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Elsa regresó a su habitación molesta por lo sucedido, no solo su hermana había actuado de una manera incongruente en la cena, también ni siquiera se había tomado el tiempo de charlar sobre lo sucedido, parecía que solo quisiera mantenerla encerrada en el castillo tal como lo hizo su padre.

Al entrar a su habitación Hans se encontraba en el sillón donde había dormido la primera noche, estaba cubierto de pies a cabeza con una sábana dándole la espalda por completo. Se acercó hasta él y tocó su hombro.

— Ya llegue —dijo desanimada— ¿qué haces ahí? Ven a la cama, ya es tarde.

— Por hoy quiero dormir aquí.

— ¿Por que ese cambio tan brusco?

— Nomas.

— Hans.

— Estoy cansado, ¿si? —respondió de manera brusca.

Se sentó en el poco espacio que había en el sillón y lo miro, sabía que tenía algo, a pesar del tiempo que llevaban juntos había aprendido lo suficiente de él que podía leer cuando algo malo sentía.

— Dime qué pasa —dijo de golpe asustado a Hans—. No puedo estar molesta contigo y Anna al mismo tiempo, por lo menos con mi hermana se por que está molesta pero ¿tú por qué lo estás?

— Te dije que no quiero hablar de eso.

Hubo un pesado y largo silencio entre los dos, soltó un suspiro y aún sin mirarla habló.

— ¿Cómo te fue en la cena?

— Supongo que bien —ríe un poco de tan solo recordar, no podía creer lo irracional que podía llegar a ser su hermana— pero hablé con el jefe de Berk ¿¡adivina que fue lo mejor!? —alzo la voz emocionada, parecía una niña pequeña.

— ¿Qué? —dijo con una sonrisa olvidando por que se había enojado.

— Me subí a un dragón, fue increíble hubieras estado ahí —le explicaba con emoción cada minuto de aquel vuelo donde se sintió más libre que nunca— Hiccup fue muy agradable, creo que conseguí un nuevo amigo.

— ¿Hiccup?

— Creo que se llevarían bien, me invitaron a Berk, tal vez podríamos visitarlos y subir de nuevo a los dragones —respondió sonriente— ¿por qué?

— Por nada —volvió a cubrirse con la sábana solo que esta vez cubrió su rostro, era un niño haciendo un berrinche por atención.

— Hans —soltó un largo y pesado suspiro— por favor, no hay un lugar donde puedas ir para evitarme así que esto se debe de arreglar hoy.

Finalmente el pelirrojo cedió ante las súplicas de su amada, se sentó y la miró seriamente. Estaba ahí a su lado sentada plácidamente mirándolo de una manera tan amorosa que por unos instantes se sintió tonto por sus celos.

— ¿Quien era ese chico del jardín?

— ¿Chico del jardín? —dijo pensativa, abrió sus ojos de par en par sorpresiva— oh, es Hiccup hijo del jefe de Berk, del que te hable hace unos instantes.

— ¿No se suponía que debías de estar en la cena?

— Lo estuve pero Anna explotó y sacó nuestro pequeño pleito en medio de la cena —empezó a tronarse los dedos uno por uno—. No podía quedarme en aquella mesa por más tiempo sino hubiera terminado peor, al retirarme Hiccup me siguió y me invitó a subirme a su dragón.

— ¿Y tú aceptaste? —se cruzó de brazos apretando sus labios.

— Pues si, planeo evitar cualquier guerra a toda costa, no se si Anna pueda hacer eso —se sinceró frente a él mientras miraba sus manos, no entendía aún la situación en la que se encontraba, tenía tanta inexperiencia en el amor que no comprendía su enojo— además Estoico me ofreció nuevamente unirme en matrimonio con su hijo pero me negué.

Lealtad [Helsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora