Capítulo 27

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Espinas

Alexander Myers

10 de julio del 2018.

Aun no me acostumbraba al vacío de mi pecho, mi cuerpo odiaba levantarse en la mañana y más cuando es temprano. Sabía que no podía quedarme en la cama todo el día porque hoy tengo que ir a Bolton, hoy es un día especial.

Como lo es de costumbre me levante de la cama y salir de mi cuarto, caminando con mucha lentitud hacia donde se escuchaba el ruido. Escuche de la voz de Lucas y Liam, pero no distinguía que decían con exactitud. Cuando entré a la sala los vi comiendo y un plato con comida.

-me debes veinte libras-Liam le apunto con un tenedor y después me miro con una grande sonrisa-. Buenos días, Bello durmiente.

-buenos días-fue lo único que dije.

Me senté en frente del plato con comida y miré lo que había. La especialidad de Lucas: sus ricos panqueques que se caracterizaban por seguir la receta familiar. También había algo de fruta, mi favorita.

-te ves demasiado ojeroso, ¿has dormido mal estos días? -me pregunto mi hermano pasándome el chocolate derretido y que por cierto es amargo.

-he dormido como siempre-corte un trozo de los panqueques y lo lleve a mi boca.

Mentía, no he dormido nada desde hace cinco días. Me quedo despierto hasta la madrugada pendiente de mi celular, o en algunas ocasiones la ansiedad que últimamente me da. Como dije al principio, hay un vacío en mi pecho que nunca lo había sentido. No de esta manera.

Liam me miro con confusión, mientras que mi hermano dejo de comer. Y me miro sin creerme nada.

-ah, por cierto, feliz cumpleaños-intente sonreír pero la sonrisa se borró de inmediato.

-gracias, pero ¿seguro que estas bien? -me analizo- estas algo...

-¿deprimente? ¿triste? ¿déjalo? - intento Liam buscar la palabra correcta pero solo se llevó una mal mirada.

-estas algo raro-Lucas siguió, ignorado a su amigo.

-estoy bien.

Y ahí acabo toda la conversación.

(...)

Mire a Anne con cierta curiosidad, nunca la había visto tan nerviosa en todos estos meses. Siempre se mostraba segura ante todo, pero ahora no dejaba de preguntarle a mi hermano sobre nuestros padres y sin hacer ciertas muecas de desconfianza. A pesar de que ella prácticamente organizo este evento creo que no se preparó para ir a conocer la familia de su novio.

-no te preocupes, cuñadita-murmure, mientras miraba por la ventana.

Sentí su mirada en mi perfil.

-gracias por el apoyo, Alex-sonrió divertida y volvió al frente.

-créeme que a mi madre le encantaras...

Fue lo último que alcance a escuchar antes de colocarme los audífonos. Cerre mis ojos con brusquedad. Odio este sentimiento que me tiene atrapado, desde hace cinco días he estado en este que parece más un limbo. No puedo negar que esa maldita foto que me mandaron me ha afectado más de lo que podría pensar hace algunos meses. Queria gritarle y pedirle una explicación pero a la vez no podía ni verla, ahora todo lo que pensaba que ella era resulto siendo una falsa.

Aun así, no puedo odiarla lo suficiente como para olvidarme de mi amor por ella. No puedo tratarla mal porque me traiciono, no puedo mirarla con desprecio, no puedo atentar contra ella porque ya no es lo mismo que hace unos meses atrás, ahora sabía que si algo le llega a pasar seria mi destrucción.

Las grietas del corazón (saga corazones: libro 2) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora