? ⋅₊˚.
A pesar de que Jay había dejado atrás el recuerdo de la persona a la que más había amado... Areum jamás había podido olvidarlo realmente, porque había una pequeña person...
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Había pensado demasiado los últimos días, y todos esos recuerdos que alguna vez había intentado olvidar, nuevamente la atormentaban, de alguna manera. Aveces le era imposible el no pensar en él, en ella, en ellos. En todo lo que pudieron haber sido, y como Jay le había roto el corazón una vez más. Se supone que su vida finalmente tenía la estabilidad que tanto había estado buscando, iba a casarse con un buen hombre que la amaba... Y su hija era feliz. Eso era lo único que necesitaba, pero, ¿por qué después de esa llamada, seguía dándole tantas vueltas al pasado?
No había querido contestar. Cuando vio el nombre de Jay en la pantalla, su primer instinto fue rechazar la llamada y borrar el número, como había hecho con sus recuerdos durante tanto tiempo. Pero, una parte de ella, esa que nunca pudo olvidarlo del todo, la hizo deslizar el dedo hacia la opción de responder. Había algo en el tono de la llamada que la inquietaba, como si las palabras que Jay había usado fueran solo una excusa para traer de vuelta su presencia, sus memorias, y todos los sentimientos que había aprendido a enterrar. ¿Por qué ahora? ¿Por qué tenía que aparecer ahora, cuando, después de tanto, había logrado construir algo tan cercano a la paz? Sentía que su mundo era frágil, como si todo lo que había levantado pudiera desmoronarse al más mínimo roce con ese pasado que tanto dolor le había causado.
Después de colgar, se quedó mirando el teléfono, sintiéndose débil, traicionada por sus propios sentimientos. ¿Cómo podía sentir tanto en tan poco tiempo? Esa noche, después de asegurarse de que su hija dormía, se encerró en su cuarto y dejó que los recuerdos la inundaran, como si fueran olas en un mar furioso. Recordó cada momento, cada mirada, cada risa compartida, y también cada lágrima que había derramado por él. Le había dado tanto de sí misma que, cuando se fue, sintió que se había llevado partes de ella que nunca podría recuperar.
Había pasado tanto tiempo construyendo una vida en la que Jay no tenía lugar, en la que ella había cerrado todas las puertas que él una vez había dejado abiertas de par en par. Sin embargo, con una simple llamada, había vuelto a abrir esas puertas. Como si fuera tan fácil para él, como si esos años de distancia no hubieran dejado huella.
Al día siguiente, despertó con los ojos hinchados, sintiéndose más vulnerable que nunca. El hombre con el que iba a casarse la observaba preocupado, pero ella le sonrió, como si todo estuviera bien, como si su mente no estuviera atrapada en otra época, en otra vida. Él no tenía por qué saberlo. No podía permitírselo, ni siquiera en sus pensamientos. Le debía todo al hombre que estaba a su lado, que amaba a su hija como si fuera suya, que le había devuelto la fé en el amor cuando había pensado que ya no quedaba nada por salvar. Pero su mente la traicionaba. La imagen de Jay volvía a ella a cada momento: en los silencios, en las pausas entre una palabra y otra, en los segundos en los que su mente vagaba sin rumbo. Había un millón de cosas que no había dicho, sentimientos y recuerdos que aún guardaba con dolor, palabras que jamás se atrevió a confesar. ¿Por qué ahora sentía esa necesidad de decirlas? ¿De hablar de lo que había sido, de lo que había soñado y perdido?
