Capítulo 7

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Este sucio juego.

25 de abril, 2018

—no entiendo cómo es posible que existan chicos que al principio son coquetos y te responden—Devon la interrumpio

—¿Qué tiene de malo eso? ¿no sería bueno? —pregunto llevándose la papa frita a la boca.

—déjame terminar—Heather rodeo sus ojos—. Está bien eso al principio, te llena de ilusiones y te hace desear tener una relación con esa persona. Pero al final resulta siendo todo un desastre y de falsas ilusiones.

—no todos son así, Heather—murmuro Dean desde el otro extremo de la mesa—. Yo te lo puedo demostrar—le guiño un ojo.

—y Dean es la perfecta demostración de eso. ¿acaso a los chicos les da miedo confesarse? Que ridículos.

—es que les da miedo que la chica lo rechacen, es simplemente eso, Heather—esta vez respondí yo.

—¿aun si la chica le sigue el coqueteo? Es ridículo eso, son unos cobardes.

—opino igual que Heather, esa persona solo está jugando con la otra. Armarle ilusiones falsas es repugnante.

—tal vez solo tienen miedo de confesarse—volví a insistir.

—cuando lo haga sería muy tarde, ya habrá llegado otra persona y si habrá dado ese paso que no lo dio el otro. Así que dile a tu amiga que el chico no es lo suficiente valiente y que se consiga a otro—la señalo— y así se soluciona el problema.

Haces unos treinta minutos Heather llego a pedirnos un consejo para su amiga. Para ponernos en contexto nos contó la historia de su amiga, la cual estaba pasando una crisis por saber si le gustaba al chico o simplemente estaba jugando con ella. A mí al parecer simplemente el chico tiene miedo a que le rechacen, pero para Devon es el típico patán que solo juega con los sentimientos de la chica.

—yo apoyo a Dee, hay chicos muy inseguros que piensan que no le gusta a esa chica y por eso no se declara—para esta vez Dean se colocó a mi lado.

Lo más raro de esta conversación es que Dean se ponía del lado de chico, cuando normalmente el suele decir que los chicos son mentirosos e infieles, algo que yo concuerdo el 50 por ciento, pero aun así, se me hace demasiado extraño esa actitud. Y lo más rara posible es que Heather no habla en tercera persona sino como si ella lo fuera vivido.

¿será porque esos dos de seguro son los chicos de la historia?

No lo creía. Heather y Dean no se gustaban a pese de las bromas de este, no se gustaban. O eso creo yo. 

Heather y Dean compartían miradas, algo intensas. De esas que dicen mucho, por lo que me hacía dudar de su relación como amigos. Al parecer soy yo la única que notaba porque Devon solo se figaba si un mensaje aparecía en la barra de notificaciones.

—¿en dónde te fuiste a dormir anoche? Fui a tu casa y tus padres me dijeron que estabas en casa de alguien más—Heather rompió la competencia de miradas.

Oh, oh

—¿Por qué estamos hablando de mí? Volvamos al tema de tu amiga—sonreír forzadamente.

De lo único que me acuerdo es que amanecí en el cuarto del patético Myers. Me desperté por un gran dolor de cabeza y al momento de abrir mis ojos pude detectar que no estaba en mi cuarto, ya que es un cuarto simple, en gris. Y cuando me levante y pise el piso, no sentí en frio del piso sino había pisado un cuerpo. Y lo peor es que era el de Myers, el cual dormía muy incómodamente en él. Después de eso pase la mayor vergüenza de mi vida.

Las grietas del corazón (saga corazones: libro 2) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora