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— ¿¡Qué quieres hacer que!? —exclamó Kristoff dejando caer el plato de galletas al suelo— ¿es una broma?

— No, necesito hacer algo pronto y ambos lo sabemos.

— Anna te dijo ¿no es así? —Elsa afirmó con la cabeza triste—. Escucha, yo me encargaré de que él sobreviva.

— Pero si deciden perdonarlo le darán un castigo donde no podremos estar juntos de nuevo —podía sentir como sus emociones se descontrolaban de tan solo pensar en eso, empezó a sentirse mareada acto seguido tambalea un poco haciendo que cayera al suelo— estoy bien, estoy bien.

— Tu de verdad lo amas —dijo Kristoff ayudándola a levantarse—; no puedo meterme más en esto Elsa, si estoy dentro de tu plan Anna saldrá muy lastimada.

— ¿Cómo estás tan seguro de ello?

La ayudó a llegar al sillón, hizo una señal a un trabajador para que le llamase al doctor de cabecera.

— Anna es lo más importante que tengo en mi vida, nunca había conocido a alguien como ella y se que perderla sería lo peor que pudiera sucederme —se sinceró frente a Elsa con un poco de nerviosismo—. El tema de Hans es un poco sensible para ella, debo de estar con ella, no contigo ayudándote a esconder a la persona que lastimo a mi esposa. Lo siento mucho, no.. no puedo hacerlo.

— Está bien —por alguna extraña razón se sentía traicionada pero lo entendía, Kristoff era una pieza fundamental en su plan, tendrá que pensar una nueva solución—. No te obligaré a nada, lo último que te pido es que si llegase a salir algo mal ayudarás a Hans.

— Tienes mi palabra.

De repente el doctor de la familia real se acercó a ambos, con una pequeña sonrisa miró a Elsa mientras que ella le miraba con un poco de confusión, Kristoff se hizo a un lado para darle paso al señor y para que revisara a su cuñada. Anna llegó corriendo unos minutos después.

— ¿Estás bien? —preguntó Anna acariciando el hombro de su hermana— escuché que te sentías mal.

— No, de hecho Kristoff lo llamó.

— Se mareó un poco pensé que sería bueno si la revisaran —comentó el rubio amablemente.

— Oh, menos mal —miró al Doctor con curiosidad— ¿esta bien?

— Si, son por los sucesos recientes —contestó el doctor guardando su equipo de trabajo— tiene que relajarse y descansar, alejarse de cualquier cosa que le haga revivir ese momento.

— Nos encargaremos de eso —dijo Anna sonriente— ¿estás ocupado? —preguntó al rubio.

— Para ti nunca, ¿qué sucede?

— Tengo que ir a.. —miró a su hermana y después carraspeó un poco— necesito que me acompañes a dar unas vueltas por el reino.

Elsa sabía perfectamente a donde irían, miro a su hermana un tanto cansada para después despedirse de los enamorados que se iban tomados de la mano, jamás pensó que llegaría a envidiar a su hermana de esa manera.

A pesar de que tenía que crear el plan perfecto, también tenía una pequeña responsabilidad, debía de salir al pueblo para calmar la inquietud que tenían las personas acerca de ella; tal vez así, las miles de preguntas que le llovían a su hermana una y otra vez pararían de una vez, así ella se encontrara bien y su plan sería todo un éxito.

Trato de verse lo más decente posible, llevaba días donde no se daba la atención necesaria para verse linda como antes. Salió del castillo con una pequeña sonrisa, tal como lo pensó, al poner un pie fuera del castillo las personas comenzaron a poner su mirada en ella.

Lealtad [Helsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora