Capítulo 24

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15 letras y 4 palabras.

16 de junio del 2018.

Alexander Myers.

Sali del baño mientras secaba mi cabello con una toalla limpia. Llame a mi hermano unas cuantas veces para que se diera cuenta que el baño estaba libre, pero no recibir ninguna respuesta a cambio oí unos murmullos que venían de la sala, por lo que camine hasta llegar a esta. Cuando me fijé que no solo estaba lucas, sino también nuestro padre sentí como mis ojos se abrieron un poco por la aparición sorpresa.

El ambiente se había tensado, mi padre me miro sin ninguna muestra de cariño en sus ojos. Y en mis adentros me repetí que eso no me dolía.

—Alexander—su fría y seca voz se escucho por todo el lugar.

—padre—murmure con pocas ganas.

Mi hermano se tenso mientras intentaba ocultar sus tatuajes con la manga del abrigo. Me detalle del aire incomodo que se notaba desde donde ellos estaban hasta donde yo estaba parado. También detalle la pequeña mesa de vidrio que estaba a un lado de mi padre y la ventana abierta dejando entrar el aire fresco del día y no tarde en tensarme.

—¿Qué haces aquí? —pregunte.

Mi padre alzo sus cejas y miro a mi hermano Para después suelta un suspiro y hablar.

—estaba hablando cosas de adultos con tu hermano—le resto importancia—. No es algo que te interese, Hijo.

Mi hermano se mantenía callado pero no disimulaba el enojo que sentía y de pronto me llego un deja vu. En la misma situación, el mismo escenario y la única diferencia era el cambio de edades...sentí algo de pánico recorrer mi cuerpo.

—padre ya se iba, ¿cierto, papá? —Lucas lo miro.

—si...los veo pronto—se dio una vuelta y estaba por salir de la casa pero antes hablo—Lucas, recuerdo lo que hablamos no quiero tener problemas.

—si, padre.

Y se fue.

Y yo pude soltar todo el aire que mis pulmones estaban reteniendo. Mire a mi hermano preocupado, detallándolo si no tenía alguna herida que intentara ocultar pero este solo se lanzó al mueble y se quitó el abrigo quedando solo a piel descubierta y mire su cicatriz ocultada en uno de los tatuajes.

—deja de verme así, estoy bien—me respondió este.

—Lucas, ya sabes que no puedes hablar a solas con él...desde la última vez. 

A pese de que lucas tenga cierto contacto con nuestro padre en los últimos años no ha tenido alguna conversación a solas. Solo hablan cuando esta mi madre o Elizabeth cerca, pero nunca solos. No importa si es urgente ellos no hablan sin que este una persona de intermedio. La última ocasión que hablaron solos no acabo muy bien.

—ya han pasado como tres años, Alex. No puedes estar sicosiado sobre si hablo con él a solas o no. Solo fue un accidente, ¿sí? —me dio una pequeña sonrisa— deja de sentir culpa, tu no la tienes.

—¿y si vuelve a pasar? ¿y si te vuelve a golpear hasta matarte? —Lucas se tensó y me miro serio—¿y si yo no estoy para impedirlo? Piensa en nuestra madre, en Izzy, en los abuelos, en Anne y en mí.

—como dije, ya no volverá a pasar—se levantó y se fue hacia su cuarto dejándome solo.

Solo me quede en la sala, mirando la mesa de vidrio recordando lo que paso aquella noche.

11 de julio del 2014.

Son las dos de la madrugada y lucas aun no llegaba. Elizabeth y yo nos habíamos quedados despierto toda la noche con el pastel de cumpleaños de lucas, pero aún no ha llegado. Hace una hora mi hermana menor se fue a dormir pero yo aun mantenía mi vista en aquel pastel esperando oír la puerta abrir y poder cantarle el feliz cumpleaños a mi hermano.

Las grietas del corazón (saga corazones: libro 2) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora