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— ¿Y qué pasa si eso es verdad? —la enfrentó, no permitiría que su hermana ni nadie más le impidiera estar con la persona que ama— ¿vas a volver a encerrarme de nuevo?

— Sabes que yo no quise hacer eso, tú me obligaste a hacerlo —se excusó— ¿por qué no respondes mi pregunta?

— Si Anna, me iré lejos de aquí para poder estar con Hans, ¿estás contenta? —alzo la voz un poco.

— ¿Cómo te atreves? —nuevamente su hermana había roto su corazón— él no solo me ofendió al fingir amarme, también ofendió a la familia real al intentar asesinarnos a las dos, ¿no puedes entender eso?

— ¿¡Cómo estás tan seguro que intento matarme esta vez!? —hizo sus manos puño y empezó a hacer ejercicios de respiración tratando de calmarse—. Anna el ha cambiado, así como yo le di una oportunidad tú puedes dársela también.

— Estás tan cegada en tu amor hacia él que no ves con claridad.

— Tu no ves con claridad, ¿esta es una venganza por que no acepte que te casaras con él al instante? —se cruzó de brazos.

— Eso no tiene nada que ver, Elsa, estaba en tu habitación —hubo un corto silencio y continuó— eso es traición.

— Yo accedí a que se quedara aquí mientras veía la manera de arreglar la situación —Anna se sorprendió ante su comentario— sabía que jamás te agradaría algo así, no podía dejarlo solo.

— ¿Por qué lo hiciste?

— El me salvó dos veces, no podía simplemente negarme a ayudarlo cuando él lo hizo.

— No, no, no —empezó a estresarse, no podía hacerla cambiar de opinión— está decidido no puedes irte con él sólo por que si, pensé en ser linda contigo y dejar que te despidieras pero creo que no puedo ser capaz de brindarte ese lujo.

— Ambas sabemos que lo tendré.

La empujó hacia la esquina de la habitación ocasionando que cayera al suelo, Elsa la encerró en una barrera de hielo lo suficientemente gruesa como para que su hermana no pudiera romperla. Anna empezó a golpear el hielo con fuerza haciendo que sus manos se pusieran coloradas.

— Elsa detente —le suplico— hazlo por nuestra familia.

— Debo de buscar mi camino, tú ya tienes uno.

No podía compadecerse de su hermana en esos momentos, tenía que actuar rápido, el plan se adelantaría por unas cuantas horas. Se aseguró de cerrar la puerta con seguro para después escapar por la ventana, por suerte el hecho de haber estado encerrada la mayor parte del tiempo en el castillo le enseñó a conocer las múltiples formas de llegar a cualquier parte del castillo, solo deseaba que no haya ido demasiado lejos con su plan.

•••

— ¿Dónde está Anna? —preguntó Kristoff al ver su oficina vacía— a esta hora debería de estar trabajando.

— No lo sé, tal vez descansando su alteza —hizo una reverencia y continuó limpiando la habitación— usted sabe que ha sido una semana difícil para ella.

— Tiene razón, gracias —respondió un tanto extrañado ¿acaso ella sabía algo?

De repente cuatro guardias pasaron corriendo al lado suyo con lo que parecía ser un pica hielo tal como el que usaba de niño. Los siguió con preocupación hasta llegar a la habitación de Elsa.

— ¿Qué sucede?

— La reina fue encerrada en hielo por su hermana.

— ¿¡Qué!? —se abrió paso a la fuerza entre los guardias y un pequeño suspiro lleno de alivio salió de él, era una barrera no era ella la que estaba congelada— ¿qué pasó aquí?, ¿dónde está Elsa?

Lealtad [Helsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora