15

371 29 17
                                    


En otra parte del reino Elsa y Hans se encontraban paseando y riendo mientras se dedicaban miradas llenas de un amor inocente, después del beso las cosas entre los dos se volvió diferente, aunque ninguno había expresado sus sentimientos como tal aquel beso lo había dicho todo, sin embargo, no tenían el valor de aclarar o establecer su situación.

— Se siente bien estar afuera por fin —el pelirrojo extendió ambos brazos y cerró los ojos disfrutando del viento fresco que jamás faltaba en Arendelle—. No pensé volver a ver esto en persona.

Elsa solo miraba al pelirrojo con felicidad, era como si Hans fuese todo lo que le hacía falta para ser feliz, la libertad que tanto había buscado toda su vida está a su lado.

— ¿De verdad extrañabas el pueblo?

— Puede que ahora esté solo pero no pierde su escencia, el pueblo de las islas del Sur es agradable pero al ser el último hijo Westergaard —hizo una corta pausa y suspiro— no te miran tan bien como a los demás.

— Bueno, entonces tendré que hacer el trabajo de los demás y mirarte bien, ¿no lo crees? —ambos rieron, Elsa sabía cómo hacer que el ambiente fuese mejor.

Es increíble como Elsa podía dejar de hacer cualquier cosa solo por estar con Hans, incluso él se había dado cuenta de lo importante que se había vuelto para la albina, su sola presencia sabía que la calmaba, era como si ella hubiese encontrado algo en él que lo hiciera especial y no podía sentirse más feliz por eso.

Si tenía tantas ganas de estar con él, ¿por qué no solo aceptar sus sentimientos?.

— Dime la verdad, ¿me usaste para no asistir a la ceremonia de tu hermana?

— Por supuesto que no —ríe un poco nerviosa, ha decir verdad ya no quería relacionarse con todo lo que significara ser parte de la familia real— quería aprovechar esa situación para salir, ¿fue bueno no es así?

— ¿Cuando hablaras con ella?

— Pronto Hans —se acercó al pelirrojo y sonrió—; yo también quiero que seas parte de Arendelle pero no podemos arriesgarnos ha decirlo tan libremente.

— Es que no lo entiendes Elsa, quiero estar contigo libremente sin ningún problema —el corazón de la menor empezó a latir con fuerza, ¿era momento de expresar sus sentimientos?— simplemente, no puedo soportarlo más.

— ¿Es por el beso? —hubo un silencio entre los dos, aquello había dicho todo— Hans, solo fue un impulso tuyo para calmarme no debes por que mentir.

Estaba segura de que quería Hans y no podía sentirse más que feliz de recibir un beso suyo, de tan solo recordar la calidez que sentía al tenerlo tan cerca en su estómago revoloteaban miles de mariposas, pero es Hans, claro que confiaba en él pero si tanto deseaba poder caminar por Arendelle significaba que no quería estar a su lado, sus caminos van en direcciones opuestas al igual que sus deseos.

— ¿Por que sería un impulso? —Elsa alzo ambos hombros confundida, ni siquiera sabía lo que salía de su boca—; Elsa escúchame.

— Es un lindo momento, ¿por que arruinarlo?

— Por qué es importante para mi, entiéndelo, yo.. —sus mejillas se coloraron un poco— yo quiero estar contigo.

— No debes por que, entendí que no debo atarte a mi.. —soltó un largo y pesado suspiro— queremos cosas diferentes.

— ¿Quien te dijo eso?

— Yo quiero salir de aquí mientras que tú te prefieres esto —señaló con sus manos su alrededor para después mirarlo seriamente con el corazón roto, finalmente se había enamorado pero ahora temía el tener que dejarlo para ser feliz— no debo obligarte a estar a mi lado, una vez me asegure de que estarás bien yo..

Lealtad [Helsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora