Dos opciones: Baile o Mascara.
27 de mayo del 2018.
Esto debe ser una broma.
Lo último que queria es ir a un evento caritativo, en los últimos días han sido verdaderamente una montaña rusa, desde lo sucedido de esa noche hasta hoy. La muerte repentina del tipo, las constantes amenazas, los repentinos cambios de humor de mi mamá y mi cercanía con Alexander. En conclusión: no quiero ir a ese baile de máscaras. Creo que no estoy muy bien para ir a esos lugares a fingir que esto bien y que nada paso, porque eso es lo que quiere mi madre. Que vean que lo que paso no afecto a la familia. Cuando en realidad si lo hizo, desde esa noche ha habido con mucha más habitualidad las discusiones que mis padres, en donde mi padre le terminaba echando la culpa a mi madre por no cuidarme o al revés.
La única que ha podido mantenerse al margen es mi hermana, ella es lo que termina en mitad en la discusión de mis padres obligándolos a parar. Creo que es la única sensata después de todo, ha sido la única que no se ha puesto a pensar quien tiene la culpa o centrarse en mantener las apariencias de que nada ha sucedido. Solo ha estado para mí y me ha recomendado en ir a terapia para superar esto, algo que me he negado. No me afecto tanto, puede que fue un momento que sentí como mi vida se iba pero aun así, estoy mucho mejor.
-¿vasa ir? -le pregunte.
Rebecca estaba en mi cuarto, sentada en mi cama mientras que en sus muslo tenían su laptop. Estaba terminando un proyecto para entregarlo en un concurso de fotografías.
-no creo que sea posible-mascullo acomodándose sus gafas.
Me tiré a su lado, apoyando mi cabeza en su hombro, y puse mi mirada en su laptop.
-Rebecca...-parpadee varias veces en mirar la foto que estaba editando-¿Cuándo me tomaste esa foto?
-cuando fuimos a Luxemburgo, ¿no lo recuerdas? -me pregunto.
-obvio si-ella solo negó con una sonrisita.
-¿te gusta Alexander? -me pregunto sin disimulo, mirándome con algo de travesía en sus ojos- últimamente lo veo mucho por estos lado, y a ti muy contenta...
-no estamos en unas de tus series románticas-rodee mis ojos y ella rio-, ¿enserio no vas a ir?
-no, pero de recompensa puede ser que te de ese vestido que tanto te gusta-murmuro.
(...)
Rebecca termino de hacerme el nudo para que el Corset me quedara apretado y se alejó un poco de mi para que pudiera apreciarme en el espejo. El vestido era totalmente negro con algunas líneas de pedrería dorada bajaba por el escote. La manga que caía a un costado de mis hombros es hecha para dar forma como plumas al igual que la falda. Mi pelo estaba suelto y algo ondulado, este cae hasta la cintura.
-te ves hermosa-me miro.
-soy una Chester, me vere fabulosa con cualquier cosa-me di la vuelta.
Alguien toco la puerta y tanto mi hermana como yo nos volteamos encontrándonos a mi padre vestido como si fuera la época victoriana.
-ya es hora de irnos, cielo-me aviso.
Yo solo asentí y me di una última mirada en el espejo. Para después bajar al primer piso junto a mi padre y hermana, en mitad de camino hacia la salida nos encontramos con mi mamá, y el habiente se tensó. Por parte de mi hermana mayor y mi padre él cual no la ha mirado.
Rebecca coloco su mano en mi hombro intentando disimular lo incomoda que estaba bajo la mirada de nuestra madre. Entendía la incomodidad de mi padre, ya que últimamente han estado discutiendo, pero la de Rebecca me es difícil de descifrar. Algo me estaban ocultando y es muy fácil de saber con sus actitudes.
ESTÁS LEYENDO
Las grietas del corazón (saga corazones: libro 2) BORRADOR
Novela JuvenilAidée Chester siempre ha Sido la chica con buenas notas, la que muy pocas veces rompe una regla de su casa, la que se preocupa por su físico, la que no se deja humillar o pisotear. De esta manera es Aidée; no es cliché, no es "Distinta" es simplemen...